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Multigeneracional y productivo: claves de liderazgo con Gen Z, Millennials, X y Boomers
Las empresas ya no pueden liderar igual. Melhina Magaña, cofundadora de Daucon, propone un modelo concreto para integrar generaciones en conflicto, aumentar la productividad y construir culturas de trabajo preparadas para el liderazgo millennial y centennial rumbo a 2030
La transformación del liderazgo ya no es una opción. Con más del 60% de las empresas esperando cambiar su modelo de negocio hacia 2030, según el Foro Económico Mundial, el reto inmediato para las organizaciones en México y América Latina es integrar a cuatro generaciones —Baby Boomers, Generación X, Millennials y Gen Z— que trabajan bajo valores y motivaciones completamente distintas.
En entrevista con El Economista Melhina Magaña, cofundadora de Daucon, firma especializada en cambio de comportamiento organizacional, ha identificado un modelo que permite unir esos mundos sin perder productividad: ARCA, un marco de liderazgo que responde a los puntos de fricción más comunes en los equipos multigeneracionales.
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Con más de 14 años de experiencia y 85 clientes triple A en su historial, Magaña sabe de lo que habla.
Liderar hoy implica más que dar instrucciones. Implica guiar, contener, retar y adaptar. Las generaciones más jóvenes no están en crisis de talento, están en crisis de relación con los liderazgos antiguos”, señala.
Autonomía, Regulación, Crecimiento y Afiliación
Eso significa ARCA, y cada letra es una respuesta a las tensiones reales en los equipos:
- Autonomía. Dar margen de decisión, incluso bajo estructuras rígidas, es clave. Elegir cómo, con quién y cuándo hacer el trabajo aumenta el compromiso sin afectar el control.
- Regulación. Millennials y Gen Z crecieron entre estímulos inmediatos y redes sociales. El liderazgo debe incluir inteligencia emocional y contención, no solo control.
“Hay que entrenar para la frustración sin sobreproteger”, explica Magaña.
- Crecimiento. La promesa de ascensos a 10 años dejó de funcionar. Hoy se necesitan trayectorias rápidas, visibles y constantes. Micropromociones, nuevos proyectos y retos inmediatos hacen la diferencia.
- Afiliación. El vínculo importa. Las generaciones más jóvenes se quedan donde se sienten parte. Las empresas deben generar pertenencia con encuentros presenciales, escucha activa y propósito claro.
Este modelo nace de datos reales. Daucon ha trabajado con más de 70,000 personas en 14 países, midiendo en campo lo que motiva, desgasta o retiene a los colaboradores de distintas edades.
En México, el 51.3% de la fuerza laboral pertenece a millennials y el 12.7% a centennials, según Mexico Business News. La mayoría ya no responde a estructuras jerárquicas, sino a esquemas flexibles, retroalimentación frecuente y liderazgos empáticos. Y no es moda: es una estructura de supervivencia organizacional.
Para Magaña, el liderazgo multigeneracional no es un “plus”, es la base del futuro organizacional. “La diversidad generacional —bien gestionada— mejora la innovación, eleva la rentabilidad y amplía la conexión con mercados jóvenes. Pero también exige nuevas habilidades de liderazgo: disciplina que cuida, escucha sin condescendencia y capacidad de adaptación real”, afirma.
- Además, los líderes actuales deben prepararse para ser minoría. En 2030, millennials y centennials representarán el 75% de la fuerza laboral global. “Los que hoy toman decisiones serán minoría demográfica. Si no entienden a las nuevas generaciones, perderán talento, influencia y relevancia”, advierte.
Uno de los hallazgos más disruptivos del estudio de Daucon es que las nuevas generaciones sí quieren prestigio, pero no en los mismos términos.
“Su reconocimiento no está en ser el mejor en la empresa, sino en ser relevante en sus comunidades digitales. El ‘jefe cool’ no les interesa. Buscan líderes éticos, humanos y coherentes”, detalla.La diversidad generacional también está redefiniendo lo que significa pertenecer. Para Gen X o Boomers, las relaciones laborales bastaban. Para los más jóvenes, si no hay conexión humana, hay fuga.
“Por ello, el liderazgo ya no se ejerce desde el control, sino desde la confianza. Y ARCA —como modelo— se convierte en una hoja de ruta útil no solo para directores y gerentes, sino también para universitarios que se preparan para integrarse a ese entorno complejo”, así concluye Melhina.