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¿Cómo funciona la inmunidad en el cuerpo humano?

En un momento donde la pandemia por Covid-19 ha cobrado la vida de más de dos millones de personas en el mundo, es fundamental entender cómo funciona la resistencia a ciertos patógenos.

Foto EE: Cortesía Cinestav

El cuerpo humano cuenta con un sistema inmune capaz de defenderlo ante una infección procedente del exterior por virus, bacterias, hongos o parásitos; este sistema de defensa es muy eficaz pero no es infalible.

Cuando una persona es infectada por un agente extraño su organismo libra una auténtica guerra interior entre su sistema inmune y los patógenos invasores que buscan replicarse en diferentes órganos del cuerpo; durante ese proceso el individuo presenta malestar, debilitamiento y una temperatura elevada, si las defensas logran detener la invasión el individuo se recupera, si son vencidas puede provocar su muerte.

De acuerdo con el artículo de divulgación creado por Efrén Diaz Millán de Conexión Cinvestav y asesorado por el doctor Gilberto Castañeda Hernández, del Departamento de Farmacología, cuando el cuerpo humano es infectado o invadido por un agente extraño se activa su sistema de defensa para luchar contra el invasor por medio de los glóbulos blancos y tienen dos componentes: inmunidad celular e inmunidad humoral.

Los autores hacen una analogía en términos militares para explicar: La inmunidad celular se activa como la primera línea de defensa; ciertos tipos de glóbulos blancos, como los macrófagos, son capaces de ingerir al agente extraño para destruirlo. Ganar la batalla depende de los efectivos disponibles, si el número de glóbulos blancos supera al número de invasores, el cuerpo presentará malestar por un tiempo, pero al triunfo de sus defensas vendrá la recuperación y el alivio.

La inmunidad humoral es la segunda línea de defensa, en ella intervienen los anticuerpos o antígenos (inmunoglobulina o Ig), proteínas en forma de Y cuya función es adherirse a los patógenos y evitar la infección en las células; pueden que encontrarse en la sangre u otros fluidos del cuerpo.

Al momento que un agente extraño entra al organismo, otro tipo de glóbulos blancos, llamados linfocitos también entran en contacto con ellos. Los linfocitos (B o T) detectan a las moléculas ajenas al organismo, como las contenidas en la cápsula de los virus o las bacterias, por ejemplo, y luego hacen un molde de esas partículas extranjeras. Con este molde, los linfocitos crean una nueva molécula, llamada anticuerpo, que reconoce de manera muy específica al agente infecciosos. Los anticuerpos así generados detectan a los virus donde quiera que estén, los persiguen, se unen a ellos y desencadenan toda una serie de procesos que los destruyen de manera altamente eficiente, de esta manera, al enfrentar una segunda infección el organismo ya no se enferma, este principio también es replicado en la vacunación.

Ante una infección, el organismo debe guardar reposo, porque al experimentar una guerra en su interior la mayoría de sus recursos de energía se deben canalizar hacia los glóbulos blancos; el reposo permite que el sistema de defensa emplee la mayor parte de la reserva de energía disponible.

nelly.toche@eleconomista.mx

kg

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