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Opinión

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Acapulco como oportunidad

Es un lugar común decir que las crisis son una oportunidad, pero no deja de ser verdad. Hace tiempo, desde las severas crisis de seguridad de hace 15 años, en Acapulco se aceleró un proceso de deterioro, por problemas de contaminación, infraestructura obsoleta, saturación en los servicios públicos, y en general de crisis en la vocación del destino. Desde hace años estaba en la conversación Acapulco como un potencial problema, ya que, ante el deterioro de la actividad turística, se podría generar una crisis de empleo y pobreza, en una ciudad que se dedica fundamentalmente a la hospitalidad. De hecho, Acapulco es también prácticamente el único motor económico del Estado de Guerrero, por lo que su nivel de actividad afecta a toda la zona.

En este momento, como debe de ser, la prioridad es atender con víveres y servicios básicos a los cientos de miles de damnificados por los efectos del huracán, pero la planeación de la reconstrucción necesariamente requiere un plan para relanzar Acapulco como destino turístico, y asegurar así los empleos en el largo plazo. La sola reconstrucción no necesariamente va a resolver los problemas estructurales del puerto, cuando en México, y en el mundo, se cuentan con buenas experiencias de como mejorar un destino turístico después de un desastre natural. De hecho, un proyecto atractivo, que asegure un futuro próspero, podría atraer grandes inversiones que contribuyan a pagar parte de la infraestructura y espacios públicos que se requiere recuperar después del desastre natural.

La vocación de Acapulco, con base a la cual se debe planear su visión para construir su futuro, no es la de regresar el viejo destino de los años gloriosos, de los 60’s y 70’s, del jet set internacional, tampoco debe de ser enfocado a los visitantes internacionales, como los otros destinos mexicanos hoy en boga. Acapulco puede consolidarse como un lugar de paseo y diversión, también de trabajo remoto, enfocado para la población del Valle de México, y a otra media docena de ciudades que están conectadas por carretera al puerto a una distancia corta. Eso representa algo así como una tercera parte de la población del país. La realidad es que en los últimos años Acapulco ya cumplía esa función, pero sin la estrategia y infraestructura necesaria para potenciarla.

Las nuevas inversiones deben de enfocarse a construir infraestructura hotelera y alternativas para vivienda de fin de semana para ese sector, visitantes nacionales que pueden acudir frecuentemente el puerto en fines de semana largos, vacaciones e incluso de manera permanente en el retiro o en periodos largos para quienes tienen empleos semi presenciales. Acapulco es también ideal para grandes convenciones comerciales o de negocios, enfocadas en temas como capacitación, emprendimiento o ventas de mayoreo, que implican la movilización, congregación y alojamiento de grupos grandes de personas, lo que requiere de buenas alternativas, atractivas para los visitantes, de menor costo con respecto a los destinos internacionales que hoy prevalecen en el país. Eso requiere de centros de convenciones y exposiciones adecuados, con opciones asequibles de alojamiento.

Todo eso necesita, ademas de concluir la infraestructura carretera y de movilidad que hace falta, desarrollar una oferta de servicios que ese tipo de población demanda, como parques temáticos, acuáticos, espectáculos, eventos deportivos, casinos, discotecas, restaurantes con costos accesibles, espacios peatonales y deportivos, buena provisión de actividades turísticas, alimentos y artículos de playa, etc. También se necesita garantizar buena conectividad, espacios de trabajo común y servicios médicos para adultos mayores y para quienes se queden por periodos más largos. Mejorar la seguridad, por supuesto, sería indispensable. En suma, Acapulco puede ser para millones de mexicanos la alternativa a destinos nacionales que se han convertido de alto costo, para la mayoría difíciles de acceder de manera frecuente o en compañía de familiares. El punto es enfocar la reconstrucción a ese fin, a devolver la competitividad de Acapulco como destino turístico, para garantizar su viabilidad futura.

Twitter: @vidallerenas

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Licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), cuenta con una Maestría en Política y Gestión Pública por la Universidad de Essex, Reino Unido y un Doctorado en Administración y Gerencia Pública por la Universidad de York

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