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Bodas de plata para la FIL y sus lectores
Sólo un loco celebra que cumple años, decía, con justeza, George Bernard Shaw. Y es que el tiempo acumulado, medido, y que ya pasó puede provocar angustia inmediata. Tomar el tiempo transcurrido como aire que se agota, sufrir la sensación de que por haber gastado tanto ya muy poco nos queda.
Sólo un loco celebra que cumple años, decía, con justeza, George Bernard Shaw. Y es que el tiempo acumulado, medido, y que ya pasó puede provocar angustia inmediata. Tomar el tiempo transcurrido como aire que se agota, sufrir la sensación de que por haber gastado tanto ya muy poco nos queda.
Festejar sin ganas o por no dejar. Pero cada quien habla según como le fue en la feria y la pedrada debe acomodarse al sapo. Años y ferias, al final de este mes de noviembre, se conjugan felizmente. Y para celebrar los 25 años de la FIL de Guadalajara no hay motivos para encerrarse en casa y ninguna fiesta suficiente.
Para empezar, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara es la reunión editorial más importante de Iberoamérica, un extraordinario festival cultural que cada año cambia de sabor y aroma según el país invitado y de armonía y tenor según las voces que hablan, cantan, leen, opinan, escriben, presentan o visitan tan magnífico espacio. Para seguir, y a lo largo de los años, los premios que se entregan, la editoriales que participan, los negocios realizados y los invitados han crecido en importancia y prestigio.
El que fue el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, creado en 1991 -con ese nombre, sin ninguna bronca autoral, sin chismes ni las controversias extra literarias que tuvo después- fue otorgado desde el principio a los escritores de cualquier género de la literatura originarios del América Latina o del Caribe que se expresaran en español, portugués, francés o inglés o de cualquier parte de América que se expresaran en castellano. Organizado por Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, la Universidad de Guadalajara, el Gobierno del Estado de Jalisco y el Fondo de Cultura Económica hoy se llama Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, está dotado con 150,000 dólares y significa el reconocimiento a la trayectoria de un autor.
Este premio ha sido entregado a 18 de los más importantes escritores de las letras contemporáneas: Nicanor Parra, Juan José Arreola, Eliseo Diego, Julio Ramón Ribeyro, Nélida Piñón, Augusto Monterroso, Juan Marsé, Olga Orozco, Sergio Pitol, Juan Gelman, Juan García Ponce, Cintio Vitier, Rubem Fonseca, Juan Goytisolo, Tomás Segovia, Carlos Monsiváis, Fernando del Paso, António Lobo Antunes, Rafael Cadenas, Margo Glantz y -en esta edición- a Fernando Vallejo.
Muchas otras distinciones se otorgan, cada año, en esta feria: el Premio Sor Juana Inés de la Cruz para una novela publicada escrita por mujeres en idioma español; otro para los grandes editores, puentes entre el manuscrito y el lector, a los que se lea ha dado, desde 1993 el Reconocimiento al Mérito Editorial, que ha sido entregado a personajes tan importantes como Arnaldo Orfila, Joaquín Díez-Canedo, Neus Espresate, Jack McClelland, Kuki Miller, Antoine Gallimard, Alí Chumacero, Jorge Herralde y Francisco Porrúa entre muchos más.
Otros galardones que se otorgan en esta feria de libros y cultura son el Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez, el Premio ArpaFIL para jóvenes arquitectos, el Homenaje al Bibliófilo, creado en 2001, el Homenaje al Bibliotecario y el premio de caricatura La Catrina, creados ambos en el 2002 y con cada vez más adeptos.
Durante los nueve días de la Feria, el público escuchará a sus autores preferidos; los libros convertirán a Guadalajara en el paraíso que imaginó Borges, y el corazón de la ciudad se llenará de poesía, música y arte del país invitado de honor, que en esta ocasión es Alemania.
Por si fuera poco, para celebrar y con la complicidad de un comité integrado por expertos en literatura infantil y juvenil, FIL Niños -una parte vital de esta fiesta editorial- propuso 25 historias que hay que" leer para crecer". Estos 25 libros -dice en la página oficial de la Feria -por sus autores y la magia de la infancia, han alimentado a lo largo de 25 años una reunión de libros, escritores y lectores menudos y han provocado que los niños escriban sus propias historias. Así es como los pequeños lectores que asistan a la FIL Niños encontrarán narraciones que van desde lo clásico, como El príncipe feliz, de Oscar Wilde, o Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll; hasta lo contemporáneo, como Willy el tímido, de Anthony Browne o Caperucita en Manhattan de Carmen Martín Gaite.
La Feria comienza este sábado 26 de noviembre y es un aniversario que nadie debería perderse. Porque todo fuera como eso: al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años. Y durante este cuarto de siglo en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara han pasado muchas y muy grandes cosas.