De contrabando, traición y muerte

La historia probablemente sucedió en Los Ángeles, California, a finales de la década de los 60 del siglo XX. Los protagonistas fueron una mujer, de nombre Camelia, y el que tal vez era su amante, un tal Emilio Varela. Se dice que traficaban marihuana de México a Estados Unidos. Sin embargo, en cierta ocasión, vendieron la droga, se repartieron el dinero y el hombre le confesó que se iría a vivir con otra mujer. La despechada, entonces, lo asesinó a balazos y desapareció para siempre.

En 1971, Los Tigres del Norte dieron a conocer Traición y contrabando que, a la postre, se convirtió en el padre de los narcocorridos, y la narcotraficante y homicida de la canción, Camelia, mejor conocida como Camelia La Texana, en leyenda viva.

Desde entonces a la fecha, sobre todo en el sur de Estados Unidos, en los estados del norte de México y en el propio DF, son muchas las personas que dicen conocer o haber conocido a la tal Camelia; varios periodistas, incluso, creen haberla entrevistado. Y tales mitos, hoy, forman parte del más original arte contemporáneo sonoro y visual.

La ópera Únicamente la verdad. La verdadera historia de Camelia, La Tejana, de Gabriela y Rubén Ortiz, música y libreto, respectivamente; dirección de orquesta de José Alberto Aréan; dirección escénica de Mario Espinosa y cantantes de la Compañía Nacional de Ópera, abrió el Festival de la Ciudad de México, y más allá de las polémicas que la obra puede suscitar por el tema, por la guerra que vive el país o por la desacralización una tradición operística, se trata de un trabajo que fusiona lo mejor de la música clásica, popular y contemporánea, a la vez que es una crítica irónica de los medios de comunicación que se ven reflejados en cada uno de los textos que se cantan.

La verdadera historia... es, pues, una propuesta que habla, sí, sobre las pasiones humanas (felonía, traición, muerte, etcétera) y una exposición de cómo esas pasiones, en la nota roja o en los dichos de la población, puede ser materia para, desde la mezquindad, llegar a la grandeza.

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