Green Book, querida u odiada

¿Ahora sí podemos ponerle punto final a la película Green Book?

Desde que ganó el Oscar a Mejor Película en la reciente entrega, el mundo del cine o, mejor dicho, en Twitter y en algunos artículos, se destapó la polémica sobre tal decisión. 

La mayoría de los expertos lo tiene muy claro: Green Book no es una película tan ambiciosa desde el punto de vista artístico como lo es Roma de Alfonso Cuarón; su temática no tenía como objetivo profundizar tanto en el tema como BlackkKlansman (El infiltrado en el KKKlan) de Spike Lee. 

Green Book tampoco tuvo la ambición de ser un hito cultural ni técnico como Black Panther, que además de haber sido una película visualmente emocionante por su brillante acción, resultó ser la cinta más exitosa del 2018.

Green Book es una comedia optimista sobre un chofer italoestadounidense llamado Tony Vallelonga y un pianista negro llamado Don Shirley, quienes a lo largo de un viaje descubren una amistad y comprensión inesperadas.

La película nunca aspiró a figurar en la lista del canon cinematográfico ni pretendió desaparecer el racismo en Estados Unidos.

“No nos propusimos dar un mensaje”, dijo el director Peter Farrelly a Anne Thompson, de Indiewire, el pasado noviembre. Su conocido guion coescrito por Nick Vallelonga, cuyo padre lo inspiró en la creación del personaje principal, fue potenciado por las extraordinarias actuaciones de Viggo Mortensen y Mahershala Ali.

Reconciliación racial

Dirigida con sencillez por Farrelly, Green Book se propuso entretener a los espectadores a través de una historia de reconciliación racial.

La película tuvo buena acogida entre espectadores internacionales, lo que la hizo acreedora de varios premios entre ellos, el correspondiente al Festival Internacional de Cine de Toronto.

De manera similar, los integrantes de la academia tuvieron una respuesta emocional igualmente cálida hacia la película, lo que explica con claridad las razones por las que Green Book se llevó los máximos honores del Oscar.

A diferencia de las categorías restantes, la mejor película se selecciona en una boleta donde el jurado clasifica a los nominados en orden descendente. El ganador tiene que lograr 51% de los votos.

Los críticos de Green Book sustentan sus señalamientos en que la película está hecha para que los blancos se sientan mejor acerca de sí mismos proyectándoles un aura de salvadores en entornos donde interactúan con negros.

Claramente, Green Book no fue la película más importante o innovadora del 2018. Pero, especialmente a la luz de los procedimientos de votación de la academia, su victoria no es tan “polémica” o “divisiva” como en otras ocasiones.

Hambre de entretenimiento atractivo

Asistí al Festival de Cine de Miffleburg y al ver que los asistentes se levantaron para aplaudir a la película al final de la proyección, sentí que la película se mostraba ante un público hambriento de entretenimiento atractivo, sano y eficaz que Hollywood rara vez hace.

Recordemos, su objetivo era plasmar una historia atractiva, no enviar un mensaje. Sin embargo, todo parece indicar que la película se ha convertido en un saco de boxeo donde impactan muchos tuits.