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La tragedia más grande del Coronavirus

La tragedia más grande del Coronavirus podría ser el fin de la democracia. La llegada del virus en un momento global de desencanto democrático y, el posible auge de China como el actor dominante, harán que promover el credo democrático sea una tarea difícil en un nuevo mundo que nacerá marcado por el dolor.
¿Quién volverá a confiar en instituciones que no los pudieron proteger o que ocultaron cifras?
¿Qué políticas públicas podrán anestesiar para acabar con el dolor?
¿Qué pasará con México y su 4T?
Esas son las preguntas que probablemente nos haremos cuando el polvo que ha levantado la pandemia se asiente. Mientras tanto hay que dejar que la geopolítica hable.
De acuerdo con la medición del funcionamiento de la democracia del Pew Research Center, el 51% de la población mundial está insatisfecha con la democracia frente a un 45% que sí lo está.
Porcentaje alarmante para un mundo que podría amanecer con China como el actor dominante, a menos que ocurra otro brote, y que cuando el polvo se asiente, podría comenzar a cuestionarse, si el sistema en el que viven es el más adecuado para protegerles.
Por otro lado, el movimiento del tablero geopolítico continua mostrando la desnudez de Estados Unidos ante la emergencia sanitaria.
¿Se acuerdan cuando Trump decía que era sólo una persona que vino de China y que lo tenían bajo control?
Hoy son el país con el mayor número de contagios y New York se ha vuelto el nuevo Wuhan, con una número de víctimas que ya rebasa al de el atentado de las torres gemelas.
La negación de la realidad no siempre funciona y si bien la historia del apoyo de los estadounidenses a la democracia no siempre fue lineal, es claro que su avance en el mundo en los últimos 70 años, estuvo relacionado con la posición dominante de este país.
¿Qué pasará con la democracia si China los rebasa?
Porque es claro que, a partir de la Segunda Guerra Mundial, fue Estados Unidos quien impuso sus convicciones e instituciones políticas, y el sol sale en China cuando acabe la pandemia, esta podría hacer lo mismo.
De cualquier manera, parece que antes de que esto ocurra, el Coronavirus ya ha puesto a la democracia en cuarentena en algunos lados.
En las últimas semanas hemos visto como en Hungría, Viktor Orbán, ya ha extendido sin fecha límite el estado de emergencia para enfrentar el virus. En Estados Unidos el gobierno de Trump ha solicitado al Congreso poderes para poder detener indefinidamente a las personas durante una emergencia. En El Salvador Bukele logró que le aprobaran una legislación para suspender temporalmente la protección constitucional de algunos derechos fundamentales y en Australia han amenazado con seis meses de cárcel a personas que están sentadas solas tomando un café.
Aquí lo que me preocupa es que la excepción se convierta en la norma.
En el caso de México la situación no deja de ser alarmante. Somos un país con una democracia que se ha forjado a lágrimas de sangre y con una apatía que al parecer se rompió en las pasadas elecciones.
¿Qué pasará cuando la realidad del modelo Centinela rebase a la 4T?
Ya que mientras en Alemania se aplican cerca de 350,000 pruebas a la semana, aquí tan sólo se han aplicado 29,578 en el tiempo que va.
Los 26,516 casos que plantea el modelo podrían seguir creciendo en las sombras y dar origen a una desconfianza y a una realidad que ya no sean controlables.
El último en salir apague la luz.
@HenaroStephanie

