Paul Tibbets, el piloto y comandante de la misión estadounidense que destruyó a Hiroshima, nunca se arrepintió de haber lanzado la bomba atómica durante el último mes de la Segunda Guerra Mundial.
Paul Tibbets, el piloto y comandante de la misión estadounidense que destruyó a Hiroshima, nunca se arrepintió de haber lanzado la bomba atómica durante el último mes de la Segunda Guerra Mundial.