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Opinión

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La fresa en Michoacán

La industria fresera mundial durante el 2005 reportó un valor de 1,230.5 millones de dólares; España se ubicó como principal competidor con 37% de las exportaciones mundiales, mientras que México participó con 9% de dicho mercado, de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Agropecuario de Michoacán.

Gracias a las ventajas comparativas que el territorio michoacano ofrece, la producción de fresa en la entidad ha generado como modelo de negocio. Así, se puede hablar de un polo de desarrollo con altos niveles de rentabilidad.

Sin embargo, existen barreras de entrada, determinadas por los cambios tecnológicos, organización, gestión y aspectos financieros implementados por las organizaciones de productores involucradas.

Por ello, la existencia o ausencia de estrategias determina notablemente que el pequeño o mediano productor atienda industrias acopiadoras de fresa con altos requerimientos de calidad y precios por unidad de producción muy competitivos o, en su caso, mercado nacionales con precios de venta muy cercanos a los costos de producción y en algunas ocasiones por debajo de los mismos.

Las regiones productoras de Michoacán se ubican en Zamora, Maravatío y Panindicuaro, donde alrededor de 22 municipios se dedican a la producción de dicha fruta. De acuerdo con la información de la Sagarpa, en Zamora durante el 2010 se cultivó una superficie de 3,300 hectáreas, obteniendo 110,000 toneladas y un valor de la producción de 681 millones de pesos. Aunado a lo anterior, la mano de obra empleada en los periodos de cosecha y el número de empresas agroindustriales procesadoras establecidas ubican a esta zona como el mayor polo de desarrollo fresero en la entidad.

La estructura técnica en la región de Zamora se considera aceptable, mas no suficiente, con 50 técnicos dedicados a la consultoría técnica productiva. Es ahí donde se requiere un mayor esfuerzo debido a que, en la medida en que las organizaciones de productores accedan a tecnologías que hagan uso eficiente del agua, uso racional de agroquímicos y pesticidas, uso de agricultura protegida, aunado a contratación de consultoría en organización, gestión y financiera, la actividad fresera en la entidad sorteará exitosamente las barreras de entrada en beneficio del desarrollo de los productores.

El reto en los próximos años será enfocar procesos de transferencia tecnológica que permitan a los pequeños y medianos productores de los municipios complementarios dedicados a esta actividad, acceder a canales de comercialización con mayor exigencia de calidad pero mejores niveles de rentabilidad.

*Noé Gómez Avendaño es jefe de Departamento en el Centro de Desarrollo Tecnológico Lira López. La opinión es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA. ngomez@fira.gob.mx

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