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Bistronomie

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Licuado de avena y guayaba: sabor, fibra y energía para el día a día

Licuado de avena

Una alternativa completa y funcional para el desayuno, que combina tradición frutal mexicana con nutrición inteligente.

Redacción El Economista

En un país donde los jugos matutinos han sido durante décadas el combustible del desayuno, los licuados comienzan a posicionarse como una opción más equilibrada, saciante y funcional. Lejos de ser solo una moda saludable, mezclar frutas con avena, lácteos o semillas permite crear bebidas con mayor poder nutritivo, capaces de aportar energía sostenida y beneficios digestivos, metabólicos e inmunológicos.

Uno de los más nobles, sabrosos y subestimados es el licuado de avena y guayaba, una combinación que destaca no solo por su sabor tropical y textura cremosa, sino por su potencia nutricional. Mientras la guayaba aporta más vitamina C que los cítricos, junto con antioxidantes y fibra, la avena suma carbohidratos complejos, betaglucanos y efecto saciante. El resultado es una bebida que no dispara el azúcar en sangre como lo haría un jugo de fruta, pero que sí ofrece energía, sabor y salud en un mismo vaso.

Ideal para quienes buscan un desayuno práctico, sin recurrir a productos ultraprocesados, este licuado puede adaptarse fácilmente al gusto, la temporada y el perfil nutricional de cada quien. A continuación, te compartimos una receta pensada para sorprender tanto al cuerpo como al paladar:

Licuado de avena

Licuado de avena y guayaba 

Ingredientes (2 porciones):

  • 1/2 taza de avena en hojuelas (puede ser tradicional o instantánea)
  • 1 guayaba madura con cáscara o sin (Según el gusto)
  • 1 plátano (maduro, para aportar dulzor natural)
  • 1 taza de leche (entera, descremada o vegetal, como almendra o coco)
  • 1/2 taza de yogur griego natural (opcional, pero aporta proteína y cremosidad)
  • 1/2 cucharadita de canela molida
  • Hielo al gusto

Preparación:

  • Si usas avena tradicional, déjala remojar 2 minutos en la leche para suavizar su textura.
  • Agrega todos los ingredientes a la licuadora: avena, guayaba, plátano, leche, yogur y miel.
  • Licúa hasta obtener una mezcla homogénea y cremosa.
  • Incorpora hielo y vuelve a licuar si lo prefieres frío.
  • Sirve en vasos altos y espolvorea un poco de canela o chía al final como toque decorativo.

¿Por qué preferir licuados en lugar de jugos?

Menos azúcar, más saciedad: al conservar la pulpa y fibra de la fruta, los licuados ralentizan la absorción de azúcares.

Mayor aporte proteico: al integrar yogur o leche, se transforman en desayunos más completos.

Textura y versatilidad: admiten toppings, semillas o incluso nueces para hacerlos aún más funcionales.

Eficiencia energética: ideales para quienes no tienen tiempo de sentarse a desayunar, pero no quieren comprometer su nutrición.

Este licuado no solo es un guiño a la guayaba como fruta emblemática mexicana, sino una muestra de cómo los ingredientes cotidianos pueden transformarse en aliados de bienestar, sin renunciar al sabor ni a la identidad culinaria.

¿La mejor parte? Es una receta que puede evolucionar: puedes agregar espinacas para un toque verde, mango para un perfil más tropical o proteína en polvo si estás en etapa de entrenamiento.

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