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Las lecciones de Mirrlees
En el campo de la política tributaria son enormemente importantes para los que tengan que rediseñar un marco fiscal de impuestos.
El fallecimiento reciente a los 82 años del profesor James Mirrlees pasó bastante inadvertido, a pesar de haber sido un galardonado con el Premio Nobel de Economía en 1996 (junto con John Vickrey). Mirrlees fue profesor en las universidades de Oxford y Cambridge y su campo de investigación fue esencialmente en el área de impuestos, aplicando teorías de los incentivos y de información asimétrica para las decisiones de los contribuyentes.
Los que estudiamos la carrera de economía a mediados de los 70 tuvimos contacto con las obras de Mirrlees en dos campos: su texto escrito junto con Ian Little, “Evaluación y planeación de proyectos para economías en desarrollo”, que se convirtió en una referencia clásica para el análisis costo-beneficio de proyectos; en el terreno de las finanzas públicas estudiamos sus recientes contribuciones de entonces que versaban sobre cuál sería una política tributaria óptima.
Al respecto, es conveniente recordar algunas de las lecciones que se derivan de su obra en la disciplina tributaria. Desarrollando varios modelos, llegó a concluir que demasiados impuestos progresivos que graven a los niveles más elevados de ingreso podrían desincentivar a los ricos de querer ganar más, lo cual reduciría los ingresos para el gobierno para que pueda ofrecer más y mejores servicios públicos y apoyar a las clases de ingresos más bajos.
Posteriormente, llegó a la conclusión de que, contrario a la intuición y a lo que se cree, el impuesto al ingreso es un instrumento tributario poco efectivo para reducir las inequidades en la distribución del ingreso. En efecto, los impuestos cumplen un objetivo recaudatorio y no distributivo; para corregir desigualdades se deben utilizar diversos instrumentos del gasto público como, por ejemplo: subsidios bien racionalizados y que no sean distorsionantes.
Otra contribución importante fue su aplicación de la teoría matemática para analizar el problema del “riesgo moral”, es decir, cómo incentivos mal diseñados pueden llevar a tomar decisiones subóptimas desde el punto de vista social al recompensar comportamientos privados perversos como, por ejemplo, asumir mayores riesgos. Un clásico ejemplo es en el campo de los seguros: encontró que los individuos pueden responder al incentivo de las aseguradoras a vender el mayor número posible de seguros, adquiriendo una mayor cobertura de uno. Pero tendrán así un incentivo a tomar mayores riesgos, lo que resultará en mayores reclamos a las compañías aseguradoras y por ende a menores utilidades para estas firmas. La consecuencia es que la “cantidad” de aseguramientos para la sociedad es subóptima dado que los incentivos del asegurador y el asegurado no están alineados. El dilema del riesgo moral se resuelve con una adecuada regulación.
Las lecciones de Mirrlees en el campo de la política tributaria son enormemente importantes para los que tengan que rediseñar un marco fiscal de impuestos. Las futuras autoridades hacendarias han sostenido que no aumentarían o impondrían nuevos impuestos. ¿Es esto óptimo? Les convendría desempolvar a Mirrlees.