Los osos de Camacho

César Camacho Quiroz lo volvió a hacer. Como hace un año en Baja California, el presidente nacional del PRI cantó el triunfo de sus candidatos y de la democracia. Las autoridades electorales habrán de confirmar, por el contrario, la pérdida de la alcaldía de Tepic, que será gobernada por la oposición después de nueve años de continuidad tricolor. El PRI arrasó en Coahuila, pero en la tierra del gobernador mejor evaluado del país donde el despotismo de los funcionarios estatales supera al populismo del Ejecutivo la ingeniería electoral mexiquense entró en crisis pues al igual que hace un año, fueron derrotados por el aparato morenovallista, más potente y mejor organizado. En tierras californianas, el PAN y el PRD conformaron una coalición que llegó al panista Kiko Vega de la Madrid. Esta vez, la alianza entre ambos partidos de oposición fue de facto y sólo resultaron triunfadores los abanderados del blanquiazul, que además de la capital nayarita volverán al poder municipal en Ahuacatlán y Xalisco y conquistaron dos distritos de mayoría, ambos en Tepic.

Los perredistas ganaron otros dos distritos locales. Los estudiosos del comportamiento electoral consideran que los comicios locales concitan mayor participación que las elecciones federales. En Nayarit, este 6 de julio acudió 58.3% del padrón electoral a votar (casi 10 puntos más que en los comicios presidenciales del 2012, que habían convertido a la entidad en el estado donde el PRI alcanzaba votaciones más duras), pero las cifras finales deberán clarificar cuántos sufragios fueron anulados ya sea por ser ilegibles o por otras causas y cuántos fueron a candidatos no registrados. Desde las estructuras gubernamentales alentaron la bromita del No fue penal y en Nayarit pagarán las consecuencias. De la derrota priísta hubo pocos indicios.

Salvo un par de honrosas excepciones, las casas encuestadoras auguraban carro completo para el PRI hasta mediados de junio cuando los dirigentes del PAN y del PRD comenzaron a señalar que defenderían su triunfo en Tepic, Bahía de Banderas y Tuxpan. Al cierre de las campañas, efectivamente, el consenso de los encuestadores es que sería un final de photo finish en la capital nayarita, que abarca cinco distritos electorales locales. El distrito IV, que comprende la zona popular, estaba prácticamente empatado, de acuerdo con las mediciones. No es que el votante tuviera un súbito despertar democrático , refieren funcionarios del gobierno federal que atendieron el desarrollo de este proceso electoral, sino que llegaron estructuras y movilizadores foráneos que hicieron su tarea . Y vaya que lo hicieron: en el municipio indígena de Huajicori donde el abanderado priísta obtuvo 400 votos más que el perredista votó casi 80% del padrón electoral. La alianza de facto simplemente pudo derrotar a la maquinaria priísta en Bahía de Banderas donde se asientan la mayoría de hoteles y campos de golf de la Riviera Nayarita, y que se ha vuelto uno de los sitios de descanso preferidos por el presidente Enrique Peña Nieto y sus hijos. Allí, el PRI ganaría por entre cinco y siete puntos de ventaja , aseguró César Camacho, la noche del domingo. Al final, de acuerdo al PREP, apenas fueron dos. No se equivocó en el ganador y eso salvó un poco la reputación del líder nacional del PRI, quien basado en encuestas levantadas por IMOP y Parametría cantó el triunfo de sus candidatos en la totalidad de los distritos electorales y los 20 municipios que integran Nayarit . Para Tepic, dijo, la ventaja a su favor era de entre tres y cinco puntos. Oficialmente, quedó al revés. Para Santiago Ixcuintla y Compostela, anunció, la brecha del triunfo sería entre 13 y 15 puntos de diferencia. En el primer caso, quedó en menos de cuatro puntos, y en el segundo, son apenas 250 votos a favor del PRI, con más de 1,100 sufragios anulados. El recuento de esos votos parecía inevitable. Los nayaritas ya nos otorgaron su confianza, nos queda claro que la tenemos que pagar , clamaba Camacho Quiroz, la noche del domingo. ¿Con tal desparpajo e inexactitud, Camacho Quiroz quieres ser el próximo coordinador de la bancada priísta en San Lázaro?

Camacho Quiroz no regresará pronto a Tepic, donde el gobernador Roberto Sandoval deberá asumir el peso de la derrota pues a sugerencia suya, Roy Gómez fue postulado a la alcaldía, mientras que el candidato natural, Gianni Ramírez, ex secretario de Obras, compitió y ganó en el V distrito; se espera que quede al frente del Congreso local. Para Sandoval, los hombres y sus capacidades están en segundo plano. Más valía su maquinaria de la gestoría social, apoyada por un implacable aparato policiaco, encabezado por el fiscal del Estado, Edgar Veytia, cuya primacía quedó exhibida cuando Gustavo Madero y Jesús Zambrano solicitaran pruebas sobre las presuntas ligas de sus candidatos con el crimen organizado, como sugirió el gobernador. Las formas groseras y prepotentes de Veytia le han valido quejas ante la CNDH por actores políticos, representantes de ONG y litigantes. La más reciente, interpuesta por el abogado tijuanense Roberto Carrillo García, quien pasó cuatro días en confinamiento tan sólo por tener el atrevimiento de defender a un empresario de aquella ciudad fronteriza, recluido en la cárcel de Tepic por un pleito comercial con un pariente del funcionario priísta, quien siempre trae una pistola fajada en el cinto y habla a subalternos y ciudadanos con el lenguaje de los carretoneros.