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Política

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Cuando la justicia te llega, te sabe a miel: Lourdes Mendoza

Un juez y un magistrado determinaron que la periodista fue víctima de daño moral y difamación por parte del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, aunque el exfuncionario impugnó la resolución y el asunto se revisa en una tercera instancia; asegura que hay un pacto de impunidad entre la Fiscalía General de la República y el ahora exdirector de la petrolera mexicana.

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Diego Badillo

Un año y nueve meses después de que se filtrara en la prensa nacional la denuncia del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin, en la cual asegura que la periodista Lourdes Mendoza recibió un regalo del entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, un juez y un magistrado determinaron que la comunicadora fue víctima de daño moral y difamación y, aunque el exfuncionario impugnó la resolución y el asunto está en una tercera instancia, ella asegura que “cuando la justicia te llega te sabe a miel”.

Entrevistada con motivo de la presentación de su libro, “Con la frente en alto. Testimonio contra la impunidad”, editado por Grijalbo, Mendoza dice que su objetivo fue limpiar su nombre de las calumnias del exfuncionario preso por presuntamente haber recibido sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, y por su presunta responsabilidad en las irregularidades en la compra de la planta Agronitrogenados.

Denuncia que el caso de corrupción en el que está involucrado el exdirector de Pemex, en lugar de conducirse por la vía legal, se politizó y las fotografías que ella le tomó mientras el exfuncionario cenaba en un lujoso restaurante de la Ciudad de México, cuando se suponía que estaba bajo arraigo domiciliario, demostró que sí hubo y hay un pacto de impunidad entre la Fiscalía General de la República y él.

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—¿Cuál es el objetivo de este libro?

—Limpiar mi nombre, sin lugar a duda. Dejar mi nombre limpio de las injurias de las palabras de Emilio Lozoya.

—Dices en este libro que la FGR y Emilio Lozoya vieron en tí un riesgo que debían mitigar con miedo ¿Te atacaron por hacer tu trabajo?

—No veo por qué otra cosa debía estar yo en esa denuncia. Yo no soy parte de la supuesta banda que hizo Emilio Lozoya, en la que puso a 17 seres humanos como si fuéramos una banda de corruptos o ladrones.

Esta denuncia se filtra el 19 de agosto de 2020 y hasta hoy, no ha podido demostrar ni uno solo de sus dichos y yo ya le probé en dos instancias diferentes que, no nada más mintió, sino que me generó un daño moral.

—¿Cuál es la dimensión del caso de corrupción que involucra al exdirector general de Pemex?

—El caso de corrupción de Odebrecht es uno de los más importantes a escala mundial. Esta petrolera trastocó todos los sistemas en América Latina. Para poderlo dimensionar de mejor manera hay que ver que al dos veces expresidente de Perú, Alan García, le costó la vida. Se suicidó por haber sido parte y no legarle a su familia la vergüenza de la corrupción.

En cambio, aquí en México, el tema se volvió un tema político, en lugar de un tema judicial, como debe de ser.

—¿Hay una intencionalidad política e la forma en que la Fiscalía está manejando este asunto?

—Escuchamos claramente la filtración de una conversación entre Emilio Lozoya Thalman, papá de Emilio Lozoya Austin, con el fiscal, Alejandro Gertz Manero, donde el fiscal le decía como tenía que arreglar el tema para traer a su esposa y que dejara las cárceles de Alemania.

Yo no entiendo por qué, si el 3 de enero de 2022, la Fiscalía acusó formalmente a Emilio Lozoya de ser el único beneficiario del dinero de los sobornos de Odebrecht a autoridades mexicanas, no le hayan empezado el juicio y, en cambió, tienes todavía gente perseguida.

Entonces por qué tienes estas dos narrativas:

Por un lado dices que Lozoya se quedó con todo el dinero, pero por otro ¿sigues con el teatro?

Y luego se le mueren a Lozoya todos sus testigos. Rarísimo, ¿No?

—¿Hay elementos que permitan pensar que el gobierno actual realmente quiere ir al fondo del asunto?

—No en lo absoluto.

La trama la inventó Emilio Lozoya, para crear un teatro. Emilio Lozoya mintió, vendió espejitos.

Lo que sí te puedo decir es que Emilio Lozoya está en la cárcel por la indignación que generó la foto, porque la foto mostró que sí había un pacto de impunidad entre la Fiscalía General de la República y Emilio Lozoya, en el que era el tema de corrupción más importante de México.

—¿Cómo lidiaste con la forma en que te mencionó el presidente López Obrador desde su conferencia de prensa?

—Con miedo, con rabia, con angustias, con inseguridades. Me atacaron desde el poder, sin ninguna sola prueba. Fui linchada en redes sociales. Me decían que había sido orgánico, ¿cuál orgánico? Yo estaba en las páginas 35 y 36 de la denuncia y desde el momento que se filtra la denuncia me atacan a mí.

—Tú dices, esta experiencia ha sido la más costosa de mi vida. ¿Cómo trata la autoridad mexicana una mujer periodista, cuando denuncia un daño a su honorabilidad, cuando a alguien se le hizo fácil acusarla de actos no honestos?

—La Fiscalía General de la República, en las dos denuncias que he interpuesto en contra de Emilio Lozoya Austin, la primera por daño moral y la segunda por falsedad en declaraciones, me ha negado mi derecho humano a defenderme.

No ha querido entregarme las copias certificadas de la denuncia de Emilio Lozoya.

En cambio sí escuchamos como el propio fiscal y el subprocurador ayudaban al papá de Emilio Lozoya a que todo pasara.

¿Por qué a mí me niegan mi derecho?, ¿por qué pasaron por encima de mis derechos y de mi presunción de inocencia y a este, que es un delincuente confeso, cuando lo traen a México, por cierto, no extraditado, se lo llevaron al hospital Ángeles y luego lo escondieron? Porque evidentemente lo importante, para que la mentira permaneciera, era tenerlo escondido y permitirle absolutamente todo.

—Un año y nueve meses después un juez y un magistrado te da la razón y dice esta ciudadana fue víctima de daño moral y difamación. ¿Es suficiente?

—El señor Lozoya junto con sus abogados metieron el amparo entonces vamos a la tercera instancia.

—Tu trabajo te llevó a esa situación. ¿Sigue valiendo la pena hacer periodismo de la forma en que tú lo haces?

—Sí, sí vale toda la pena. Tengo el mayor de los orgullos al decirme periodista. Esta experiencia me cambió la vida y se que hoy tengo una voz y esta voz la voy a aprovechar para visibilizar todas las mujeres, en tanto que este gobierno nos está invisibilizando y nos está poniendo el pie en el cuello.

Dicen que justicia que no es expedita no es justicia, pero cuando te llega te sabe a miel.

diego.badillo@eleconomista.mx

Diego Badillo

Periodista mexicano, originario de Amealco, Hidalgo. Editor del suplemento Los Políticos de El Economista. Estudié Sociología Política en la Universidad Autónoma Metropolitana. En tres ocasiones he ganado el Premio Nacional de Periodismo La Pluma de Plata que entrega el gobierno federal. También fui reconocido con el Premio Canadá a Voces que otorga la Comisión Canadiense de Turismo, así como otros que otorgan los gobiernos de Estados Unidos y Perú.

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