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Canelo sigue con peso incompleto en idolatría

La imagen del boxeador como ícono nacional continúa en detrimento ante el poco espectáculo de sus funciones, como ocurrió ante William Scull. Un reto pesado será cambiar esa percepción en septiembre ante Terence Crawford.

Especial

Fredi Figueroa

La trayectoria de Saúl Canelo Álvarez cuenta con dos factos inobjetables después de 15 años: por una parte, que es un campeón con estadísticas históricas; por otra, que sigue sin ganarse la idolatría general del público mexicano.

El segundo punto marca una larga distancia entre Canelo e íconos nacionales de la talla de Fernando Valenzuela, Hugo Sánchez y Julio César Chávez. Es un tramo que luce inalcanzable porque Álvarez está en la curva de la veteranía de su carrera.

“La imagen de estrella no necesariamente va de la mano con la de ídolo. En México existen ídolos como Fernando Valenzuela, Julio César Chávez, Ana Guevara, Paola Longoria, Hugo Sánchez o Rafael Márquez. El común denominador es que lograron ganar en sus respectivas disciplinas compitiendo ante los mejores del mundo. A eso debemos sumar que, más que quejarse del rival, (Saúl) debería demostrar arriba del ring que realmente es un peleador de época”, opina para El Economista, Carlos López Linaldi, consultor en relaciones públicas, comunicación corporativa y temas de diversidad e inclusión.

Canelo acumula 13 cinturones a lo largo de su trayectoria y en 2021 entró al selecto grupo de 11 boxeadores en toda la historia que lograron el título unificado de una categoría; en su caso, de súper mediano.

Sin embargo, constantemente ha estado bajo la sombra del poco espectáculo de sus peleas. La gota que derramó el vaso para varios especialistas fue este 3 de mayo, cuando recuperó el título unificado de peso súper mediano contra el cubano William Scull.

Se llevó a cabo en Arabia Saudita, cumpliendo con la primera de cuatro funciones pactadas entre Canelo y el promotor Turki Al-Sheikh a cambio de 400 millones de dólares.

La estadística fue contundente: de acuerdo con 40 años de registro de Compubox, esta fue la pelea con la cifra más baja de golpes entre ambos contendientes, con 445 (152 de Álvarez y 293 de Scull). Se caracterizó porque Scull estuvo todo el tiempo rodeando el cuadrilátero, pero Álvarez tampoco asumió un claro protagonismo para soltar golpes.

“Era un peleador que no quería y otro que no pudo manejar esa situación”, define Nicolás Rangel, analista con 15 años de experiencia entre medios como Adictos al boxeo, TUDN, Récord y Esto.

“De verdad creo que, en general, público y analistas, estamos muy decepcionados de que se muestren este tipo de peleas de campeonato y no den espectáculo. Ya vimos la cantidad de golpes que lanzaron y es una vergüenza. No puedes vender un evento tan grande y hacer ese espectáculo. A pesar de que le aplaudimos a Canelo que es un gran profesional, no era una pelea para que la vendieran de esa manera. Al público ya no lo engañas, la gente se siente defraudada”.

La pelea fue armada por la comitiva de Turki Al-Sheikh, quien ya había organizado enfrentamientos internacionales, destacando los dos combates entre Tyson Fury y Oleksandr Usyk por el título unificado de peso pesado.

Pero el choque entre Canelo y Scull detonó múltiples críticas. Una de las más sonadas es que el mexicano debió asumir mayor protagonismo.

“Debieron haber trabajado la velocidad de pies y golpes al cuerpo para que (Scull) no corriera tanto. Cuando a un peleador le pegas abajo y traes buen trabajo de pies, por más correlón que sea, no se te va a escurrir. ‘Canelo’ no trabajó bien su estrategia, es lo que le pasó con Erislandy Lara (2014) y Floyd Mayweather (2013)”, reitera Nicolás Rangel.

Las últimas seis victorias de Canelo fueron decisión unánime, desde Gennady Golovkin en septiembre de 2022 hasta William Scull en mayo de 2025. Pero hay que revisar más atrás para encontrar su último nocaut, que fue en noviembre de 2019 ante Sergey Kovalev.

Por otra parte, Compubox revela que los golpes de Canelo han venido a la baja en sus últimas tres peleas: 536 contra Jaime Munguía, 464 contra Edgar Berlanga y 152 contra Scull.

“A reserva de que pueda encontrar un rival que realmente le exija, el reto de imagen que tiene es demostrar que es un boxeador completo y de época. Esto lo puede demostrar con diferentes estrategias y tácticas que resalten el nivel de sus rivales. Además, podría darle visibilidad a su propia evolución para demostrar que realmente está preparado para vencer a cualquier rival”, agrega Carlos López Linaldi.

La expectativa de un rival exigente está puesta en septiembre de este año, cuando ejerza la defensa de su título indiscutido de peso súper mediano ante Terence Crawford.

El estadounidense ya fue campeón indiscutido en dos ocasiones (peso súper ligero en 2017 y wélter en 2023), pero tendrá que subir poco más de seis kilogramos para retar a Saúl Álvarez en Las Vegas el próximo 12 de septiembre.

“Creo que Terence Crawford va a ser el Meldrick Taylor del ‘Canelo’, va a ser su pelea más dura porque Crawford tiene que subir de peso, pero en altura y físico son muy similares. Crawford es muy fuerte, rápido y sí se faja (…) Con él, a ‘Canelo’ le conviene más perder, dando una gran pelea, que volver a ganar con dudas. Es lo que la gente quiere de ‘Canelo’: un combate sangriento, pero lamentablemente no sucede”, concluye Rangel.

Álvarez contra Crawford será la segunda función del mexicano con el promotor Turki Al-Sheikh, con quien, se estima, gane entre 80 y 100 millones de dólares por cada combate.

rrg

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