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Los Vengadores pierden poder
Los Vengadores: La era de Ultrón, segunda parte de una franquicia que ha dejado millones a Marvel, pero que sin duda es mucho menos poderosa e interesante que la primera.
Antes de que comience a leer, tengo que advertirle al lector que no soy fan de los superhéroes; sé de ellos lo que cualquier mortal que en algún momento se ha asomado a ese mundo.
Hulk (Mark Ruffalo) vuela por los aires furioso mientras destroza todo a su paso, Iron Man (Robert Downey Jr.) hace bromas, Thor (Chris Hemsworth) agita su rubia caballera y mazo; en tanto, el Capitán América (Chris Evans) lanza su frisbee; el Ojo de Halcón (Jeremy Renner) tira sus flechitas y la Viuda Negra (Scarlett Johansson), bueno es guapa.
Así arranca Los Vengadores: La era de Ultrón, segunda parte de una franquicia que ha dejado millones a Marvel, pero que sin duda es mucho menos poderosa e interesante que la primera.
La historia, bueno, si es que a alguien le importa es básica y previsible; Los Vengadores se enfrentarán a un enemigo muy poderoso (que nació de un software) que quiere destruir el mundo y a Los Vengadores claro.
Ultrón (James Spader) es un extraño villano que se pasa más tiempo fabricando una malévola máquina en un pueblo lejano de Europa, que tratando de acabar con Los Vengadores.
La película es veloz, explora y pone en pantalla un vertiginoso lenguaje cinematográfico con golpes, persecuciones espectaculares, batallas épicas donde todos presumen sus poderes en un derroche de efectos especiales con todo lo mejor -peor de Hollywood, bueno menos el Ojo de Halcón, que lanza sus flechitas explosivas y La Viuda Negra que sigo sin entender cuáles son sus poderes. Que alguien me explique.
Sin embargo, la película con más de dos horas de duración no va para ningún lado, se pierde en diálogos absurdos y "profundos" pero los chistes hacen entretenida la película.
En Los Vengadores aparecen nuevos rostros, Kalimán, digo, La Visión (Paul Bettany) un superhéroe medio místico que se dedica a sermonear a todos porque es casi un Dios.
Aparecen nuevos personajes como Dash de Los increíbles, digo, Mercurio, (Aaron Taylor-Johnson) quien corre velozmente y su gemela La Bruja escarlata (Elizabeth Olsen) una chica emo que lanza hechizos en una de las peores escenas que he visto en años.
El problema de todo éste universo es que no va para ningún lado, vamos, quieren salvar el mundo y acaban en un pueblecito de Europa del Este tratando que ningún civil salga herido y que el malvado Ultrón no destroce lo que bien podría ser Ecatepec.
Le repito, no soy fan de los cómics pero creo que Hulk es el superhéroe más interesante y se encuentra desperdiciado en la película; los demás se la pasan bien, uno juega hasta a la casita y Downey Jr se la pasa haciéndose el chistoso.
Sí busca acción y un poderoso Blockbuster vaya a verla, puede que lo disfrute rodeado de adolescentes, mamás y ñoños; de lo contrario busque otra opción, aunque, lo dudo, pues Los Vengadores: La era de Ultrón ocupa más de 5,000 pantallas en México.
vgutierrez@eleconomista.com.mx