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El apretón demográfico y el empleo en la OCDE

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OpiniónEl Economista

Mario López Roldán

El "apretón demográfico" representa uno de los cambios más profundos que están reconfigurando las sociedades y los mercados laborales en los países de la OCDE. Este fenómeno, impulsado por una combinación de factores, amenaza con transformar la dinámica económica global, cambiando el desafío de una escasez de empleos a una “escasez de trabajadores”.

El desafío demográfico: Menos trabajadores, más dependientes

En las pasadas décadas, la tasa de natalidad ha venido decreciendo de manera importante, situándose por debajo de los niveles de reemplazo en casi todos los países de la OCDE. Simultáneamente, la esperanza de vida al nacer ha crecido, llegando a superar los 80 años, y gran parte de esa vida se vive con buena salud, lo que significa que las personas pueden y desean trabajar más tiempo. Como resultado, la población en edad de trabajar (20 a 64 años) ya está disminuyendo en la mayoría de los países de la OCDE. De acuerdo con nuestras estimaciones, entre 2023 y 2060, ésta disminuirá un 8% en el área de la OCDE, y más del 30% en una cuarta parte de sus países miembros, con casos extremos como Corea, donde se espera una caída del 46%.

Esta combinación de baja natalidad y mayor longevidad ha disparado la “tasa de dependencia de la vejez” —la proporción de personas de 65 años o más con respecto a la población en edad de trabajar—. Esta tasa pasó del 19% en 1980 al 31% en 2023 y se prevé que aumente al 52% para 2060, casi triplicando su nivel de 1980. Esto implica que, en un país promedio de la OCDE, cada persona en edad de trabajar tendrá que sustentarse a sí misma y proveer el 50% de los ingresos de una persona mayor jubilada, y más del 70% en algunos países. Esto es insostenible y preocupante.

Sin una acción política decisiva, esta transición demográfica frenará el crecimiento económico. De hecho, ya se espera que el crecimiento del PIB per cápita se ralentice en un 40% en los países de la OCDE, pasando de un promedio anual de 1% en 2006-2019 a uno de 0.6% en 2024-2060. Todos los países de la OCDE, excepto Irlanda y Estados Unidos, verían disminuir su crecimiento del PIB per cápita si no se toman medidas eficaces.

Impacto en el mercado laboral y la necesidad de soluciones

A pesar de las crecientes presiones demográficas, en años recientes los mercados laborales de la OCDE han mostrado cierta resiliencia, con el empleo y la participación en la fuerza laboral alcanzando máximos históricos y el desempleo manteniéndose históricamente bajo. Sin embargo, el crecimiento del empleo se está desacelerando y las rigideces del mercado laboral están volviendo a los niveles prepandémicos en muchos países y sectores. Los salarios reales están creciendo, pero en la mitad de los países de la OCDE aún no han recuperado los niveles de principios de 2021, si bien los salarios mínimos legales han demostrado ser más resilientes.

De acuerdo con el estudio Panorama del Empleo 2025 de la OCDE, publicado hace unos días, para contrarrestar esta desaceleración del crecimiento del PIB per cápita, será crucial movilizar “fuentes de talento no aprovechadas”. La OCDE identifica cuatro grupos clave:

1. Jóvenes: En nueve países de la OCDE (Colombia, Costa Rica, Grecia, Italia, Corea, Lituania, México, España y Turquía), más del 15% de los jóvenes (15-29 años) no están empleados, en educación o en formación (NEET), lo que representa una gran pérdida de potencial. Reducir estas tasas y fomentar el empleo juvenil a través de una mejor educación y estrategias nacionales de transición escuela-trabajo es fundamental.

2. Mujeres: Aunque se ha avanzado, persisten diferencias significativas en el nivel y la calidad del empleo femenino, incluyendo salarios más bajos, menos horas pagadas y más trabajo no remunerado. Políticas que promuevan estudios STEM para mujeres, ambientes de trabajo amigables con la familia y acceso a cuidado infantil y de personas mayores asequible y de calidad también son clave. Cerrar la brecha de empleo de género, especialmente en edades más avanzadas, puede generar grandes dividendos de crecimiento incluyente.

3. Migrantes regulares: En muchos países, las y los migrantes ya contribuyen a mantener las poblaciones en edad de trabajar, aliviando la escasez de mano de obra en sectores estratégicos. También están sobrerrepresentados entre los trabajadores por cuenta propia y contribuyen a los ingresos fiscales y la creación de empleo. Sin embargo, su potencial para impulsar un cambio significativo en el crecimiento económico es limitado, a menos que las tasas de migración neta aumenten considerablemente, lo que a su vez requiere una gestión cuidadosa de la vivienda, la educación y otros servicios públicos.

4. Trabajadores mayores: Representan una "clave oculta" para abordar la escasez de mano de obra. Dada la mayor esperanza de vida con buena salud, hay un potencial sustancial para mejorar las tasas de empleo de los trabajadores de 60 años o más. Sin embargo, enfrentan desafíos como la disminución de habilidades de procesamiento de información con la edad, las demandas físicas de ciertos trabajos y una discriminación por edad. En este caso, las políticas deben enfocarse en el aprendizaje a lo largo de la vida, el desarrollo continuo de habilidades, el asesoramiento profesional, arreglos laborales flexibles y la lucha contra la discriminación, así como en alinear los salarios con el rendimiento en lugar de la antigüedad.

Productividad y movilidad laboral

El envejecimiento de la fuerza laboral también plantea preocupaciones sobre el crecimiento de la productividad. La “reorganización del empleo que mejora el crecimiento” se produce principalmente a través de la movilidad de empleo a empleo (transiciones voluntarias a empresas más productivas y mejor remuneradas), lo cual es crucial para el crecimiento agregado de los salarios y la productividad. Esta movilidad explica una parte significativa de la variación en el crecimiento de los salarios (56%) y la productividad (41%) entre países.

El envejecimiento de la fuerza laboral tiende a desacelerar la movilidad de los trabajadores. Políticas que promuevan la flexibilidad para las empresas y apoyen la movilidad laboral entre ellas, especialmente para los trabajadores de mediana edad y mayores, son por lo tanto esenciales.

Como argumenta el Panorama del Empleo 2025 de la OCDE, el "apretón demográfico" es un desafío multifacético que requiere decisiones políticas difíciles e inteligentes. Solo una estrategia integral, que movilice el potencial de empleo de jóvenes, mujeres, migrantes y, crucialmente, de los trabajadores mayores, puede mitigar el impacto del envejecimiento en el crecimiento económico y asegurar la sostenibilidad de los niveles de vida en los países de la OCDE y en muchas otras naciones. Les recomiendo mucho consultar este estudio.

*El autor es director del Centro OCDE para América Latina y el Caribe

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