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Opinión

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Los sesgos cognitivos que afectan tus decisiones financieras (Parte 4 de 4)

Para mitigar y contrarrestar estos sesgos cognitivos y tomar decisiones financieras más acertadas, es fundamental aprender a reconocerlos y adoptar estrategias que nos ayuden a pensar de manera más objetiva y racional.

Los sesgos cognitivos son parte de nuestra naturaleza humana. Así estamos hechos y muchas veces sirven para protegernos. Pero también pueden llevarnos a tomar decisiones irracionales, que pueden poner en riesgo el cumplimiento de nuestros objetivos financieros.  

Para mitigar y contrarrestar estos sesgos cognitivos y tomar decisiones financieras más acertadas, es fundamental aprender a reconocerlos y adoptar estrategias que nos ayuden a pensar de manera más objetiva y racional. A continuación algunas de ellas:

Educación financiera

La educación es una herramienta poderosa para combatir los sesgos cognitivos. Al comprender mejor los principios de inversión y las dinámicas del mercado, podemos tomar decisiones más informadas y menos influenciadas por sesgos emocionales.

Una buena educación financiera no sólo implica entender los números, los créditos o las inversiones, sino también reconocer cómo nuestras emociones y creencias pueden influir en nuestras decisiones (lo cual he tratado de enfatizar en esta columna).

Tener reglas claras para tomar decisiones

Esto nos puede ayudar a mantener el enfoque y la disciplina. Por ejemplo, podemos establecer un límite de pérdidas que nos obligue a vender una inversión si cae debajo de un cierto porcentaje, para evitar el apego emocional a posiciones perdedoras.

O bien, definir un portafolio de inversión simple, de largo plazo y de muy bajo costo e invertir un monto fijo cada mes, pase lo que pase, independientemente de la dirección de los mercados.

Coaching o terapia

A veces es bueno hablar con personas que sepan y que nos puedan proporcionar una perspectiva imparcial y objetiva. Un coach en finanzas personales podría ayudarnos a evaluar nuestras decisiones e identificar sesgos que podríamos estar pasando por algo.

En algunos casos, la terapia podría ser recomendable, sobre todo para abordar algunos aspectos emocionales que pueden influir de manera importante en nuestra relación con el dinero.

Cuestionar nuestras propias creencias

Es importante aprender a desafiar constantemente nuestras propias creencias. Esto implica estar abiertos a la posibilidad de que nuestras decisiones puedan estar influenciadas por sesgos y que es necesario reevaluar nuestras estrategias.

Además, tomarnos el tiempo para reflexionar sobre nuestras decisiones pasadas y evaluar qué funcionó y qué no, puede ser una forma efectiva de aprender.

Usar tecnología, herramientas y modelos

Desde hace muchos años, he utilizado hojas de cálculo para tomar decisiones objetivas. Así pude encontrar cuál era el crédito hipotecario adecuado para mí y a determinar la estrategia para pagarlo lo más pronto posible, minimizando intereses y comisiones. Hay comparadores, simuladores e incluso herramientas de Inteligencia Artificial que si bien siguen siendo limitadas en cuanto a finanzas personales e inversiones, pueden ayudarnos.

Sin embargo, hay que tener criterio. Hoy todas las personas buscan información en línea y aprenden con videos de YouTube o TikTok. Sin embargo, mucha de esta información está sesgada, es patrocinada y puede llevarnos a tomar decisiones basadas en publicidad o tendencias temporales, en lugar de datos fundamentados.

Es crucial utilizar la tecnología y demás recursos que tenemos a nuestro favor, no en nuestra contra.

La importancia de tener un plan financiero

Ir por la vida sin un plan, es como montarse en un barco y navegar hacia donde nos lleve el viento. Algunos tiene suerte y llegarán a un buen destino, pero la mayoría se perderá en el camino. Un plan financiero nos proporciona un marco para tomar decisiones informadas y nos ayuda a mantenernos enfocados en nuestros objetivos a largo plazo. Esto nos permite evaluar nuestras decisiones en función a su alineación con esos objetivos, en lugar de dejarnos llevar por emociones momentáneas.

Debemos recordar que la toma de decisiones financieras es un proceso complejo que involucra no sólo la lógica, sino también nuestras emociones. Comprender nuestros sesgos cognitivos y trabajar activamente para mitigarlos, puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en nuestro camino hacia la libertad financiera.

Ejecutivo de alto nivel en seguros y reaseguro con visión estratégica de negocio, alta capacidad de liderazgo, negociación y gerencia. Además es columnista de Finanzas Personales en El Economista, Coach en Finanzas Personales y creador de la página planeatusfinanzas.com

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