Lectura 4:00 min
En este tiempo aciago hemos pagado cara la ligereza intelectual: Malva Flores
La poeta y ensayista dijo en su discurso de recepción de uno de los máximos galardones en el país para la obra publicada que el ejercicio de la crítica es imprescindible para la salud de cualquier sociedad democrática.
Por su libro en ensayo “Estrella de dos puntas, Octavio Paz y Carlos Fuentes: crónica de una amistad”, la poeta, narradora y ensayista Malva Flores fue receptora este domingo del premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2020 para obra publicada y, con él, su nombre se unió al de una pléyade de referentes de las letras en nuestro país como los de Juan Rulfo, Octavio Paz, Josefina Vicens, Rosario Castellanos, Elena Garro, Juan José Arreola, Fernando del Paso, José Revueltas, Esther Seligson, Julieta Campos, Amparo Dávila, Alí Chumacero y Vicente Leñero, entre muchos otros.
El galardón se entregó de manera simbólica, vía remota, por la Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) a través de la Coordinación Nacional de Literatura y la Sociedad Alfonsina Internacional.
En el acto se hicieron presentes Lucina Jiménez, directora general del INBAL; Felipe Garrido, presidente de la Sociedad Alfonsina Internacional, y la escritora Angelina Muñiz-Huberman, integrante del jurado, además de la laureada.
“La mayor enseñanza que recibí al escribir este libro fue comprender que la defensa de la libertad y el ejercicio de la crítica son elementos imprescindibles para la salud de cualquier sociedad democrática. Aprendí también que la crítica debe ejercerse en cualquier contexto más allá incluso de la amistad, porque la crítica a las ideas no debe confundirse con un juicio a la persona”, explicó Malva en su discurso de recepción.
Y continuó: “en este tiempo aciago en que vivimos, hemos pagado cara la ligereza intelectual o el olvido de nuestra historia, de sus virtudes, pero sobre todo de sus errores que no debemos repetir (…) cuando en 1976 apareció el primer número de la revista ‘Vuelta’, una publicación que nació a resultas de una arbitrariedad del Estado y el golpe a Excélsior, Octavio Paz escribió una frase con la que concluyo. Quiero creer que sus palabras aún pueden actuar como talismán para nosotros, los ciudadanos, y a la vez, mostrarnos la exigencia que debe conducirnos: ‘una nación sin crítica es una nación ciega’”.
Destacó que Paz y Fuentes abrieron a México al mundo, le dieron un lugar y un nombre en el concierto de las naciones como quería Alfonso Reyes. “El seguimiento de esas dos figuras fundamentales de nuestra cultura me hizo sentir orgullosa de la lengua y la literatura a las que pertenezco, capaces de crear un lenguaje fuera del reducido coto de lo doméstico, una escritura mexicana y, al mismo tiempo, universal”.
Las palabras de jurado
“El resultado de este trabajo es una obra apasionante y reveladora, que nos permite ver por el ojo de la cerradura los entretelones de la vida literaria, la diplomacia y la política en el México del pasado reciente”, refirió el acta del jurado durante su fallo en abril pasado, e integrado, además de Muñiz-Huberman, por Enrique Serna, como ganador del año anterior, e Ignacio Solares.
“El enfoque crítico de su estudio y el minucioso trabajo de investigación que realizó con imparcialidad y agudeza para reconstruir la historia de la amistad de dos grandes figuras de la literatura mexicana del siglo XX. Su exhaustiva revisión de la correspondencia inédita entre el narrado y el poeta descubre lo que pensaba uno del otro. Gracias a la claridad de su prosa, Malva Flores cautiva al lector desde las primeras líneas, de modo que su ensayo se lee como una novela”, amplía el documento del jurado.