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Pierde fuerza la Ley Fintech, actualizaciones son necesarias
En siete años, ha pasado de ser pionera a enfrentar rezagos normativos.

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El próximo nueve de marzo se cumplirán siete años desde la promulgación de la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera (Ley Fintech). En este tiempo, se ha observado una desaceleración en las solicitudes para constituir entidades bajo este marco normativo, lo que podría atribuirse, entre otros factores, a la falta de la normativa secundaria y a la duración de los procesos de autorización y constitución en comparación con otras figuras del sector financiero.
Esta tendencia fue evidente en la primera mitad del 2024, cuando sólo se presentaron cinco solicitudes para operar bajo la Ley Fintech. En contraste, en el 2023 la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) recibió 15 solicitudes y en el 2022 la cifra ascendió a 27, de acuerdo con diversas solicitudes de transparencia. Además, en el 2024 se autorizaron nueve entidades, una cantidad significativamente menor en comparación con las 30 aprobadas en el 2023 y las 20 del 2022.
“En el 2018 fuimos pioneros con la primera Ley Fintech del mundo, pero ahora enfrentamos un claro deterioro y rezago. Hay mucha regulación secundaria pendiente, por ejemplo, en finanzas abiertas. Sin embargo, si analizamos el impacto real de la ley, ha sido impresionante”, afirmó Carlos Valderrama, fundador del despacho legal, Legal Paradox.
Valderrama estimó que en términos de inversión, las ITFs han destinado más de 2,000 millones de pesos. No obstante, los modelos de negocio de las Instituciones de Fondeo Colectivo (IFC) y las Instituciones de Fondos de Pago Electrónico (IFPE) siguen estando muy limitados, por lo que esta figura ha perdido atractivo frente a otras licencias como la de banca múltiple y la de Sociedades Financieras Populares (Sofipos).
“Cada fintech tiene su propio modelo de negocio y debe evaluar qué licencias necesita. Sin embargo, teniendo en cuenta las capitalizaciones necesarias para cada figura, no es lo mismo iniciar con 54 millones de UDIs para cumplir con el capital mínimo exigido a un banco, que operar con 500,000 UDIs que se requieren para una ITF. En ese sentido, la Ley Fintech, estaba pensada para startups , pero la realidad es otra”, mencionó Valderrama.
Según Álvaro Vértiz, director en América Latina y el Caribe de la consultora Grupo DGA, la llegada de nuevos jugadores impulsa la actualización del marco regulatorio, permitiendo que las entidades migren de una figura a otra según los productos que ofrecen y en función de su crecimiento.
“La única figura jurídica disponible actualmente para algunas financieras digitales que buscan ampliar progresivamente su oferta es la de una institución de banca múltiple. No existe otro modelo que les permita evolucionar de la manera que desean”, explicó Vértiz.
Otro de los grandes pendientes de las autoridades es el tiempo de autorización, un factor que ambos expertos consideran una de las principales limitantes para las ITFs. Actualmente, el tiempo promedio para obtener una licencia es de 818 días, mientras que en las últimas cinco autorizaciones de bancos digitales, el proceso tomó un promedio de 406 días.
Fintech 2.0
En este contexto de cambios pendientes, la Asociación Fintech México anunció en junio del 2024 que estaba preparando una propuesta integral de mejora regulatoria para impulsar un proyecto de ley conocido como “Fintech 2.0”.
Al respecto, Vértiz explicó que la necesidad de una nueva ley responde a la evolución del sector fintech desde la promulgación del marco actual en el 2018. Además, esta actualización debería contemplar el escenario actual, en el que diversas entidades transitan entre distintas licencias.
“El marco regulatorio no logró abarcar por completo el tipo de entidades que buscaba regular. Por ello, es necesario revalidar el papel de los sandbox y modelos novedosos, ya que el marco regulatorio debería ser mucho más flexible para recibirlos, desarrollarlos y permitirles operar en fase piloto”, afirmó.