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Colaboración público-privada, ¿un camino hacia la equidad en salud?
Maribel Ramírez Coronel | Salud y Negocios
En un salón del Colegio de México un panel académico desmenuzó una realidad incómoda: el sistema de salud mexicano es un híbrido desordenado, donde el servicio privado crece silenciosamente, pero sin un plan que lo integre al público donde podría estar el camino para garantizar equidad.
El nombre del panel fue “Colaboraciones público-privadas en el sector salud mexicano, ¿un camino hacia la equidad?”, tuvo lugar el 28 de agosto del 2025, como parte de los "Diálogos basados en evidencia: sistemas de salud y equidad" –un esfuerzo conjunto de la Escuela de Gobierno del Tec de Monterrey, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), el Centro de Investigación en Políticas, Población y Salud (CIPPS-UNAM), así como el Colegio de México.
Ahí fui moderadora junto con Laura Flamand, la profesora investigadora convocante desde el Colmex, y los panelistas fueron: Felicia Knaul (UCLA), Fernanda Cobo-Armijo (Universidad Iberoamericana) y Adolfo Martínez Valle (CIPPS-UNAM). Se expuso en la mesa —cuya grabación puede consultarse aquí: https://www.youtube.com/live/GmZ79J7EQSs— cómo estamos en un estancamiento ideológico, y por qué, hacia adelante, revivir las colaboraciones público-privadas es no sólo razonable, sino imperativo para aprovechar la infraestructura total.
El punto de partida es alarmante. Según la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH), entre 2018 y 2024, el número de personas sin acceso a servicios de salud –ni públicos ni privados– saltó de 20.1 millones a 44.5 millones. El gasto de bolsillo, esa forma ineficiente de financiamiento que empobrece a las familias, representa aún el 40% del total en salud, lejos del 20% que logran países como Colombia o Chile. Y aquí radica la "privatización silenciosa", término acuñado por Martínez Valle: seis de cada diez atenciones por necesidades de salud ocurren en proveedores privados, desde consultorios adyacentes a farmacias (CAFs) –que ya suman casi 18,000, rivalizando con los centros de salud públicos– hasta hospitales de lujo o medicina tradicional. Este crecimiento no fue planeado por el Estado; surgió reactivo, impulsado por fallas en el acceso, calidad y confianza del sector público, fragmentado entre asegurados y no asegurados.
La doctora Knaul, economista de la salud y sobreviviente de cáncer, destacó: "Hay oportunidades para organizar un sistema con financiamiento público y prestación plural, aprovechando ventajas del privado con regulación adecuada". Expuso ejemplos internacionales como Canadá, Japón o Brasil, y globalmente, instituciones como St. Jude Children's Research Hospital en Memphis que financia compras consolidadas de medicamentos oncológicos vía la OMS, donde se pueden beneficiar países de ingresos bajos o medios.
El discurso hoy está en la supuesta gratuidad universal –imposible en cualquier sistema mundial, coincidieron los panelistas–, satanizando lo privado y desmantelando una estructura que era eficaz como el Seguro Popular, en favor de un maltrecho Insabi (después eliminado) y ahora el IMSS-Bienestar con un desafío enorme sin claro soporte financiero. El resultado: un sector salud público debilitado.
Hoy, bajo Claudia Sheinbaum, su Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030 enfatiza prevención y atención a población vulnerable, pero viendo sólo lo público, ignorando la bolsa privada que ya representa la mitad del gasto nacional en salud. Martínez Valle fue pesimista: "En el corto plazo, no veo convergencia; los últimos gobiernos diseñaron políticas por ideología, no evidencia".
Sin embargo, la realidad obliga: con infraestructura privada detonada cuya cobertura ya va bajando a la base piramidal, lo razonable es impulsarla. Cobo propuso vehículos jurídicos como contratos por resultados clínicos, inspirados en Estonia o Bulgaria, para supervisar calidad vía Cofepris y poner atención en normas oficiales mexicanas. Knaul urgió evitar falsas dicotomías: "Los pacientes votan con sus pies hacia la calidad; integremos lo privado no lucrativo, como ONGs que complementan con apoyo psicológico o transporte".
La clave es pasar de la ideología a la evidencia. Como comunidad –academia, periodismo, sociedad civil–, debemos armar un plan claro, como sugirió Flamand: rectoría pública fuerte, regulación de protocolos y costos, incentivos fiscales a no lucrativos, y tecnología para portabilidad entre sectores. De lo contrario, el gasto catastrófico –muy concentrado en cáncer– perpetuará desigualdades, afectando más a mujeres, rurales y vulnerables.
Ya se verá si el gobierno de Sheinbaum ve la oportunidad de aprovechar la infraestructura privada para una cobertura equitativa. Pero si no es en este sexenio hacia adelante no habrá otra opción.
En sexenios previos, hubo avances.
En el evento de Colmex se dijo que el Seguro Popular, pese a sus limitaciones, redujo gastos catastróficos al incorporar elementos privados, como las eficaces alianzas con Fucam para cáncer de mama o las clínicas en el estado de Hidalgo con pago por desempeño –un esquema innovador documentado por la OCDE. En Colima, el servicio público derivado del respaldo del Seguro Popular fue tan efectivo que los consultorios privados fueron desplazados. Incluso durante la pandemia de Covid-19, la colaboración entre hospitales privados y públicos fue un éxito, y otra muestra fue el hospital temporal en Citibanamex, montado con apoyo de la UNAM y la iniciativa privada, y donde se salvaron vidas. El punto es que los avances construidos de ese camino quedaron detenidos en el sexenio anterior, y hacia adelante tendrá que verse como retomar esa colaboración.
Conceivable Life Sciences asegura financiamiento por 50 mdd
La startup de biotecnología Conceivable Life Sciences, centrada en agilizar las técnicas de fertilización in vitro (FIV), reportó una ronda de financiación Serie A de 50 millones de dólares para acelerar el arranque del primer laboratorio de FIV automatizado y potenciado por IA del mundo, ubicado en la ciudad de México, lo que refleja el profundo lazo que tiene la empresa en el país. Los recursos, informó la empresa, serán destinados a impulsar que su terapia utilizada, ganadora del Premio Nobel, sea más accesible, escalable y eficaz, ofreciendo mejores resultados de embarazo. El Dr. Alejandro Chávez-Badiola, endocrinólogo reproductivo, cofundador y director médico de Conceivable Life Sciences, dijo que si bien este financiamiento está liderado por firmas internacionales, es una señal poderosa para los inversores mexicanos sobre el inmenso potencial aquí en casa.