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Tecnoradio, sólo una nota al pie en el informe del Testigo Social

Contraloría Ciudadana para la Rendición de Cuentas hace un somero recuento de Tecnoradio en la Licitación de AM/FM, cuando el caso escandalizó a la industria, que esperaba más claridad con este nuevo informe.

Foto EE: Archivo.

El polémico caso de Tecnoradio, el jugador que apostó 287 millones de pesos por 37 estaciones de radio en 18 estados de la República, pero que no pagó y cuya descalificación provocó además una denuncia penal del Instituto Federal de Telecomunicaciones como árbitro del concurso, significó apenas un párrafo en el informe final del testigo social “ONG Contraloría Ciudadana para la Rendición de Cuentas” acerca de todo el proceso la licitación IFT-4 sobre radio AM y FM que se realizó entre 2016 y 2017.

En su informe de 84 páginas, el testigo social dedicó cerca de diez renglones a lo ocurrido con Tecnoradio y lo plasmado en su escrito tuvo como base principal la información emanada de mismo IFT, como hipervínculos electrónicos a comunicados o versiones de prensa; un documento que abona entonces poco a la claridad sobre un hecho que en su momento escandalizó a la industria de la radiodifusión y puso en entredicho por segunda ocasión al nombre del regulador en cuanto su conducción de procesos de licitación de espectro radioeléctrico.

“Un participante ganador identificado con la razón social Tecnoradio fue descalificado por haber incurrido en la causal de descalificación señalada en el numeral 10.1, fracción IV de las bases… Así como por la falta del pago de las contraprestaciones de los lotes en los que fue declarado ganador…”, escribió sobre Tecnoradio, el testigo social que acompañó al regulador en todo el proceso de la licitación IFT-4 y que en el resto de su informe detalla otros encuentros entre el órgano autónomo y los que también se interesaron en conseguir una frecuencia de radio.

El trabajo de ONG Contraloría Ciudadana para la Rendición de Cuentas con la IFT-4, la primera en su tipo en la historia de México pero también empañada por el caso Tecnoradio, reabre el debate acerca de que los testigos sociales que acompañen procesos tan especializados como uno de espectro radioeléctrico deben contar con un conocimiento preciso del rubro, pero también significa que debe replantearse y transparentarse los mecanismos de elección de ese tipo de figuras

“El origen de la figura del Testigo Social es que en los procesos de compras gubernamentales participe la sociedad; sin embargo, es una falacia pensar que quienes reciben recursos públicos por participar en el proceso tengan absoluta independencia de criterio y objetividad que son las características que deben identificar al Testigo Social, además de que en su mayoría los testigos sociales son empresas que en el pasado han prestado servicios al gobierno federal o en su caso, son personas físicas, ex servidores públicos y si bien eso asegura cierto conocimiento de los temas en los que intervienen, no permite que juzguen de manera objetiva e imparcial los procesos”, expone Agustín Ramírez, abogado especialista en telecomunicaciones del despacho Ouraboros.

Los testigos sociales también han estado inmersos en varios escándalos relacionados con procesos licitatorios. El último más reciente ocurrió con la licitación del nuevo operador del telepeaje, en el 2015, pero allí el testigo social fue removido por acusar al concurso de escasa transparencia.

“El problema es de origen; la Ley de Adquisiciones prevé un mecanismo de designación de testigos sociales poco transparente. Lo importante es transparentar el proceso de designación”, insiste Agustín Ramírez.

Tecnoradio S. A. de C. V., identificado en la subasta de frecuencias como el participante T1-005324, pujó 287.58 millones de pesos para quedarse con 34 estaciones en la banda de FM y 3 más en la de AM, con las que pudo haber llegado directamente a cuando menos 4 millones 50,000 mexicanos, según la población combinada de todas esas plazas, con datos de 2010 y sin contar las localidades vecinas a las que también empezarían a escucharse sus señales radiodifundidas entre finales del 2017 y mediados del 2018 y con tecnología digital. 

La compañía, discreta para la mayor parte de los radiodifusores y de ahí el escándalo que desató su salida del proceso, se convertiría de la noche a la mañana en un importante nuevo actor con capacidad para dar cobertura a un tercio del país; concentrándose en el centro industrial y en la joya turística de México en el Caribe para levantar liquidez y recuperar su inversión.

Las 37 señales le hubieran permitido a Tecnoradio crear una red más amplia que la del mismo Instituto Mexicano de la Radio (Imer), que a la fecha opera 17 estaciones de manera directa y acercarse también en número, aunque no en valor de mercado por plazas, a las aproximadamente 44 emisoras que directamente administra Radio Centro en todo el país.

No se descartaba tampoco la posibilidad de que Tecnoradio pudiera echar mano de la figura del arrendamiento de espectro para entrar a otros mercados, como la Ciudad de México, donde no se licitaron más frecuencias en la actual licitación, pero sí se mantiene como la plaza más importante del país para ese negocio.

abr

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también es citado en diversos análisis sobre telecomunicaciones y radiodifusión de la OCDE, la GSMA y la ASIET.

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