Lectura2:00 min
Licuado de avena y guayaba: sabor, fibra y energía para el día a día

Una alternativa completa y funcional para el desayuno, que combina tradición frutal mexicana con nutrición inteligente.
En un país donde los jugos matutinos han sido durante décadas el combustible del desayuno, los licuados comienzan a posicionarse como una opción más equilibrada, saciante y funcional. Lejos de ser solo una moda saludable, mezclar frutas con avena, lácteos o semillas permite crear bebidas con mayor poder nutritivo, capaces de aportar energía sostenida y beneficios digestivos, metabólicos e inmunológicos.
Uno de los más nobles, sabrosos y subestimados es el licuado de avena y guayaba, una combinación que destaca no solo por su sabor tropical y textura cremosa, sino por su potencia nutricional. Mientras la guayaba aporta más vitamina C que los cítricos, junto con antioxidantes y fibra, la avena suma carbohidratos complejos, betaglucanos y efecto saciante. El resultado es una bebida que no dispara el azúcar en sangre como lo haría un jugo de fruta, pero que sí ofrece energía, sabor y salud en un mismo vaso.
Te puede interesar
Ideal para quienes buscan un desayuno práctico, sin recurrir a productos ultraprocesados, este licuado puede adaptarse fácilmente al gusto, la temporada y el perfil nutricional de cada quien. A continuación, te compartimos una receta pensada para sorprender tanto al cuerpo como al paladar:

Ingredientes (2 porciones):
- 1/2 taza de avena en hojuelas (puede ser tradicional o instantánea)
- 1 guayaba madura con cáscara o sin (Según el gusto)
- 1 plátano (maduro, para aportar dulzor natural)
- 1 taza de leche (entera, descremada o vegetal, como almendra o coco)
- 1/2 taza de yogur griego natural (opcional, pero aporta proteína y cremosidad)
- 1/2 cucharadita de canela molida
- Hielo al gusto
Preparación:
- Si usas avena tradicional, déjala remojar 2 minutos en la leche para suavizar su textura.
- Agrega todos los ingredientes a la licuadora: avena, guayaba, plátano, leche, yogur y miel.
- Licúa hasta obtener una mezcla homogénea y cremosa.
- Incorpora hielo y vuelve a licuar si lo prefieres frío.
- Sirve en vasos altos y espolvorea un poco de canela o chía al final como toque decorativo.
¿Por qué preferir licuados en lugar de jugos?
Menos azúcar, más saciedad: al conservar la pulpa y fibra de la fruta, los licuados ralentizan la absorción de azúcares.
Mayor aporte proteico: al integrar yogur o leche, se transforman en desayunos más completos.
Textura y versatilidad: admiten toppings, semillas o incluso nueces para hacerlos aún más funcionales.
Eficiencia energética: ideales para quienes no tienen tiempo de sentarse a desayunar, pero no quieren comprometer su nutrición.
Este licuado no solo es un guiño a la guayaba como fruta emblemática mexicana, sino una muestra de cómo los ingredientes cotidianos pueden transformarse en aliados de bienestar, sin renunciar al sabor ni a la identidad culinaria.
¿La mejor parte? Es una receta que puede evolucionar: puedes agregar espinacas para un toque verde, mango para un perfil más tropical o proteína en polvo si estás en etapa de entrenamiento.