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Sin margen de maniobra para reducir impuestos, alerta el sector privado
El diseño de una nueva ley hacendaria tendrá que esperar a la llegada del nuevo gobierno, dice el CEESP; recomienda actuar con mesura.
Analistas del sector privado en México recomendaron “prudencia” sobre la aplicación y los efectos que pudiera tener la reforma fiscal de Estados Unidos (EU), pues será con el nuevo gobierno cuando se pueda diseñar una ley hacendaria.
“En México no existe espacio fiscal para reducir los impuestos, solamente a costa de un incremento en el déficit público. Esto es absolutamente inadmisible. Tengamos presente que la inflación que vivimos proviene de la devaluación provocada por el déficit y la forma en que se ha financiado, lo que produce la inestabilidad en el tipo de cambio”, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su análisis ejecutivo semanal, el organismo privado aglutinado en el Consejo Coordinador Empresarial reconoció que la coyuntura antes mencionada no permite que nuestro país tenga una respuesta en las mismas condiciones —de reducir el Impuesto sobre la Renta (ISR) a 21%—, pero “tampoco se puede asegurar completamente que, dadas las características de la reforma estadounidense, nos limite la competitividad fiscal”.
Insistió: “Vale la pena tener una actitud prudente, para observar y conocer los efectos reales en EU, y en los planteamientos que se realicen. Recordemos que no es claro qué efecto tendrá en el mismo Estados Unidos”.
Luis Foncerrada, director del CEESP, consideró que los ajustes fiscales en Estados Unidos no representan un estímulo importante para las empresas y explicó:
“Primero es importante diferenciar entre la tasa nominal del ISR, que se redujo de 35% hasta 21% y la tasa efectiva. La tasa efectiva es aquella que pagan las empresas después de hacer todas sus deducciones sobre su utilidad contable y es mucho más alta que 21%, dado que con la reforma se eliminaron diversas deducciones, tal vez la más importante es la imposibilidad de deducir los pagos de impuestos realizados a nivel estatal, que van de 5 a 9% dependiendo de cada estado. Por lo tanto, la tasa efectiva para las corporaciones será de entre 26 y 29%, antes de otras deducciones y de otros subsidios”.
Asimismo, la tasa efectiva es de especial relevancia para las comparaciones internacionales, debido a que refleja en buena medida la competitividad fiscal de los países. Para México, por ejemplo, aunque el cálculo de la tasa efectiva es complejo, puesto que varía en función de cada sector, algunos estudios la ubican cerca de 12%, en tanto que otros consideran que se acerca más a 18 por ciento.
Los especialistas advirtieron que la reforma fiscal de EU “es fuertemente regresiva y que no propiciará un incremento en el consumo ni en la demanda en general”. Esta es otra razón por la que parece dudoso que las empresas lleven a cabo inversiones sin la existencia de un claro incremento en la demanda.
“Es muy poco probable que empresas y corporaciones cambien sus decisiones de inversión por la reforma fiscal. En una encuesta reciente, sólo 37% de empresas, medianas y pequeñas, dijo que consideraría invertir. El resto confirmó que pagarían deuda y comprarían acciones”, destacó el CEESP.