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Contador, el ciclista con hambre de triunfo
El ciclista español confirmó su calidad de favorito al adjudicarse la 15a etapa del Tour de Francia y vestirse con el maillot de líder.

Verbier.-A 26 años, después de haber ganado tres Grandes Vueltas y haber pasado al frente del Tour de Francia 2009 este domingo con su triunfo en Verbier, Alberto Contador se muestra más que nunca como el mejor ciclista de carreras de ruta con etapas de su generación.
Hoy Contador hizo honor a su condición de favorito y se adjudicó el maillot amarillo de líder en el Tour de Francia, al ganar la decimoquinta etapa de la carrera.
El corredor del equipo Astana logró el triunfo al acelerar repentinamente en los últimos seis kilómetros de un recorrido que comprendió un total de 207,5 km desde Pontarlier hasta Verbier, en Suiza.
Mentalmente, el español probó al imponerse en Verbier que tenía hambre de campeón y que jamás se desestabilizó, desde el inicio del Tour, con la polémica generada sobre quién lidera su equipo Astana, en el que también corre el estadounidense Lance Armstrong, siete veces vencedor de la ronda gala.
"Alberto es un corredor fuera de lo común, uno de los más talentosos que haya dirigido", dijo Johan Bruyneel, su director deportivo, cuando el español cumplía 24 años, a inicios de 2007.
Dos años más tarde, el mismo Bruyneel completó: "Alberto tiene la mentalidad de un campeón y una extraordinaria confianza en él mismo. Todavía no conocemos sus límites", afirmó el belga.
Mientras tanto, Contador ganó el Tour-2007, luego el Giro de Italia y la Vuelta a España-2008, entrando a sus 25 años en el círculo dorado y restrictivo de los campeones que ganaron tres Grandes Vueltas: Anquetil, Merckx, Gimondi y Hinault habitan ese Salón de la Fama del ciclismo.
En Verbier, Contador respondió de la mejor forma a aquellos que le pedían desadormecer la carrera.
Con físico de escalador (1,76 m, 61 kg), es uno de los corredores más dotados de su generación en la montaña. Pero logra también hacer un ejercicio regular y correcto en las contrarreloj.
"Mi punto fuerte es ser el mejor corredor de todos los escaladores", dice Contador a la hora de explicar su éxito.
También podría hablar de su sangre fría frente a la adversidad, que le permitió abstraerse de los ataques de Armstrong desde el inicio del Tour. "Toda esa polémica no me afecta. En el Tour, hay que estar concentrado sobre la carrera", resume.
El domingo, sobre el podio, la mirada de matador salido como vencedor de una corrida de toros dominó la escena, antes de que largara alguna sonrisa.
"Tenía necesidad de que esta etapa llegara, porque pasé jornadas difíciles", admitió ante la prensa.
Contador también salió limpio los años negros del ciclismo, con la catarata de casos de dopajes y trampas para engañar a los controles.
El joven Contador era un pupilo del entrenador español Manolo Saiz cuando el caso de dopaje sanguíneo denominado "Puerto" explotó. En esa época, incluso, Alberto consideraba a Saiz como "un segundo padre". Hasta que su mentor fuera acusado de haber jugado un papel central en el caso Puerto.
"Mi nombre al principio estuvo asociado a este caso", admitió Contador, "pero la UCI (Unión Ciclista Interancional) rectificó rápido ese error. Estoy totalmente fuera de todo eso".
Hoy, Contador, salido del seno de una familia humilde, se ha convertido en un campeón popular. Al igual que Lance Armstrong, es un milagro de la vida: salió indemne de una operación en la cabeza en 2004 por un edema cerebral.
"El día más lindo de mi vida fue cuando volví a competir en 2005, tras haber rozado la muerte", recordó este domingo en Verbier, donde se vistió de amarillo con la ambición de llegar así hasta París para festejar su segundo Tour.