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Cruz Azul consigue un triunfo emocional
Édgar Méndez y Andrés Rentería recuperaron provisionalmente la posición de La Máquina en la cima, que de paso se convirtió en el segundo equipo clasificado a la liguilla por el título al derrotar 2-1 a Pumas en Ciudad Universitaria.

Los jugadores de Cruz Azul todavía desbordan emoción. Hace apenas cuatro días levantaban el trofeo de campeón de la Copa MX y por la tarde en el Estadio Olímpico Universitario las sensaciones de satisfacción y júbilo, que se manifestaban en gritos de alivio, abrazos y muchas palmadas entre los jugadores, significaba la liberación de tensión que, poco a poco, han ido despresurizando, ahora con la calificación a la Liguilla.
El triunfo de Cruz Azul 2-1 sobre Pumas permitió sacar varias conclusiones a Pedro Caixinha. En primer lugar, la calificación a la Liguilla; recuperar la cima de la clasificación del Apertura 2018 y —sobre todo— “con este tipo de partidos queremos crecer emocionalmente, estar al nivel que demandan partidos de esta manera y poder sacar el triunfo”, indicó el entrenador del equipo.
La consistencia en resultados de La Máquina ha sido evidente, porque no sólo es la consecución del título de Copa, que terminó con cuatro años sin ganar un campeonato; también porque de las 15 jornadas que se han disputado en el torneo, Cruz Azul nunca ha bajado más allá de la tercera posición.
La inercia motivacional del equipo permitió que sin tener el control del juego, fueran ellos quienes marcaran el primer gol, luego de un error de Alan Mendoza, quien entregó un pase al rival, para después fallar en la marca y permitir que Edgar Méndez rematara el centro de Adrián Aldrete.
La anotación permitió al equipo de Caixinha tener el control del juego, sobre todo a nivel de las emociones. Los jugadores de Pumas se notaban presionados, los pases largos, los centros buscando un remate de Carlos González reflejaban la ansiedad por empatar el juego, que finalmente nunca llegó.
El cambio al minuto 32 de Matías Alustiza por Alan Mendoza sólo confirmó la desesperación del equipo de David Patiño por empatar.
Aunque la insistencia de Pumas creó situaciones de peligro, nada que los defensas pudieran contener y despejar. Al final, la insistencia de disparos del equipo de David Patiño superó en una proporción de 3-1 al conjunto de Pedro Caixinha.
“Hay que saber sufrir para crecer emocionalmente. Estoy satisfecho con el trabajo y las siguientes tres semanas serán largas, para trabajar, recuperar jugadores a todos niveles, porque el desgaste físico, emocional y fisiológico fue muy grande”, explicó el técnico portugués sobre el desempeño de su equipo, que ya cumplió con la primera parte de sus objetivos: el título de Copa MX y la clasificación de la Liguilla.
El juego no estuvo exento de dramatismo, incluso con la anotación a 11 minutos del final que logró Andrés Rentería, uno de los elementos con menos participación en el equipo, pero que aprovechó el pase filtrado de José Madueña, para lo que significaba en ese entonces la victoria definitiva del equipo.
Sin embargo, el gol que construyeron Luis Quintana y Felipe Mora, el defensa con un remate de cabeza que pegó en el cuerpo del delantero chileno para marcar el único gol de Pumas, acentuaron las emociones en el Estadio Olímpico Universitario, porque todavía faltaban cinco minutos de juego más los minutos de compensación.
A eso se refería Pedro Caixinha sobre el crecimiento emocional, el control y la motivación.
El escenario recreaba una situación que épocas pasadas desarmaba la estrategia del equipo y derrumbaba sus emociones para ceder en el marcador ante los rivales. Los aficionados le dieron el término cruzazulear a la acción de dejar escapar la ventaja en los minutos finales, pero al menos ante Pumas, y gracias a la inercia ganadora de la Copa, Cruz Azul consiguió el triunfo que lo llevó a la Liguilla y al primer lugar del torneo, el que indica que es el mejor equipo de la competencia.