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Resistencia II: Viejos y rebeldes

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OpiniónEl Economista

Se dice que los jóvenes son la esperanza de un futuro. Estoy de acuerdo con esta frase, cada generación es una esperanza. Por cierto, me parece terrible que se endilgue a las nuevas generaciones títulos como “generación de cristal” o se le descalifique por ser “educados en la cultura woke” después de que les hemos heredado un mundo de porquería, con retrocesos democráticos en todos lados, trabajos miserables, niveles educativos cuestionables, etc. ¿Cómo no entender su desconfianza hacia gobiernos e instituciones?

Pero hete aquí que ahora también hay una “nueva” generación de viejos rebeldes a los que no nos gusta la locura de este mundo y estamos levantando la voz, vamos como podemos a las marchas, protestamos en la medida de nuestras posibilidades. Esto está sucediendo en varias partes del mundo.

En Estados Unidos, durante las protestas de cientos de miles de personas en los 50 estados realizadas durante febrero y abril, principalmente, los jubilados salieron a marchar contra las políticas de Trump y Elon Musk al grito de “Manos Fuera”. A su lado, codo a codo, estaban las mujeres que protestaban contra los recortes a las políticas de la diversidad, los integrantes de las comunidades LGBTI+, las personas despedidas por el DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental) y muchas causas más.

En Argentina, bajo el lema “Lo Viejo Funciona, Milei” (frase que recuerda al Eternauta) decenas de miles de personas mayores salieron a plantarle cara al presidente argentino y su motosierra presupuestal. Exigen jubilaciones dignas, acceso gratuito a los medicamentos y atención médica de calidad. Trabajaron toda su vida o siguen trabajando incluso por encima de los 80 años y no están dispuestos a rendirse sin pelear. No se irán a su casa a pesar de la represión del 12 de marzo.

Recientemente, en foros importantes, el mundo ha escuchado discursos rompedores de parte de viejos notables. Richard Gere, de 75 años, dijo al recibir el Goya Internacional 2025 de manos de Antonio Banderas: "Vengo de un lugar muy oscuro en América, donde tenemos un matón y un matón que es el presidente de los Estados Unidos. Pero no es sólo en los EUA, es en todas partes". Tenemos que ser valientes. Tenemos que estar dispuestos a dar la cara, decir la verdad, ser honestos".

En otro foro, al recibir la Palma de Oro por su trayectoria, Robert De Niro, de 81 años, dijo: “En mi país, estamos luchando con todas nuestras fuerzas por la democracia que alguna vez dimos por sentada”. Agregó: “Eso nos afecta a todos aquí, porque el arte es democrático, el arte es inclusivo y une a las personas, como esta noche. El arte busca la verdad. El arte abraza la diversidad, y por eso el arte es una amenaza (…) “Por eso somos una amenaza para los autócratas y fascistas (…) “Y este no es solo un problema estadounidense, es global. A diferencia de una película, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Tenemos que actuar, y tenemos que hacerlo ya”.

En efecto, es un problema global y no hay lugar para cruzar los brazos. En México también tenemos muchos de esos viejos que protestan. En el 2021, en Letras Libres, Roger Bartra (82 años) nos dijo: “Vengo de una izquierda tan vieja que ya no existe, ha muerto. De la izquierda comunista quedan unas ruinas en China, Cuba y Corea del Norte. Sus rasgos políticos despóticos han sobrevivido, desgraciadamente, con más fuerza (,,,) En esa vieja izquierda hubo mutaciones que abrieron paso a la democracia y que me acercaron al liberalismo de izquierda, al reformismo. Estas mutaciones fueron en su época vistas como traiciones por los que se creían “revolucionarios”. Ante el gran naufragio del socialismo soviético y maoísta, muchos de estos “revolucionarios” se volvieron populistas y mantuvieron su odio a la socialdemocracia, un odio que tiene sus raíces en los tiempos del leninismo más duro.”

En estos días, ha muerto otro de los viejos rebeldes a los 89 años, José Mujica. Era de izquierda, a diferencia de la 4T; era demócrata, como no lo son AMLO y Sheinbaum; era austero, como no es ninguno de la pandilla gobernante. Descanse en paz.

Parafraseando a Dylan Thomas: no entremos dócilmente en esa buena noche; al final del día debería la vejez arder y delirar; enfurezcamos ante la muerte de la luz. Ardamos y deliremos, pero no nos rindamos.

Tienen razón los jubilados argentinos: lo viejo funciona. Me gustaría pensar que pertenezco a esa generación de viejos y rebeldes. Viva la resistencia viva.

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