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El emperador vino a méxico
Su nombre real era Tafari Makonnen. Se le conocía de niño como Ras Tafari , el príncipe. La palabra rastafari, fundamental para la música reggae, tiene ahí su raíz.
Lo cuenta Ryszard Kapuscinski en El emperador (Anagrama), a partir de la voz de un testigo: Era un perrito pequeño, de raza japonesa. Se llamaba Lulú. Disfrutaba del privilegio de dormir en el lecho imperial. A veces (...) se hacía pipí en los zapatos de los dignatarios. A éstos les estaba prohibido mostrar molestia alguna cuando notaban humedecidos los pies. Mis funciones consistían en ir de un dignatario a otro limpiándoles los orines de los zapatos. Para ello usaba un trapito de raso. Desempeñé este trabajo durante 10 años .
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Esa perla, para ilustrar una esquina de la vida de Haile Selassie, el emperador de Etiopía, el Rey de Reyes, el León de Judá, Su Más Sublime Majestad. El último descendiente de Salomón.
Selassie gobernó su imperio de opereta gran parte del siglo XX, entre 1930 y 1975, cuando fue asesinado.
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Su nombre real era Tafari Makonnen. Se le conocía de niño como Ras Tafari , el príncipe. La palabra rastafari, fundamental para la música reggae, tiene ahí su raíz.
Kapuscinski recoge en su libro el testimonio de decenas de personas que trabajaron en el imperio de Selassie. Se desentraña en esta narración coral la personalidad de tan extraordinario sujeto. Nunca bebía ni tampoco firmaba nada. Era tan adverso a plasmar nada por escrito que quizá fuera cierto que Selassie era analfabeto. Demandaba la más exigente de las lealtades a todos los que trabajaban para él. Mientras vivía con todo lujo, afuera el pueblo etíope moría en la pobreza y la inmundicia.
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Personajes como Selassie los volvemos ficción porque es insoportable verlos como reales. Pero no, existió el muy loco. Qué sorpresa que me llevé cuando encontré entre las fotos del Archivo Gustavo Casasola la efigie de esa majestad de chicle: Selassie visitó México durante el gobierno de Ruiz Cortines. Vino a agradecer la censura de Lázaro Cárdenas a la invasión de Etiopía por parte de los camisas negras de Mussolini.
Imaginen la comitiva que acompañó a Selassie. Debe haber sido un show digno del Marajá de Pocajú.
Archivo Gustavo Casasola: México y sus relaciones exteriores Ver fotogaleria.
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