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Día Internacional para la Prevención del Suicidio: el estigma que todavía cuesta vidas

Es un tema que los mexicanos evaden, pero que también muestra la falta de atención en la salud mental.

Mónica Fuentes

En 2024, México registró cerca de 9,000 suicidios —equivalentes a una tasa de 6.9 por cada 100,000 habitantes, según el Inegi—, una realidad que todavía se enfrenta con fuerte estigma dentro de las familias mexicanas, como explicó en entrevista con El Economista la psicóloga Judith Rivera Baños.

“Si ponemos un ejemplo concreto, en un funeral alguien pregunta, ‘¿Por qué murió?’, ‘por un infarto’, ‘por una operación’, ‘porque le tocaba’, pero nadie dice ‘porque se suicidó’. El hecho de sólo mencionar esa palabra genera un peso grande en la población, y la lucha es abonar a la prevención para desmitificar el suicidio.

“No es que la persona haya querido (suicidarse); sino que fue una acumulación en muchas situaciones que no sabemos en realidad y nunca vamos a saber”, y es por eso por lo que la prevención sería más efectiva si el estigma no existiera.

Formas de atención

La organización Mundial de la Salud (OMS) define al suicidio como el acto deliberado de quitarse la vida. También es considerado un problema de salud pública que afecta a todo el entorno del individuo, por lo que se implementan políticas públicas en diferentes instituciones para salvaguardar la salud mental.

Sin embargo, no son suficientes porque estos programas no llegan a toda la población; por ejemplo, en el caso del IMSS, van dirigidos a sus derechohabientes, dejando de fuera a otra parte de la población que puede estar en situaciones más vulnerables.

La también maestra en psicología clínica y de la salud indicó que la familia representa un papel vital al ser el primer contacto del individuo, pero no contar con las estrategias para identificar el suicidio hace que la situación se vuelva un factor de riesgo que tiene que ver con la falta de habilidades sociales, comunicación, empatía y de una relación sana.

“El papel de la escuela es un poco en la misma en la misma línea; el poder identificar señales de alarma en los estudiantes y entonces poder canalizar a los espacios pertinentes, especializados para que puedan recibir el acompañamiento que requiere”, explicó.

Por eso resaltó la urgencia de fortalecer el sistema de atención a la salud mental y que todos los sectores de la población puedan atenderse para después tocar otros espacios, como las capacitaciones, y que las instituciones tengan una planeación para abordar este problema.

Señales de alerta

La también es docente en la carrera de psicología en la Facultad de Estudios Superior (FES) Iztacala del Sistema Universidad Abierta y Educación a Distancia (SUAyED) en la UNAM menciona los siguientes puntos que pueden ser tomados como señales de advertencia:

  • Cambios abruptos en estados de ánimo o rutinas. 
  • Dejar de hacer cosas de las que antes le gustaban y hasta tener desgane por ellas.
  • Desprenderse de objetos importantes. 
  • “Despedirse” de sus conocidos. 
  • Tener conversaciones que parecieran ser un cierre y/o agradecimiento. 
  • Publicaciones en redes sociales donde indiquen que “la vida sería mejor sin ellos” y otras sobre el mismo tema.
  • Tener comportamientos de riesgo, como hacer algo que nunca hubieran hecho; lanzarse de un paracaídas, por ejemplo. 
  • Verbalizarlo: decir abiertamente que se quiere morir; preguntar que se haríamos si falleciera.

“El problema es que no siempre tenemos esta habilidad para poder escuchar, acompañar y validar lo que está sintiendo la otra persona, y las reacciones impulsivas serían más en el ‘¿Cómo crees?, estás loco’; es decir, lo evitamos”, agregó.

La docente reiteró que no es que una persona que piensa en el suicidio o cuando lo comete desee acabar con su vida; lo que en verdad quiere terminar es con los problemas que tiene en ese momento y siente que se le cierran las opciones. Ante esta situación, la psicóloga señaló tres características que tienen los eventos que rodean a la persona afectada, ya que los percibe de la siguiente forma:

  1. Interminables. Que nunca concluirán. 
  2. Incontrolables. Que se sale de sus manos. 
  3. Intolerable. Que no puede más con la situación.

Sin una red de apoyo o estrategias para hacerle frente a sus problemas, la persona no encuentra la forma óptima de encontrar otra salida favorable que no atente contra su vida.

¿Nadie los va a extrañar?

La serie de Prime Video, Nadie nos va a extrañar, toca el tema del suicidio. Causó gran impacto en los espectadores, quienes señalaron en redes sociales que “era algo que no veían venir”; en cambio, otra parte del público sí identificó las alertas que daba el personaje.

“Algo curioso pasa con este tipo de contenidos, que cuando ya empezamos a aprender sobre el tema vemos las señales; cuando no tenemos ni idea del tema, no las podemos identificar, nos cuesta mucho trabajo; entre más profundizamos más es posible ubicar”, explicó la investigadora en conductas de riesgo y suicidas.

Consideró que las series y películas son un medio para promover conciencia social; el mito es decir que se les dan ideas a los adolescentes, a lo que la especialista recalcó que, sin las herramientas para hacer frente a la problemática, sí pueden darle una interpretación errónea y por eso es importante la prevención.

Además, los medios de comunicación también tienen un papel importante, para no informar incorrectamente; si la información de un suicidio se presenta como una forma de reconocimiento, de un acto heroico, sólo se refuerza en la población que se trata de una buena acción.

Mirada hacia el futuro

El próximo 10 de septiembre es el Día Internacional para la prevención del suicidio; a nivel institucional, Rivera Baños sugiere revisar que sea un motivo para comenzar con proyectos de atención y capacitación; que no quede sólo en una plática y ver el objetivo de los proyectos de sensibilización.

A nivel personal, “de entrada es un día de reflexión; sí conmemoramos, pero no celebramos, reflexionamos, vemos hacia nuestros propios espacios; por ejemplo, cómo somos con nuestro entorno, si escuchamos y validamos; nosotros mismos, ¿Cómo nos encontramos?”, también analizar el impacto que causamos en los demás, comentó.

Si te encuentras en una situación de la que sientes que no hay salida, y/o identificaste que algún conocido tuyo puede atentar contra su vida, comunícate a los siguientes números de ayuda en donde te brindarán orientación:  

  • Línea de la Vida (Secretaría de Salud): 800 911 2000. 
  • SAPTEL (apoyo psicológico a distancia, UNAM-SSa): 800 472 7835. 
  • Teléfono de la Esperanza: 800 822 3737. 
  • Locatel CDMX: 55 5658 1111 (también enlaza con apoyo psicológico). 
  • IMSS – Línea Bienestar Emocional: 800 2222 668 opción 4.

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