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Bistronomie

Lectura5:00 min

¿Dónde comer? Naakary, el restaurante que cosecha todo lo que sirve en cada plato

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En Naakary el tiempo se desacelera y cada comida se convierte en un encuentro íntimo con la tierra, la estación y quienes la cultivan. Proyecto de una pareja joven, este rincón en San Miguel propone una forma distinta de entender la cocina

Miriam Lira

En medio del semidesierto de San Miguel de Allende, dos jóvenes emprendedores están cultivando mucho más que alimentos: están sembrando un modelo de vida, una cocina con trasfondo y un nuevo lenguaje para el lujo sustentable.

Naakary no se parece a ningún restaurante. Y quizás eso sea lo que más lo define. Fundado en 2021 por el chef Alexis Torres y la repostera Roxana Prieto, este proyecto nació con la voluntad de volver a las raíces, no solo en lo gastronómico, sino en lo vital. Antes que cocineros, fueron agricultores. Antes que diseñar un menú, ablandaron la tierra, aprendieron a observar el clima, a respetar los ciclos de lluvia y a dejar que las semillas siguieran su curso natural.

"Sí se pensó que fuera la parte natural y sustentable el hilo conductor", dice Alexis, recordando cómo desde el inicio tuvieron claro que su cocina debía depender directamente de la tierra, y no al revés.

En estas tierras antes áridas —donde sólo pastaban animales—, ahora crecen hortalizas, flores comestibles, árboles frutales y especies nativas como magueyes y nopales. Desde el principio, la meta fue clara: construir un sistema agroecológico capaz de sostener su cocina, su comunidad y su vida diaria. No hay agua corriente: la captan con sistemas de lluvia, tienen baños secos. No usan pesticidas: trabajan con asociaciones de cultivo. No compran semillas tratadas: las guardan, las heredan, las intercambian con vecinos.

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Naakary significa nopal en Otomí.Beto Lanz

Un proyecto de pareja, sembrado a mano

Alexis aprendió entre lo académico, de su madre y de los libros. Roxana, igual, con árduo estudio y de los recuerdos de sus abuelos: uno regaba a mano sus cultivos en las afueras de Nuevo Laredo; la otra, apasionada por las plantas medicinales, solía regresar de cada viaje con esquejes escondidos entre el equipaje. 

“Yo no tenía conocimiento de muchas cosas del campo… fue un descubrimiento” confiesa Roxana, quien ha aprendido a leer el huerto como quien aprende un nuevo idioma, con paciencia y asombro.

Juntos han formado una dupla complementaria, donde ella lidera la repostería gran técnica y productos frescos, y él transforma ingredientes del día en platillos que difícilmente se repiten al cambio de estación.

Cada rincón de Naakary, que significa nopal en otomí, se construyó siguiendo la intuición. Primero fue la cocina abierta, luego las mesas al aire libre, después llegaron las habitaciones para huéspedes. Cada espacio tiene una historia. Cada planta, un porqué.

Cocina sin etiquetas

El menú cambia según la estación. No hay carta. No hay promesas de ingredientes fuera de temporada. Lo que hay es un menú degustación de siete a diez tiempos (2,200 pesos) que puede incluir desde una tarta de tomate y salvia, hasta un mole blanco con wagyu, cebolla, cacahuate y polvo de jitomate.

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Menú de degustación de Naakary. Tetelita y una gordita de carne apache con sábila, seguido de una infladita de pato con frijol, nopal y verdolaga.Beto Lanz

"Aquí no hay carta. Si mañana no viene nadie, no cocinamos y cerramos" dice Alexis con naturalidad, como una declaración de principios.

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Mole blanco con wagyu, cebolla, cacahuate y polvo de jitomate.Beto Lanz

El menú del 27 de abril de 2025 comenzó con una tetelita y una gordita de carne apache con sábila, seguido de una infladita de pato con frijol, nopal y verdolaga. Continuó con un sorprendente aguachile de papada de cerdo con vinagre de rosas, luego una preparación de calabaza con miel de agave, seguido de un mole de cacao con pato y arroz.

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Menú de degustación de Naakary. Aguachile de papada de cerdoBeto Lanz

Cada platillo es una ventana al ecosistema del huerto. El mole blanco, por ejemplo, integra técnicas tradicionales y sensibilidad contemporánea. El arroz cocido en fondo de pato y la papada cocinada lentamente con flores comestibles elevan la cocina de Naakary a una narrativa de memoria y origen.

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Menú de degustación Naakary. Calabaza, miel de agave.Beto Lanz

Dulces que rompen las reglas

Los postres en Naakary no son un final: son una extensión del huerto. Roxana crea pequeñas piezas que combinan calabaza, kumquat, pepita, chocolate blanco, hinojo e hidromiel. También ofrece un helado de higo con jamaica, una gomita ácida y un malvavisco de plátano con chocolate de Finca Las Delias.

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Gomita y malvavisco de plátano y chocolateBeto Lanz

"Lo que busco no es que el postre cierre el menú, sino que lo siga contando", explica Roxana, quien no utiliza azúcar refinada ni sabores convencionales. Todo surge del campo, de técnicas ancestrales y modernas, donde lo impensable puede tomar el rol del dulzor y el equilibrio viene del tiempo.

El lujo de lo natural

En una industria de cocinas predecibles y menús estandarizados, Naakary apuesta por lo irrepetible. Si en invierno no hay productos frescos, cierran. Si una semilla no germinó, se cambia el platillo. Si un ingrediente se da mejor en casa de una vecina, se colabora.

Este proyecto no busca estar lleno todos los días, ni competir con los grandes restaurantes de moda. Busca coherencia. "Para nosotros, lo importante es que la cocina tenga un sentido, no una obligación", afirma Alexis. Y en ese camino, se ha convertido en un faro de lo que puede ser la cocina mexicana contemporánea cuando se trabaja desde la raíz.

Comer aquí es una experiencia, un sitio de peregrinaje gastronómico. Es comprender que detrás de cada bocado hubo una planta cuidada con paciencia, una técnica adaptada al entorno, una decisión ética, y una conversación con el clima. Es el verdadero lujo: comer lo que el campo te ofrece, en el momento justo, preparado por quienes lo sembraron.

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Chef Alexis Torres en el huerto.Miriam Lira

  • Dirección: Carretera a Jalpa Km 4.2 Sosnabar, San Miguel de Allende, Guanajuato 37898.
  • Reservación obligatoria con 24 horas de anticipación.
  • Menú degustación: 2,200 pesos MXN por persona (bebidas no incluidas)
  • Instagram: @naakarysma
Miriam Lira

Periodista gastronómica. Ha colaborado en medios como Reforma, Uno Tv, Revista Fortuna, Contralínea, El Universal, Food and Travel y El Heraldo de México, en donde fundó en 2017 Gastrolab, ganador de Mejor Medio de Comunicación gastronómica en 2023 por Vatel Club México. Ganadora de la beca Women Deliver 2019.

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