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Opinión

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Padrón electoral 2015

El miércoles pasado el INE aprobó la validez de lo que en el argot electoral conocemos como padrón y listado nominal; es decir, la relación de ciudadanas y ciudadanos que están registrados ante el órgano electoral porque tienen 18 años o más y habiendo recogido su credencial de elector podrán ejercer su derecho de voto el próximo domingo 7 de junio.

Este año están habilitados para acudir a las urnas 83.5 millones de ciudadanas y ciudadanos (43.3 millones son mujeres y 40.2 hombres), lo que representa una base de electores con mayor cobertura y número de personas que podrán votar respecto de la última contienda del 2012; es decir, ahora tienen credencial de elector vigente 9 de cada 10 mayores de edad y hay 4.1 millones de posibles votantes más que en la última elección federal, donde la lista nominal era de 79.4 millones.

Los protocolos técnicos para garantizar la depuración y actualización constante de esa base de votantes han costado años y muchos recursos públicos a nuestro país,y hoy no han sido objeto de cuestionamientos por parte de las fuerzas políticas como sucedía en otros momentos de nuestra historia reciente.

Hoy es fácil detectar alguna duplicidad de registros por los cruces de biométricos (huellas dactilares o imágenes del rostro), es más ágil dar de baja a personas fallecidas o corroborar incluso en qué porcentaje de registros ciudadanos hay coincidencia con el domicilio que existe en la base de datos, cuidando sus datos personales.

Además de garantizar que el padrón y su lista nominal sean confiables, verificables por parte de los partidos y libres de sesgos, la base de datos está acompañada por una mica individual para cada elector, la cual ha fungido durante décadas como el documento de identidad con mayor solidez en el país, aceptado en instituciones públicas y privadas como identificación para mayores de 18 años.

De hecho, desde 1917 han sido los registros electorales donde se guardan los datos de identificación de ciudadanas y ciudadanos mexicanos. La constitución en ese año establecía en su Artículo 36 que eran obligación del ciudadano de la República inscribirse(...) en los padrones electorales, en los términos que determinen las leyes... .

Ese artículo encontró ajustes hasta los 90, para aludir ahora a un Registro Nacional de Ciudadanos, estableciendo que la inscripción debía realizarse en el registro nacional de ciudadanos, en los términos que determinen las leyes , aunque con disposiciones transitorias en las que se aclaraba: En tanto no se establezca el servicio del Registro Nacional Ciudadano, los ciudadanos deberán inscribirse en los padrones electorales .

El 22 de julio de 1992 se publicó una ley general de población, y ante la falta de disposiciones legales que garantizaran un documento de identidad, se incorporó a la Ley General de Población la cédula de identidad ciudadana, instrumento que expediría la Secretaría de Gobernación para efectos de identificación oficial de los mayores de edad inscritos en el Registro Nacional Ciudadano, otro instrumento derivado de aquella modificación al marco legal.

El artículo cuarto transitorio del decreto con el que fue expedida esa ley establecía que en tanto no existiera la cédula, las y los ciudadanos debían inscribirse en los padrones electorales e identificarse con la credencial de elector.

La realidad y la evolución política e institucional de nuestro país, a lo largo 23 años, convirtió al padrón electoral y a la credencial de elector en los pilares del derecho a voto pero también del derecho a la identidad, ya que por un lado, la cédula que originalmente elaboraría la Segob nunca se expidió, y lo que sería provisional para efectos de identificación, es decir el padrón electoral y su credencial para votar, se convirtió en la base de datos más confiable de nuestro país.

Hoy, la credencial de elector es un instrumento confiable porque tiene una base de datos depurada, actualizada y verificada, la cual es reconocida por todas las fuerzas políticas.

Sin listados de votantes robustos no puede construirse confianza. Hoy tenemos candados, revisiones, vigilancia y garantías para el padrón que no son menores y que favorecen las condiciones democráticas.

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