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Regresa Trump: tiempo de definición

El presidente Donad Trump tendrá como principal objetivo declarar una guerra a la administración pública federal de Estados Unidos: los palos que miles de burócratas les colocaron a las ruedas trumpistas, entre enero de 2017 y enero de 2021, ya no se presentarán con facilidad durante su camino presidencial que hoy inicia.
Una curva de aprendizaje que le ayudó a transformarse de outsider a político, la imposición de jueces conservadores en la Corte Suprema durante su primer gobierno, las mayorías republicanas en las cámaras, y la fusión con Elon Musk (el “ingeniero administrativo” cuya función será implantar en la Casa Blanca una visión de tecno-estado) han cambiado los rasgos de Donald Trump.
Su política exterior pondrá en riesgo a varios organismos multilaterales lo que se traducirá en el inicio de un proceso de debilitamiento entre los países menos poderosos.
El sistema geopolítico que fue implantado por Estados Unidos después de la segunda guerra mundial sufrió un primer golpe de parte de Trump durante su primer gobierno.
No más Plan Marshall.
De cumplir el 50% de sus deseos en política exterior, Donald Trump provocaría choques entre países.
Al hablar de Groenlandia está queriendo decir que intentará desmantelar la Unión Europea: ir sobre Groenlandia es atacar una de las fronteras de Dinamarca, y claro, también la de Bruselas, sede de las principales instituciones comunitarias.
Elon Musk ha tenido mayor injerencia en Europa en las últimas semanas que Marco Rubio.
Musk golpeando a Keir Starmer y a Olaf Scholz. Trump, en silencio.
Al hablar del canal de Panamá, Trump mira hacia China y le obsequia incentivos para que profundice su conquista en el Mar de China y la isla de Taiwán. Al hacerlo, Japón y Corea del Sur estarían más solos frente a sus enemigos.
Si Joe Biden propinó pellizcos de monja al primer ministro israelí, Donald Trump le dará todo lo que le pida. El legado de Jared Kushner no ha desaparecido, por el contrario, se profundizará: Israel se acercará más a los sunitas teniendo como fin último a Arabia Saudita. Por su parte, los colonos podrán avanzar en Cisjordania.
No será Kushner quien lleve la relación con Luis Videgaray; tampoco estará en el Departamento de Estado un diplomático con el perfil de Antony Blinken. Será Marco Rubio el que lleve la relación regional. Su objetivo es profundizar la enemistad con los amigos de las tres dictaduras latinoamericanas.
En una conversación que tuve con él el año pasado, se refirió al fracaso “voluntario” de la estrategia de seguridad de AMLO; también a las alianzas de su gobierno con Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel.
Son tiempos de definición, comentó.
La estrategia de AMLO fue alimentar de contenidos sus conferencias matutinas a través de acercamientos con Evo Morales, Rafael Correa, Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Nicolás Maduro y Díaz-Canel; intentó implantar en su gobierno una fachada de izquierda para sostener batallas que recordara a la Guerra Fría.
La presencia del embajador mexicano en Caracas en la espuria y ridícula toma de posesión del dictador Maduro erosiona la credibilidad y confianza del gobierno de Claudia Sheinbaum frente a Estados Unidos.
Han pasado 10 días y el canciller De la Fuente no ha explicado la razón por la que México avaló el fraude electoral de Maduro.
Trump llega a la Casa Blanca y De la Fuente se reúne con el canciller espurio venezolano para hablar de derechos humanos, pero no condena la violación de los mismos en contra de los venezolanos. Así, la diplomacia mexicana en el día uno de Trump. Tiempos de definición.