El arte: el camino de la felicidad

Para Óscar Oramas, convertirse en artista fue algo que simplemente pasó: El arte va más allá de la sensatez (...) y cada quién escoge su locura. Creo que el arte es un buen camino para que tengamos un poco de una felicidad suprema en la vida. Y eso es lo que aporta el arte, porque no aporta más nada. Nadie necesita del arte, pero cuando lo haces es como una droga, cuando lo pruebas es como una droga. Cada quién escoge su propia droga.

Hay quien medita (...) y comienzas de manera consciente, pero luego te pierdes. Yo, cuando estoy haciendo una pintura (...) me pierdo. Y es como si meditara. Es mi estado de trance. Y esa felicidad no me la da más nada. Es algo único , nos dice el artista desde su casa en Coyoacán.

Más allá del gozo que representa el proceso creativo para el artista, Óscar confiesa que existe un tema tabú que forma parte del proceso y se refiere a lo conceptual: Uno está haciendo algo con cierto valor, digamos, yo creo que cada artista está haciendo su propio billete de lotería y está pensando: a ver si con esta obra me la saco.

Y eso da cierta satisfacción, ligada con esperanza y con un anhelo, que también tiene un carácter único (...) porque yo estoy haciendo mi propia felicidad, a mi manera. Y esas cosas son las que hallo más valiosas del arte, el momento de hacerlo y de enfrentarme a la pieza. Hay unas que salen a la primera y hay otras que no, que hay que batallar muchísimo, y hay que negarlas y combatirlas. Y cada proceso tiene su propia satisfacción, pero esos momentos que pasas solo con la pieza es lo que más valoro .

De pequeño, a Óscar le encantaba dibujar, como a todos los niños: no dibujaba ni mejor, ni peor, igual de alegre. Y como cualquier niño, una crayola y un pedazo de papel también a estas alturas , son lo máximo. No hace falta más. A veces en los restaurantes dan papel y crayolas (ríe), yo voy a un restaurante cerca y con eso me entretengo mientras que llega la comida .

Óscar Oramas estudió diseño gráfico en La Habana, Cuba: En esa época, la carrera tenía bastante de artes plásticas, porque no había tantas computadoras. La enseñanza del diseño pasaba por las manos. En ese momento nos dieron bastante dibujo y academia, bastantes técnicas de representación y experimentamos un poco con el arte. Hicimos performances e instalaciones, y locuras con algunos compañeros de la escuela .

Fue en 1995 que llegó a nuestro país a estudiar una maestría en artes visuales en la Academia de San Carlos. Tenía 22 años: Me encantó (...) fue una experiencia muy gratificante. Sobre todo por la historia de la academia, no por el presente. Ahí confluyen artistas jóvenes de muchos las dos del mundo, y eso te enriquece mucho .

Óscar es un artista que se aburre con facilidad, no en la vida, sino en su quehacer artístico, por lo que su obra contiene diversos estilos que se han ido transformando con el paso del tiempo. Cree que el artista debe tener un estilo único, con un lenguaje propio, un arte que pueda parecerse a muchos otros pero que al final no sea así.

El arte debe ser algo que te remueva el interior, sin usar la figuración, porque eso de que te remueva usando la figuración es el camino más fácil. Y si se mezcla con algo de abstracción, es un camino que me va a entretener bastante , nos dice Óscar, quien aprovecha para ahondar en el tema: Cuando el arte dejó de valerse por sí mismo y necesitó de tantas palabras, tanta explicación (...) para mí perdió esa emoción primaria que, por ejemplo, te da la música, que la oyes y te emocionas. Para mí, el arte visual debe ser así .

Cuando preguntamos a Óscar sobre sus influencias, nos dice que son muchas... y así sin más, hace un recorrido breve por la historia del arte y nos cuenta sobre Tiziano, Rafael, Rubens, Goya, Picasso, Velázquez, Diego Rivera y el expresionismo alemán, entre muchas otras cosas.

Todos tienen su valor y hay que ser justo y tener los ojos limpios para aprender. A veces me pongo a copiar a los clásicos de los libros. Es un ejercicio de estudiante pero es muy valioso porque te pone en tu lugar, te calma cualquier aspiración de grandeza que tengas, te la quita. Y te pone en tu lugar rapidísimo (ríe) .

El más reciente trabajo de Óscar es una serie llamada Butterfly Man, parte de la cual se encuentra en una exhibición en la Galerie des Tuiliers en Lyon, Francia. La serie, nos comenta Óscar, tiene mucha gestualidad, tiene geometría, tiene tramas que es el lenguaje del diseño que a su vez es lenguaje modernista , tiene dibujo, y es una fiesta del color y de los sentidos.

Le puse Butterfly Man por un dibujo que hice. Era un hombre al que le salían unas como hojas de la cabeza y al final parecía una mariposa. Y se me hace un título sensible y etéreo. Me gustó y se lo dejé a la serie. Que al final no determina gran cosa, pero siempre hay que poner un título (ríe) .

Para conocer más sobre la propuesta plástica y la obra de Óscar Oramas, puedes entrar a su página web: www.oscaroramas.com.

@faustoponce