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Organismos multilaterales, a prueba

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OpiniónEl Economista

Los cimientos de los organismos multilaterales se debilitan en medio de un entorno político donde perfiles radicales se resisten a cooperar o a modelar políticas públicas en consenso.

Estados Unidos decidió abandonar hace algunas semanas el Consejo de Derechos Humanos de la ONU pese a que no era miembro, lo que se interpreta de manera simbólica como un distanciamiento de la Casa Blanca sobre el tema de los derechos humanos.

“El Consejo de Derechos Humanos proporciona un foro global para que los gobiernos debatan los motivos de preocupación en materia de derechos humanos, puede autorizar investigaciones que saquen a la luz violaciones de esos derechos y, aunque no es perfecto, es una herramienta para hacer que los gobiernos rindan cuentas del cumplimiento de sus obligaciones en materia de derechos humanos incluidas las relativas a su propia población”, comentó recientemente Amanda Klasing, directora de relaciones con el Gobierno de Amnistía Internacional Estados Unidos.

Vale la pena recordar que detrás de organismos multilaterales se encuentra la intención de cerrar la brecha entre países que son potencias mundiales y países que tienen bajos índices de desarrollo.

Un ejemplo es la Organización de Naciones Unidas (ONU): un país, un voto. Su existencia nos recuerda que los grandes problemas no se solucionan de manera aislada.

Dejar a un lado el Acuerdo de París representa el desinterés por la salud del planeta de y las próximas generaciones.

Pensemos por un momento que la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) cumpliera algunas funciones similares a las de la ONU: combatir la desnutrición o mejorar la salud de alguna comunidad. La riqueza y el desarrollo de Estados Unidos le permite tener una “pequeña ONU” en sus gobiernos. La USAID fue creada en 1961 por el presidente John F. Kennedy.

La decisión de congelar a la USAID también representa un símbolo que se traduce en algo como: el desarrollo de los países que adolecen de presupuesto no es de interés.

Otro de los temas que preocupa en la actualidad es el derecho internacional: incumplir acuerdos comerciales como el T-MEC o pensar en arrebatar soberanías territoriales a diversos países tienen una interpretación peligrosa: la aplicación de la ley del más fuerte.

Un nuevo orden internacional sin el protagonismo de instituciones multilaterales nos acercaría al abismo.

Conviene no olvidar similitudes de la actualidad con la década de los 30 del siglo pasado.

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