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Año de miedo
Ezra Shabot | Línea directa
Termina 2025 y se percibe un clima de miedo que circula por buena parte del planeta. El año en el que Donald Trump restauró el proyecto de una sola potencia hegemónica en el mundo en medio de un ambiente de confrontación, y en el marco de un retorno al tiempo del proteccionismo y el nacionalismo extremo.
Se trata no únicamente del choque entre la cultura liberal de Occidente y el fundamentalismo islámico de Oriente, sino de la lucha por reconstruir la legitimidad de regímenes autoritarios frente a democracias arrasadas por liderazgos populistas cada vez más atractivos para diversos sectores sociales.
El rechazo al extranjero, al diferente, a todo aquel que no se ajuste a los nuevos estándares de confiabilidad impuestos por los líderes que encabezan esta revolución iliberal, nos ponen en la ruta de un choque entre los diferentes tipos de populismos y autocracias incapaces de conciliar diferencias, y dispuestos a usar la violencia para imponer su voluntad sin concesión alguna.
A lo largo de la historia hemos visto el estallido bélico entre dos regímenes autoritarios, o entre uno democrático y otro basado en el poder absoluto del caudillo. Es prácticamente imposible encontrar un enfrentamiento entre dos estados democráticos precisamente por su capacidad de resolver cualquier diferencia por los canales institucionales. El fortalecimiento de gobiernos dominados por un solo individuo nos acerca cada vez más al peligro de una conflagración mayor.
Y México no es ajeno a esta realidad. El proceso de desmantelamiento de la democracia mexicana inició desde el 2019 y continúa en este segundo piso de la 4T. En el año que está por concluir terminaron por desaparecer todos los organismos autónomos que formaron parte del fallido intento por construir un efectivo sistema democrático, y la próxima reforma electoral sellará el retorno al unipartidismo. Morena nos regresa a la época echeverrista, aunque con un aparato partidario carente de las capacidades y habilidades del priismo de los 70’s.
Sin duda el 2025 será recordado a nivel internacional por la persistencia de conflictos armados como los del Oriente Medio y
Ucrania, pero también por el renacimiento de los nacionalismos irredentos y las amenazas de la superpotencia mundial. Para México la polarización política, la violencia sin control y la parálisis económica, dejan ver un escenario con pocas posibilidades de superar el miedo que provoca este vuelco al pasado.
La globalización implicó una revolución tecnológica y la necesaria apertura de mercados y modelos democráticos en Occidente. Sin embargo, aquellos que perdieron los privilegios propios del autoritarismo y el proteccionismo están de vuelta y buscan venganza, destruyendo todo mecanismo político que pueda significar la más mínima posibilidad de perder el poder. Tiempos de oscuridad y de imposición de falsos argumentos que se presentan como verdades incuestionables. Feliz 2026.