Herbolaria en el IMSS, rumbo a su formalización

La medicina popular usada ancestralmente en México está en vías de ser convalidada científicamente a fin de que en un futuro pueda utilizarse sin temor por los profesionales de la salud.

El Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS), que encabeza Mikel Arriola, dentro de su Coordinación de Investigación en Salud, realiza trabajos muy serios sobre alternativas herbolarias que puedan resolver problemas de salud. Hay trabajos muy serios en el Centro de investigación Biomédica del Sur del IMSS en Xochitepec, Morelos, donde se está obteniendo evidencia científica de la herbolaria mediante estudios farmacológicos, fitológicos, fitoquímicos, toxicológicos y, sobre todo, de investigación clínica con pacientes voluntarios del IMSS. Hay casos como el árbol Guarumbo, que se da en la selva tropical de México, y cuyas hojas son usadas por las comunidades para bajar los niveles de glucosa en personas con diabetes. Los estudios etnobotánicos de esta planta ya pasaron al nivel clínico, es decir, se está probando como tratamiento en pacientes voluntarios.

La maestra en Ciencias Abigail Aguilar Contreras, integrante de la Farmacopea mexicana y jefa del Herbario Medicinal de la Unidad de Políticas en Salud en Investigación y Enseñanza que lleva Carolina Sepúlveda donde está la principal colección de flora medicinal de México y América Latina , confía que en un futuro estas alternativas médicas tradicionales tendrán el aval científico y se aprovecharán por el sistema de salud. Faltarían las normas institucionales y convenios con empresas farmacéuticas interesadas en producirlos sistemáticamente. En términos regulatorios ya hay camino recorrido. Hace unos 15 años se incluyó en la Ley General de Salud un artículo sobre remedios herbolarios basados en la cultura médica popular y aparte se reconoce el medicamento herbolario que ya tiene el aval experimental y un proceso de estandarización y formalización como si fuera un medicamento de patente.

La Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepirs), que lleva Julio Sánchez y Tepoz, autoriza tanto remedios como medicamentos herbolarios y cada vez se presentan más solicitudes.

La farmacopea mexicana ?nació con herbolaria

Algo interesante, según nos cuenta la maestra Aguilar, es que la Farmacopea de los Estados Unidos Mexicanos como instrumento regulador (que justamente está cumpliendo 170 años de su primera publicación) contenía en su mayor parte plantas medicinales, pero en el siglo XX con el impulso de la química de síntesis, dio un giro hacia las sustancias químicas que desplazaron a la herbolaria.

A partir de los 90 se empieza a retomar el conocimiento herbolario con la participación de la UNAM, el IPN y otras universidades del país. A partir de ello se constituye la Farmacopea Herbolaria dentro de la Comisión Permanente de la Farmacopea de los EUM. Tras 18 años de extensos trabajos etnobotánicos, se editó en el 2001 el primer tomo de la farmacopea herbolaria con actualizaciones periódicas, incluidos anexos de extrafarmacopea, como un apéndice sobre plantas tóxicas (que no se deben utilizar porque pueden causar daño o muerte) y un listado de plantas de frecuente uso terapéutico.

Farmacopea mexicana reconocida por OMS

Durante la reunión de fin de año de la Farmacopea de los EUM, donde estuvo presente el titular de Cofepris, Sánchez y Tepoz, su directora ejecutiva, Norma Morales Villa, informó que para el 2017 saldrá la 12ª edición de la Farmacopea de los EUM, la 6ª edición del Suplemento para Establecimientos dedicados a la venta y suministro de medicamentos y demás insumos para la salud y la 4ª edición del Suplemento para Dispositivos Médicos.

Con la constante actualización de estas publicaciones, México reafirma liderazgo internacional en esta área, ya que la farmacopea mexicana está entre las 24 más reconocidas por sus pares y por la organización Mundial de la Salud.