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Arte e Ideas

Lectura 5:00 min

De pandillas y tragedias

Todos involucrados de Ryan Gattis, ?la novela que se debe leer en este momento ?de racismo y violencia.

Recuerdo esas imágenes cuando era niña, tomadas siempre desde un helicóptero. La gente de Los Ángeles se había chiflado. Saqueaban tiendas, quemaban barrios enteros. Era como si el Joker hubiera convocado a una fiesta y todos los villanos de Batman estuvieran invitados.

¿Eso es Estados Unidos?, se preguntaba en voz alta mi mamá. Como todo clasemediero chilango, pensábamos que en los EU sólo podían pasar cosas buenas. Las calles de oro y toda esa mierda.

Eran los disturbios tras la muerte del joven afroamericano ?Rodney King. Corrijo: los disturbios se ?desataron cuando los policías que mataron a golpes a Rodney King salieron absueltos en un juicio supuestamente multirracial y justo.

La bomba racial explotó. Durante casi una semana, LA, ciudad de ensueño, ardió como bomba molotov.

Si me permiten ponerme personal, dos polos violentos de mi adolescencia definen mi perspectiva de los Estados Unidos: los de la muerte de King, y el tiroteo en la ?Columbine High School. Estados Unidos es un lugar violento, un milagro que en ese hervidero exista todavía una democracia funcional.

En fin. Hablábamos de Rodney King. Hay un libro que todos deben leer, sobre todo ahora que el racismo hiriente de Donald Trump está en primera plana y que la muerte de jóvenes negros a manos de la policía o de psicópatas que están defendiendo su espacio sigue siendo cosa de quítame aquí estas pajas. Remember ?Trayvon Martin.

El libro se llama Todos involucrados de Ryan Gattis. Es una especie de historia oral de los disturbios. La novela está tan bien hecha que parece una crónica, como si cada personaje fuera real.

Todos involucrados no habla directamente de Rodney King sino de la ola de violencia que su muerte desata. Como advierte el narrador en el breve prólogo, no todos los crímenes de esa semana de infierno tuvieron que ver con la indignación popular por el fallo del jurado. Algunos vieron la oportunidad de vengarse, de saldar cuentas. Los pandilleros salieron armados sabiendo que muchos de ellos no iban a regresar.

La novela comienza con la muerte de un inocente, Ernesto Vera. Ernie había logrado alejarse de la dinámica pandillera, trabajaba como cocinero en una taquería y su sueño era ser chef de sushi porque no podía creer la maravilla que esos genios de la cocina podían hacer con el aguacate. Cada episodio, narrado cada uno por un personaje distinto, tiene ese tipo de detalles muy personales de cada personaje. Para Ernie la onda era ser chef de sushi. Y eso se acabó la noche del 29 de abril de 1992 cuando unos pandilleros lo golpearon, los amarraron a un coche, lo arrastraron y después le dieron muchas cuchilladas. Lo dejaron hecho puré. Todo por ser hermano de Mosquito, uno de los gangsta más imprudentes que se han visto.

La muerte de Ernesto Vera desata una espiral ascendente de violencia (¿no sería espiral descendente? Después de todo la violencia es un descenso de la condición humana). ?Payasa, pandillera y hermana menor de Ernesto, sale a vengar su muerte. Para eso necesitan un arma anónima y Bicho, un drogo con una suerte de gato, la consigue. Alguien reconoce la pistola después de que Payasa hiciera lo suyo y desencadena más muertes.

Bicho es mi personaje favorito, por cierto. Parece un mariguanito cualquiera, alguien demasiado drogado para hacer algo coherente. Es una actuación. Por supuesto que está drogado pero no es ningún estúpido. Su cuerpo sabe qué está pasando en todo momento. Ya verán la ironía.

Hablando de destino, también está Gran Destino, el jefe pandillero que todos respetan y que patrocinó la venganza de Payasa y al mismo tiempo ordenó la muerte de ?Mosquito. ¿Ven? De los tres hermanos venga la muerte de uno, protege a otra y mata al tercero.

No sólo hablan los pandilleros en la novela. Uno de los episodios más conmovedores lo narra una enfermera y otro, un bombero. El bombero dice que no se engaña, ya no. Sabe que no está haciendo ninguna diferencia. Recuerda a un pandillerito de 10 años al que habían dejado hecho carne molida. Gracias a su intervención lograron salvarle la vida. Unos meses después los llamaron porque había un cadáver en la calle. Lo reconoció, las mismas cicatrices, todavía tenía 10 años y ahora sí se habían asegurado de hacer el trabajo: tenía una bala en la nuca.

Todos involucrados es una novela tensa, no sabes de dónde va a venir el próximo madrazo. Por eso es una gran novela. Ryan Gattis viene a México en el próximo Hay Festival en Querétaro.

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