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La escasez de órganos evidencia la importancia de seguir trabajando con xenotrasplantes
Aunque aumentaran las donaciones de órganos, nunca habrá suficientes para todos los pacientes en el mundo. Por ello los órganos de animales compatibles con humanos son una realidad cercana que se podría iniciar a través de los xenotrasplantes celulares o como un «puente» para el trasplante” , asegura del doctor Montgomery, el primer cirujano en trasplantar con éxito un riñón de cerdo a una persona viva.

Doctor Robert Montgomery. Foto: Cortesía
“Lo que hicimos el 25 de septiembre de 2021 fue tomar un órgano de un cerdo modificado genéticamente y lo implantamos en una persona que había muerto recientemente, fue declarada con muerte cerebral y la familia decidió donar su cuerpo para participar en el estudio. El objetivo era brindar la primera evidencia de lo que parecieran ser resultados prometedores en órganos de primates no humanos y que pudieran ser traducidos en una buena esperanza en humanos”, dijo el doctor Robert Montgomery, director del Instituto de Trasplantes Langone de la Universidad de Nueva York. Él se convirtió en el primer cirujano en trasplantar con éxito un riñón de cerdo a una persona viva.
Los avances biomédicos han impulsado esta práctica de xenotrasplante, que consiste en implantar órganos provenientes de animales con alta compatibilidad genética con el ser humano. Aunque los intentos y fases experimentales tienen su origen a principios del siglo XX, actualmente se han incrementado las probabilidades de conseguir una cirugía exitosa que aumente la vida del paciente.
En ocasión de su visita a México, El Economista tuvo la oportunidad de charlar con el doctor Montgomery, considerado como una eminencia mundial en trasplante renal y autoridad en materia de xenotrasplantes, él a su vez es paciente con trasplante de corazón y nos comparte su postura ante esta alternativa innovadora y los retos futuros.
“Yo participé en mi propio ensayo clínico y recibí mi corazón de una víctima de sobredosis de droga que tenía hepatitis C y tuve la misma enfermedad, luego tomé el fármaco antiviral y quedé totalmente curado, después de esto he dedicado mucho de mi carrera tratando de expandir la oportunidad para las personas que reciben el milagro del trasplante, pero la verdad es que con el incremento de casos que lo necesitan, no alcanzamos a cubrir la necesidad y eso constantemente va a aumentando, es exponencial”.
Tan sólo en México, de acuerdo con el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), más de 17,000 personas están en espera de un trasplante de riñón; 5,259 de córneas, 238 de hígado y 54 de corazón. En contraste, pese a que la lista de espera rebasa los 23,000 pacientes, en el país se realizaron apenas 7,000 trasplantes el año pasado, es decir, menos de la tercera parte de los requeridos.
Luego de la hazaña de Montgomery, el pasado 7 de enero, David Bennett, un hombre de 57 años con una enfermedad cardíaca terminal, recibió un corazón de cerdo genéticamente modificado en el Centro Médico de la Universidad de Maryland. El primer trasplante de corazón de un cerdo a un humano que vivió durante dos meses, Montgomery lo considera exitoso pero corto, porque hubo muerte cerebral y se mantuvo al paciente en un ventilador, por ello en algún punto se tuvo que hacer un cierre con la familia. Pero asegura que esto contestó preguntas muy interesantes, y otros grupos están haciendo investigación similar.
“Ha sido muy emocionante y el mundo se está preguntando ¿qué sigue, qué podemos esperar de esto?”, apunta.
Desafíos de los xenotrasplantes
El doctor Montgomery explica que por ahora estamos atorados en el paradigma de lo que significa que alguien tenga que morir para que alguien más pueda vivir, “y cuando piensas en eso y el constante incremento de la necesidad de órganos para trasplante, ese paradigma parece que no va a funcionar”. Dijo que lo que necesitamos es una fuente sustentable y renovable de órganos “y eso es lo que los xenotrasplantes podrían darnos”.
“Con el paradigma actual de solamente tener una fuente de órganos de personas que han muerto o donadores vivos, para mí fue muy claro, conforme yo enfermé y comprendí que tengo un problema genético cardiaco que ha afectado a muchos miembros de mi familia, además de estar muy enfermo antes de calificar para un trasplante, y que el desabasto de órganos sigue siendo nuestro gran desafío, pues apenas la mitad de personas que requiere un trasplante entra tan solo a una lista, mientras otros mueren, sabía que requeríamos de un cambio, una fuente nueva de órganos”.
“Yo siempre sentí que hay alguna razón o propósito por el que sigo aquí, y no lo sé, tal vez esta es la razón”, asegura el médico.
El especialista considera que las fuentes más prometedoras de órganos renovables y sostenible, es el xenotrasplante usando órganos de otras especies o bioartificiales, donde se construye un órgano, pero con la otra alternativa, el órgano ya está hecho, el desafío es evitar que el sistema inmune lo elimine; también se busca salvaguardar infecciones entre especies, “ya hemos pasado por esta pandemia y obviamente nos preocupan las zoonosis y la posibilidad de una infección entre especies”.
Dijo que por más de 30 años han estado trabajando con ingeniería genética, sobre todo con cerdos y primates, sin embargo estos últimos son especies muy difíciles que aunque están más cerca genéticamente a los humanos, son muy frágiles y es más probable que pudiera haber una transmisión de alguna enfermedad como VIH, tienden a tener infecciones y por último, la percepción del público de usar primates como fuente de órganos no es buena, además son cada vez más escasos a nivel mundial.
Por su parte, los cerdos se han sometido a modificación genética y han sido criados para que todos tengan el tipo de sangre tipo O+ y se puedan usar para cualquier receptor, son criados para reducir los riesgos de zoonosis y la percepción del público es mejor, pues incluso es fuente de alimento para el humano.
Sobre el futuro, explica que podríamos decir que nos encontramos en una fase inicial “y sabemos que no es como hacer una nueva molécula o un fármaco, es mucho más complejo, pero pensemos en nuestros celulares, apenas hace diez años no podíamos hacer todo lo que ahora resolvemos con ellos, yo no veo por qué no los xenotrasplantes podrían seguir este tipo de trayectoria”.
Concluye que, aunque un órgano humano será preferible, en muchos casos no hay opción, y las personas que necesitan un trasplante se vuelven invisibles, “tenemos que estar conscientes de ello y de lo bien que se están logrando estos primeros pasos, en un futuro esta opción podría ser más costeable incluso que un órgano humano”.
“Podríamos habernos quedado en el paso de seguir haciendo modificaciones genéticas o más estudios en primates, pasar de un mono a un humano vivo fue un gran salto, dimos un salto intermedio, que fue probar primero en un humano recientemente muerto para estar seguros de que no hubiera un evento catastrófico y dañara a un humano vivo. Esto nos dio confianza, tanto a médicos, como organizaciones regulatorias para poder avanzar e ir a un ensayo fase I”.
rrg