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El padre estricto ?y bondadoso de ?la familia

El seleccionador de Brasil tiene además de sus virtudes como estratega, una enorme fe en el grupo y en la religión.

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Botón Mundial Brasil 2014

A las siete de la mañana en la fábrica de camiones FAN en la ciudad de Rezende, en Río de Janeiro, cerca de cuatro mil trabajadores toman el desayuno y miran un video. De pronto, una figura conocida aparece en el estrado. Es Luiz Felipe Scolari, el entrenador de futbol, quien toma el micrófono y al dirigirse a su público asegura no sentirse cómodo.

Por unos segundos desaparece de escena. Luego de un momento de incertidumbre de los trabajadores, regresa vistiendo un delantal con el logo de la empresa. Ahora sí, estoy junto a ustedes . Felipao es ovacionado de pie. Unos meses después, está sentado frente a los controladores de la empresa Camargo Correa, una de las principales constructoras del país, hablándoles a los representantes de la tercera generación de gestores, en un ambiente reservado.

Al menos unas 10 veces por año Big Phil, como es conocido en Inglaterra, se aleja de las canchas de futbol para ir a empresas, a ámbitos mucho más privados que le buscan para conocer de su experiencia, para saber cómo manejar estrellas, cómo hacer un equipo vencedor, como motivar a su personal, pero sobre todo cómo ser un gran líder.

No es difícil entender por qué sus pláticas motivacionales son exitosas. No es sólo porque Felipao ha logrado llevar a sus equipos al éxito, uno de ellos cuando dirigió a Brasil y se erigió campeón del mundo en el 2002, sino también porque a los 65 años es uno de los mayores líderes en el futbol a nivel internacional.

Scolari no fue por mucho buen jugador. Hay quienes definen a sus piernas como patas de palo, pero había algo que no tenían muchos de sus compañeros: él era un líder nato. En su primer club, Sao Leopoldo, fue nombrado capitán a los 20 años.

A su retiro, en 1981, decidió que si no había hecho fama como jugador la haría como entrenador y uno de sus primeros grandes trabajos, después de la jubilación, fue el equipo nacional de Kuwait, puesto que él se vio obligado a abandonar cuando Saddam Hussein invadió el país.

Sin embargo, Felipao nunca ha olvidado sus raíces. Una de ellas se llama Gremio, uno de los clubes más antiguos de Brasil. La historia favorita de todos en ese lugar es la del muchacho que se hizo cargo de un equipo nacional y que los convirtió en uno de los mejores del mundo. Y también es su mayor alegría.

¿Pero es su natural liderazgo la clave del éxito? Quizá no. Hay quienes aseguran que, tal y como sucede con aquel público al que da sus pláticas, en sus equipos Scolari intenta hacerse tan cercano como sea posible, tanto que en su país a la selección se le conoce como La familia Scolari .

Quienes están cerca del grupo explican que los jugadores están a muerte con su entrenador, tal cual lo estarían con su padre o su abuelo. No es para menos, si se toma en cuenta que Scolari los elige más por sus condiciones humanas.

Y esa idea de familia se traslada también a su vida personal. A sus amigos del Gremio, equipo que dirigió en 1987, algunas veces en sus tiempos libres los lleva a una churrasquería para hablar de la vida y, seguramente, de futbol.

Pero al igual que en cualquier familia, la disciplina es un aspecto importante. Es más, el propio entrenador brasileño se define como una persona muy metódica y disciplinada . Por eso no es raro que su libro de cabecera sea El arte de la guerra, del chino Shun Tzu.

Una de sus estrategias para motivar a sus jugadores es apelar a su sentido más humano. El estratega les pone videos de sus familias o imágenes de personas muy necesitadas para que sepan lo que hacen es por ellos .

Sin embargo, Felipao también tiene un lado más sensible. Y este se refleja totalmente en su fe. Es un cristiano muy devoto, por eso en sus bolsillos nunca faltan dos cosas: una imagen de Nuestra Señora de Caravaggio y otra más de la Virgen de Fátima.

Esa fe también la ha transmitido a sus pupilos, al promover las oraciones grupales. En lo personal, refuerza su fe antes de un partido cuando habla por teléfono con un sacerdote que es su mentor, a quien en la primera oportunidad le envía alguna camiseta de regalo.

De vez en vez, el entrenador hace una peregrinación de 30 kilómetros, la distancia entre su casa y el santuario de Nuestra Señora de Caravaggio, la misma iglesia en la que fue a dar gracias cuando ganó el Mundial de Corea-Japón.

Felipao está hoy con su gran familia, con esa a la que ha convencido de sus creencias, la misma que está a muerte con él y a la cual se le ha unido todo un país. Luiz Felipe Scolari lo sabe, y por ello no quiere defraudar a sus hijos, a su Brasil que confía en que el título del mundo se quedará en casa, gracias a la gestión de un gran líder, gracias a la disciplina de un gran padre.

Edad:

65 años

Fecha de nacimiento:

9/noviembre/1948

Lugar de nacimiento:

Passo Fundo, Brasil

equipos dirigidos:

CSA, Juventude, Brasil de Pelotas, Al-Shabab, Gremio, Goias, Al Qadisiya, Selección de Kuwait, Criciúma, Al-Ahli, Jubilo Iwata, Palmeiras, Cruzeiro, Selección de Brasil, Selección de Portugal, Chelsea, Bunyodkor.

Títulos como entrenador:

Copa del Mundo 2002, Copa Confederaciones 2013, Eurocopa 2004, Cuarto lugar en la Copa del Mundo 2006.

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