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Perú arroja a México al abismo
Fausto Pretelin Muñoz de Cote | Globali… ¿qué?
La peor política exterior es la doméstica.
La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum ha decidido seguir la pauta que le heredó López Obrador: diplomacia dogmática y no de Estado.
México se mira al espejo pensando que al otro lado se encuentra Perú, México cree que en Perú no hay división de poderes. Si hay algún país latinoamericano donde el costo de la división de poderes corre a cuenta del presidente, es en Perú.
Ollanta Humala: lavado de dinero; Pedro Castillo: autogolpe de Estado; Pedro Pablo Kuczynski: corrupción; Alejandro Toledo: corrupción; Alan García: corrupción; Martín Vizcarra: corrupción.
¿Por qué AMLO y Sheinbaum aseguran que Pedro Castillo y Betssy Chávez son perseguidos políticos? AMLO afirmaba que Castillo era un profesor rural muy humilde, pero no mencionó que el peruano despachaba desde una oficina privada para no ser visto en oficinas públicas junto a delincuentes.
AMLO, y ahora la presidenta Claudia Sheinbaum se han encargado de actuar como un imperio frente a los latinoamericanos. AMLO se enojó con Panamá porque no le otorgó el beneplácito a un personaje acusado de acoso sexual.
Sheinbaum se molestó con el presidente de República Dominicana por no haber invitado a los tres dictadores de la región a la Cumbre de las Américas (por cierto, cancelada).
AMLO recibió a un violador de la democracia como lo es Evo Morales. En 2016 el entonces presidente de Bolivia organizó un referéndum para conocer la opinión de los bolivianos sobre si le permitían o no presentarse a las elecciones presidenciales de 2019. Morales perdió, pero se presentó a las elecciones lo que provocó una insurrección donde hubo muertos. Morales está libre. AMLO lo recibió y la entonces jefa de Gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum le entregó las llaves de la ciudad.
O qué decir de Jorge Glas, político ecuatoriano encarcelado por corrupción en el caso Odebretch. AMLO le abrió las puertas y posteriormente el presidente Noboa violó acuerdos internacionales al ordenar la entrada de su policía a la embajada mexicana.
El canciller peruano Hugo de Zela, curtido de experiencia luego de su paso por Washington, definió con pocas palabras el fenómeno de la diplomacia dogmática mexicana: “realidad paralela”.
La construcción de una realidad paralela ocurre todos los días por la mañana. El peor escenario es que la presidenta terminara de creer que México es un imperio dentro de la región.
Ayer, Perú le ha dado un empujón a México hacia el abismo.
Sin conducción desde la Secretaría de Relaciones Exteriores (Marcelo Ebrard sigue con el timón), México pierde el mundo.
El presidente que se ha portado ruin con los mexicanos es Trump. Pero con él, abrazos; con los latinoamericanos, el desprecio imperial de Palacio Nacional.