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La Cultura de la Paz, Comunicación y Diálogo

Pascual Hernández Mergoldd | La cultura de la paz
Una simple palabra puede iluminar el día o herirlo, darte alas o hundirte.”
Irene Vallejo
Existen dos conceptos que suelen confundirse y tratarse como sinónimos sin serlo: Comunicación y Diálogo.
Comunicación es la transmisión de información. Hay varios tipos de comunicación como la verbal, la no verbal, la escrita, la visual, la de medios y la digital.
La comunicación efectiva implica tanto la emisión de un mensaje como la recepción y comprensión del mismo por parte del receptor, aunque en el acto de comunicar no se requiere que el receptor de un mensaje reaccione ante tal.
La propaganda y la publicidad son formas de comunicación.
Otra vía de comunicación visual consiste en símbolos y atuendos que tienen significados precisos para identificar a quienes los portan, por ejemplo:
• La banda presidencial, sólo la puede portar en México quien ostenta el cargo de Presidente de la República;
• La toga es usada por juzgadores y en ceremonias de graduación como símbolo de autoridad y distinción;
• La sotana, por sacerdotes.
• Uniformes de médicos y enfermeros, los portan profesionales de la salud;
• Uniformes de pilotos aviadores y sobrecargos, en el transporte aéreo;
• Uniformes de soldados, bomberos y policías, para ser fácilmente identificados, y
• Uniformes de integrantes de equipos deportivos y de estudiantes de educación básica, entre otros.
Quien asumirá la presidencia de la Suprema Corte dice que no portará toga. Para seguirle la corriente, como si no existieran asuntos importantes que atender, legisladores oficialistas ya propusieron reformar la Constitución.
La comunicación del actual régimen, en su vertiente de propaganda, se caracteriza por su objetivo de manipular con falsedades al público e insultar a sus opositores. Suele mostrar torpeza e ignorancia con declaraciones y comunicados oficiales que, además de hacer el ridículo y propician burlas, deterioran las relaciones con otros países y provocan reacciones perjudiciales para el país.
Se ignora que el valor de la verdad da valor a la palabra.
Sigue sin aprovecharse el elemento sobre el que se desarticulan los conflictos, que es el diálogo.
A diferencia de la comunicación, proceso de transmitir información, el diálogo es una forma específica de comunicación que implica un intercambio recíproco de ideas y de opiniones y ocurre cuando existen al menos dos interlocutores, de tal suerte que tanto el emisor como el receptor reaccionan ante cada mensaje.
Para celebrar la diversidad de civilizaciones y como fuerza impulsora del entendimiento y de la solidaridad mundial, el pasado 10 de junio se conmemoró por primera vez el Día Internacional del Diálogo entre Civilizaciones, establecido por la ONU en 2024. Este diálogo es fundamental para conocer, valorar y promover el respeto mutuo entre las diferentes culturas del mundo y propiciar el mantenimiento de la paz.
Opuesto al diálogo, la escalada de conflictos bélicos, como la agresión de Rusia a Ucrania y las hostilidades en Medio Oriente entre Israel, Palestina, Líbano e Irán, ha situado a la humanidad ante un riesgo histórico sin precedentes. Este escenario, que ya causa inestabilidad, destrucción y muerte, hace evidente la necesidad urgente de solidaridad, diálogo y cooperación. El diálogo entre civilizaciones es la vía más eficaz para eliminar prejuicios, fomentar la confianza mutua, fortalecer las relaciones entre naciones y consolidar la solidaridad global.
Un elemento fundamental del diálogo es la palabra. La democracia es a través de la palabra.
La palabra se dice, se escribe, se canta y se lee; se transforma en arte por poetas, escritores y compositores; en información por los comunicadores y medios. Deja huella, tiene poder e influye positiva o negativamente. El poder del lenguaje es la medida de la capacidad de influir sobre los demás.
En cada palabra tenemos el poder de la paz y de propiciar la cultura de la paz. Por ello, la forma en la que las personas utilizan la palabra, la comunicación, para comprender al otro, educarlo o agredirlo es fundamental.
Aunque para el régimen las palabras de sus opositores no merecen su atención e ignora las voces de quienes protestan o reclaman, permite bloqueos, saqueos, destrucción y el cierre de escuelas.
Estamos frente al grave riesgo de que la palabra sea limitada y con ello se amordace la libertad de expresión. Puebla ya tiene su “ley censura” y en Campeche se castiga al periodismo. Además, se encuentra en proceso legislativo la “ley censura” de la presidenta.
La mediación, de la que nos hemos ocupado en múltiples oportunidades, puede desarmar la ira más enconada y transformarla en un diálogo constructivo, se caracteriza por generar un ambiente de respeto y confianza para que las personas puedan expresarse libremente; también nutre y asegura el diálogo democrático que propicia la construcción de soluciones. La tarea del mediador es asistir a las partes para ayudarles a que, a partir de una comunicación eficiente, puedan construir los acuerdos para prevenir o resolver su controversia.
Una vertiente del diálogo es la discusión, con la que se busca que con el intercambio de ideas o puntos de vista de cada participante se impongan los de una parte o se encuentren puntos de coincidencia, algo similar ocurre con un debate. Sólo que el debate se caracteriza por estar sujeto a reglas.
Es frustrante y dañino no escucharnos, no vernos y no respetarnos unos a otros pues la política no tiene por qué ser un constante desencuentro, un método de descalificaciones y mentiras que dilapida la estabilidad y la unidad. Como hemos insistido, el dialogo es la vía de la distensión.
Es urgente modificar el tipo de comunicación que permita superar conflictos y controversias, liberarnos de la conflictividad, adoptar una manera diferente de interactuar y de relacionarnos, así como de armonizar todas las voces.
Deseamos éxito a la presidenta en su gira a Canadá, en sus participaciones y encuentros con mandatarios en el G7.
*El autor es abogado, negociador y mediador.
X: @Phmergoldd