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Opinión

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De consultorios, marcas propias y cadenas de farmacias

El cierre de farmacias independientes viene desde hace años con la aparición de las grandes cadenas como Farmacias del Ahorro, Similares, Guadalajara, Yza, Benavides, etcétera. Pero en los últimos dos años el fenómeno se ha acelerado notoriamente. Del 2014 a la fecha han cerrado más de 4,100 farmacias independientes. Son puntos de venta especializados que no pertenecen a alguna de las marcas mencionadas ni a ninguna cadena de supermercados como Walmart, Soriana, Chedraui o Comercial Mexicana, que están agarrando una fuerza impresionante en venta de medicamentos.

Son muchos los factores que han incidido en que las farmacias independientes vayan desapareciendo, pero, en particular, la fuerza de negociación de las cadenas de farmacias y también de las farmacias pertenecientes a supermercados de autoservicio. Ambos sectores están arrastrando a las farmacias independientes hacia la extinción.

Por un lado, la apertura de consultorios vinculados a farmacias detonada inicialmente hace ya casi 20 años por el grupo de Dr. Simi generó un impulso a las ventas de medicamentos en dichas cadenas. hoy en día existen 15,000 consultorios ubicados junto a farmacias que operan con 32,500 médicos dando alrededor de 10 millones de consultas al mes. Esto, de acuerdo con datos de IMS Health, empresa líder en proveeduría de tecnología, auditoría, servicios y consultoría para el sector salud.

Los consultorios de farmacia han agarrado tal fuerza que hoy una de cada siete consultas médicas en México se presta en dichos establecimientos. La cosa ha llegado a tal grado que las propias autoridades deben considerar las estadísticas de este segmento para tomar ciertas decisiones en salud pública. Así sucedió cuando la crisis por la epidemia de influenza en el 2009.

Ello podría estar muy bien y no implicar ningún problema si no es que la existencia de dichos consultorios sí tiene efecto en la venta de medicamentos.

Y no sólo eso; está comprobado que tener médico al lado influye en la venta de medicamentos de marca propia, es decir, la marca de la propia farmacia perteneciente a alguna cadena.

Hoy prácticamente todas las principales cadenas de farmacia venden su propia marca de fármacos. ¿Eso es válido? Porque es evidente un claro conflicto de interés. Por más que aducen que los médicos no están obligados a prescribir la marca propia, lo lógico y normal es que el paciente adquiere sus terapias en la farmacia que está pegada al consultorio. Y si la consulta no tuvo costo, con mayor razón el paciente, en agradecimiento , se siente obligado a hacerlo. Los precios de consulta que ofrecen van de 0 a 45 pesos.

Es un hecho que la existencia de médicos en las farmacias impulsa el crecimiento de las marcas privadas que pertenecen a las cadenas. Las farmacias que más venden son las que tienen al lado su consultorio médico.

Debe considerarse además que las marcas privadas permiten un sobrecosto del genérico. ¿Quién regula esto?

Definitivamente, ni las autoridades de Economía que encabeza Ildefonso Guajardo ni las de Salud que lleva José Narro Robles pueden quedarse con los brazos cruzados ante este fenómeno.

Económicamente, deben combatirse los incentivos perversos para la venta de medicamentos, y, por otro lado, en términos de salud, debe evitarse que se promueva la venta de fármacos de ciertas marcas en función de la ubicación del consultorio de la farmacia vinculada a esa misma clínica.

En este escenario otra preocupación vital debe ser la desaparición de farmacias independientes. Porque las cadenas de farmacias y autoservicios como Walmart nunca llegarán a los pueblos pequeños y aislados donde las ventas no son tan redituables como en las ciudades grandes y medianas, en las cuales su negocio va viento en popa.

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