Menor PIB no afectará a finanzas: Videgaray

La baja en la perspectiva de crecimiento económico para México en el 2014, de 3.9 a 2.7%, que oficializó el viernes pasado la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, no incidirá en un ajuste al gasto público ni en la meta de déficit, ya que, derivado de la reforma fiscal, la recaudación está hoy por encima de lo previsto, afirmó el titular de la dependencia, Luis Videgaray Caso.

La recaudación está por arriba del año pasado, producto de las nuevas medidas de carácter tributario derivadas de la reforma hacendaria, pero también está por arriba de lo pronosticado. Esto lo que nos permite es no reducir el gasto público ni incurrir en un mayor déficit , detalló el funcionario.

En la Reunión Nacional de Consejeros de BBVA Bancomer, Videgaray reconoció que el nuevo pronóstico del PIB para este año, de 2.7%, es insuficiente para las necesidades que tiene el país, aunque, de concretarse, se ubicaría por arriba del promedio de crecimiento de los últimos 30 años.

Crecer a 2.7% quiere decir que todavía no hemos encontrado el dinamismo en la economía, en la creación de empleos, en la creación de prosperidad que nos permita enfrentar los retos de nuestro desarrollo y combatir eficazmente la pobreza , expuso.

El titular de Hacienda, quien antes declaró en una entrevista radiofónica que México no se encuentra en crisis ni recesión, explicó que la dependencia a su cargo decidió modificar su estimación de crecimiento para el 2014, debido principalmente a que en el primer trimestre del año, Estados Unidos creció menos de lo esperado como consecuencia de un invierno más prolongado; a una desaceleración en el consumo interno por los nuevos impuestos y a un menor dinamismo de la producción petrolera.

Sin embargo, destacó que todo indica que la economía mexicana se recuperará durante el resto del año y que así lo deja ver la mejora en algunos indicadores en los últimos meses, tales como una previsión de mayor crecimiento en Estados Unidos y por ende una mayor demanda externa en México; un mejor dinamismo del gasto público; la expectativa de un mejor comportamiento del consumo de las familias y más flujos de inversión.