Caso de Ovidio evidencia ruptura entre México y EU

El caso de Ovidio Guzmán ha dejado al descubierto el nivel de desconfianza que impera en la relación bilateral en materia de seguridad y combate al crimen organizado, coincidieron especialistas.

Jorelvy Calixto, consultora externa de Global Thought, consideró que la estrategia estadounidense que deja de lado la cooperación con México y privilegia acuerdos judiciales directos con líderes criminales, sin transparencia ni participación del Estado mexicano.

Además, que casos como los señalamientos por lavado de dinero a instituciones como Vector Casa de Bolsa o CI Banco, sugieren que las declaraciones de capos como Ovidio podrían estar nutriendo investigaciones más amplias sobre redes de financiamiento criminal.

“Una de las implicaciones inmediatas de estos acuerdos judiciales es el fortalecimiento de investigaciones sobre el lavado de dinero. Ya no se trata sólo del tráfico de drogas o armas, sino de cómo se mueven los recursos y qué instituciones lo permiten”, añadió.

Por su parte, Alberto Guerrero Baena, miembro del Observatorio de la Guardia Nacional de Causa en Común, afirmó que el caso Ovidio no sólo es relevante por lo que pueda revelar como colaborador, sino por el mensaje que se envía: “cometes delitos graves, pero si cooperas, recibes beneficios legales, incluso protección para tu círculo cercano”.

Al consultarle sobre los efectos que este caso puede tener en la cooperación bilateral, aseguró: “la ruptura ya existe”.

“No hay una cooperación firme ni en una sola línea. El gobierno estadounidense no confía en el Ejército mexicano ni en la Marina ni en buena parte de las instituciones. Quizá el único interlocutor que entienden es Omar García Harfuch, por el lenguaje técnico que maneja”, apuntó.

Para el especialista, lo mejor para México es replantear la estrategia de seguridad con una visión técnica y no política, y desmontar las estructuras de corrupción en las aduanas, fuerzas armadas y niveles de gobierno que han erosionado la credibilidad del Estado mexicano.

Culpabilidad y señalamiento a 4T

Ovidio Guzmán López, se declaró el fin de semana pasado culpable de cuatro cargos en Estados Unidos, entre ellos narcotráfico, y aceptó colaborar con el gobierno de EU en futuros casos contra traficantes. Tras ello, se citó a una nueva audiencia dentro de seis meses en Chicago, en donde se prevé que se den pormenores del acuerdo entre Ovidio y las autoridades estadounidenses.

Tras ello, el abogado del hijo de Joaquín el Chapo Guzmán, Jeffrey Lichtman, arremetió contra la presidenta Claudia Sheinbaum y su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, a quienes acusó de no actuar contra Ismael el Mayo Zambada, además de señalar a la presidenta mexicana como “el brazo de relaciones públicas” del Cártel de Sinaloa.

Lichtman ironizó sobre el hecho de que México pretenda tener voz en las decisiones judiciales de Estados Unidos respecto a narcotraficantes de alto perfil y calificó esa idea como “absurda y peor”, y sostuvo que el gobierno mexicano “sólo busca ganar puntos políticos baratos”.

Ante los señalamientos, Sheinbaum negó, desde Culiacán, Sinaloa, durante una conferencia de prensa convocada de forma extraordinaria tras la polémica generada por las declaraciones del defensor de Guzmán López, cualquier vínculo criminal.

“Hay que decirlo claro, porque es fundamental: nosotros no establecemos relaciones de contubernio ni de complicidad con nadie. Eso lo sabe el pueblo de México”, sostuvo.

Fue el pasado 11 de julio cuando la mandataria mexicana, desde su conferencia matutina, criticó la “falta de coherencia” en la política antidrogas de Estados Unidos, por calificar a los cárteles como “organizaciones terroristas” pero negociar acuerdos judiciales con sus líderes, en referencia al caso del hijo de Joaquín Guzmán Loera.