Lectura 7:00 min
Caos interno no desenfoca a México en San Salvador 2023
Los choques que han tenido atletas de diversas disciplinas como natación, ciclismo y tenis de mesa ante Conade no limitan la etiqueta de favorita a la delegación nacional en los Juegos Centroamericanos y del Caribe.

La última vez que se disputaron los Juegos Centroamericanos y del Caribe (JCC), en Barranquilla 2018, México revolucionó su nombre en la región al superar por primera ocasión a Cuba en cuanto a medallas de oro, con un balance de 132 contra 102. Por ello, la nueva edición en San Salvador 2023 pone a la delegación tricolor en alta expectativa, aunque su clima interno llegue con varios arañazos.
Al menos tres disciplinas han expuesto choques contra dirigentes del deporte en México en los últimos seis meses: los deportes acuáticos, el ciclismo y el tenis de mesa, causando indignación por no recibir apoyos económicos o registros en tiempo para sus competencias. Es una mancha que se extiende hasta el inicio de los Juegos de San Salvador.
“No había visto esto. Siempre ha habido roces entre autoridades del Comité Olímpico Mexicano (COM) y la Comisión de Cultura Física y Deporte (Conade), pero en esta ocasión sí se notó más la división. Fue desgastante para el COM saber si obtenía el recurso o no, fue desgastante para Conade saber si el COM cumplía con los lineamientos para recibir los recursos o no, y todo lo que está pasando con los deportes acuáticos ha sido también, mediáticamente, muy desgastante. No recuerdo una situación en la que haya llegado a un evento deportivo de esta forma”, declara para El Economista, Juan Manuel Rotter, especialista en deporte público y privado en México y director de Corporate Games.
Los problemas internos en los que resaltan nombres como el de Ana Gabriela Guevara, titular de Conade; Kiril Todorov, ex presidente de la Federación Mexicana de Natación (FMN); y María José Alcalá, titular del COM, pusieron sobre fuego la percepción internacional sobre la gestión del deporte mexicano: “Desgraciadamente, la particularidad de cómo se dio el caso en los deportes acuáticos y la situación con el COM hace que no todos los atletas lleguen de la mejor manera a San Salvador o que se cuestione mucho su rendimiento”, insiste Rotter.
Pese a ello, en estos mismos seis meses varios atletas mexicanos han respondido con resultados favorables: en el Campeonato Panamericano de Ciclismo de Pista de Argentina cerraron con 14 medallas, en el Grand Prix de Halterofilia de Cuba con 11 y uno de los éxitos más mediáticos fue el triunfo en el Mundial de Natación Artística de Egipto, entre otros logros en tiro con arco, gimnasia, triatlón y taekwondo.
Es un buen augurio para tratar de repetir el liderato en el medallero que la delegación mexicana logró en Barranquilla 2018 con 341 preseas: sus 132 oros, 118 platas y 91 bronces. Desde Mayagüez 2010, México no baja de 300 medallas en JCC y, a nivel histórico, es el segundo país con más preseas áureas en la historia de la competencia con 1,367, sólo superado por Cuba (1,752).
“Esperaría que México se pueda acercar a esa cifra (la de 2018). Ya en competencia la experiencia y madurez de los atletas, en especial para los que ya llevan muchos años en selección nacional, hará que los problemas no tengan ningún efecto. Para los más novatos seguramente será más complicado, pero no se ha dado la falta de apoyos en todos los deportes, así que sería injusto medir a toda la delegación con la misma vara”, aclara el especialista.
—Respecto al tema mental, ¿qué tanto puede afectar este clima al desempeño de los atletas en San Salvador?
—“Más que nada en una situación emocional negativa, pero no necesariamente les afecta en la parte de rendimiento. Por supuesto nadie quiere estar viviendo una situación en la que parece que el pleito es contra los atletas. Los dirigentes deben buscar la mejor relación, tratar de darles lo mejor que puedan, a lo mejor no siempre se va a poder dar el 100% del recurso como en países desarrollados, pero lo que dan lo tienen que hacer con la mejor actitud y motivación. Ciertamente no hay esa relación, incluso fueron atacados (los atletas), pero creo que también se han crecido, a veces hasta parece que funciona y se crecen al castigo”.
Pese a todas las diferencias, a inicios de junio Conade confirmó un apoyo económico de 51.8 millones de pesos para la delegación mexicana de más de 900 miembros, de los cuales 646 son atletas (355 hombres y 291 mujeres). Es un presupuesto menor al que se otorgó rumbo a Barranquilla 2018, cuando se alcanzaron los 60 millones.
México competirá en 36 de los 37 deportes de San Salvador, siendo el netbol la única excepción. Cuenta con figuras de alta experiencia incluso en Juegos Olímpicos, como la gimnasta Alexa Moreno, la arquera Alejandra Valencia y el clavadista Germán Sánchez, por lo que el mismo portal oficial de Olympics pone a la delegación tricolor como candidata a ganar el medallero de los JCC junto a Cuba y Colombia.
“La realidad es que también los países del área tienen sus propios problemas: Cuba y Venezuela, con cada vez menos dinero para invertir en el deporte, mientras que Colombia, que venía subiendo muy bien, ahora con el cambio en su gobierno ha tenido complicaciones”, enfatiza Juan Manuel Rotter.
Otra circunstancia adversa para los atletas es que, debido a la pandemia, los Juegos Centroamericanos y del Caribe se movieron de 2022 a 2023, juntándose en el mismo año con Juegos Panamericanos, que serán en Santiago de Chile entre octubre y noviembre. De ambos, los Panamericanos son los que tienen mayor fuerza para ganar un boleto a Juegos Olímpicos.
Esta es la primera vez desde 1959 que los Centroamericanos y Panamericanos se celebran en el mismo año, pero hasta el momento no hay indicativo de que los atletas mexicanos den prioridad a uno sobre el otro, aunque eso implique un reajuste total a su calendario de preparación.
“Esto no es lo ideal, lo ideal hubiera sido que en el año dos del ciclo olímpico estuvieran los Centroamericanos, pero no fue así por la pandemia. Tratar de adecuar todos los eventos que existen en el mundo ha sido un reto monumental para las federaciones internacionales y el propio Comité Olímpico Internacional (COI). Los entrenadores han tenido que echar mano de su creatividad y conocimiento para adaptar sus programas de entrenamiento, individualizarlos y sacar lo mejor de esta situación. Se busca entrar ya en un ciclo 2024-2028 de normalidad, porque para el deporte por ahora todavía no entramos a la normalidad”.
México también cuenta con favoritos al oro en competencias por equipo, como la natación artística, beisbol y futbol femenil, por lo que confía en destacar en San Salvador del 23 de junio (día de la inauguración oficial, aunque el torneo empezó el 21) al 8 de julio.
Los Juegos Centroamericanos y del Caribe son el torneo multideportivo regional más longevo del mundo (desde 1926) y se celebran en El Salvador por tercera ocasión, después de 1935 y 2002, aunque esta vez siete de las 53 disciplinas totales se ejecutarán en Santo Domingo, República Dominicana.
“Los Juegos Centroamericanos son parte de ese escalonamiento para poder llegar al sueño olímpico: primero hay que ser el mejor de tu país, luego de la región, después estar entre los mejores del continente para buscar lugar entre los mejores del mundo y finalmente llegar a unos Juegos Olímpicos. Sin duda ha habido muchas piedras en el camino, pero creo que al final todas fueron sorteadas”, concluye Juan Manuel Rotter.
