Los déjà vu de Héctor de Mauleón

Desde su primer libro de cuentos, La perfecta espiral, publicado a finales del siglo pasado, Héctor de Mauleón tenía la fascinación por un tema a la vez personaje que marcaría su obra posterior: la Ciudad de México y sus secretos.

En aquellas nueve historias, De Mauleón plantea la posibilidad de que la ciudad, el imaginario colectivo, convierte a sus personajes en destino, en eterno retorno que, ya como sombra, fantasma o aire, todo lo envuelve como si las anécdotas que el autor desarrolla fueran un déjà vu a instantes de resolverse.

Tal postura, sin embargo, lleva a pensar en la paradoja de Hebert Allen Gilles: Chuan-Tzu soñó que era una mariposa y, al despertar, no sabía si era un hombre que había soñado ser una mariposa o una mariposa que ahora soñaba ser un hombre .

¿Quién se impone a quién? ¿La ciudad de México a sus habitantes o los habitantes a la ciudad de México?

En su segundo libro, El tiempo repentino. Crónicas de la Ciudad de México en el siglo XX, Héctor cambia la ficción por el periodismo de investigación hemerográfica para reescribir algunos sucesos claves de la capital del país, como la llegada del automóvil, el teléfono, el cinematógrafo o, bien, la hambruna de 1915, o el relato de crímenes más sonados durante esa época, o hechos memorables como una pelea de box o de lucha libre.

Con este trabajo, De Mauleón se perfilaba como digno candidato a ser el cronista de la ciudad de México, gracias a su estilo perfectamente documentado, pero sin la presunción del docto, sino de alguien que día a día se asombra y se sorprende de su entorno, por lo que busca adentrarse y revivir el pasado como una forma de entender el presente.

Su tercer libro, El secreto de la Noche Triste, es una novela de suspenso ambientada en el México novohispano, que tiene de trasfondo la búsqueda del tesoro de Moctezuma, y también es, probablemente, su obra más ambiciosa y, en algo recuerda a El nombre de la rosa, de Umberto Eco.

De dicho trabajo, palabras más, palabras menos, en estas mismas páginas se dijo que De Mauleón desparrama erudición sin petulancia de una época poco historiada para crear una novela que, en otro país, se convertiría en un best seller en el buen sentido del término. Además de estar bien escrita lo que se agradece en estos tiempos post-posmodernos , busca que el lector resuelva, siempre de mano del autor, una serie de intrigas, asesinatos, traiciones, premoniciones y lienzos con claves cifradas en escenarios fácilmente identificables del México contemporáneo.

Tanto su obra de ficción como de no ficción ha sido antologada en diversos libros, pero Héctor de Mauleón no sólo es un hombre libresco; es, también, fundador de suplementos literarios, periodista serio tanto de diarios de circulación nacional como de televisión, hacedor de revistas mitad políticas, mitad literarias, y mañana, a las siete de la noche, en el Museo de la Ciudad de México (Pino Suárez 30, Col. Centro), presentará su cuarto libro, La ciudad que nos inventa. Crónica de seis siglos, editado por Cal y Arena, y en la que este autor indispensable de la identidad defeña parece vuelve al déjà vu de su obra primera y a su trabajo, de su obra segunda, como, tal vez, el mejor cronista de la capital.

En la presentación estará acompañado por el también escritor Rafael Pérez Gay.