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La relación México-Egipto es una buena apuesta a futuro para las empresas de ambos países
Medio Oriente y el Norte de África se han convertido en un novedoso horizonte para las expectativas comerciales y de inversión de las empresas mexicanas
México se ha refrendado en el 2018 como un país que tiene vocación por la apertura. El comercio y la inversión se han visto beneficiados justamente por esta economía abierta; y las empresas mexicanas se tienen un horizonte más amplio para decidir dónde internacionalizarse.
En este escenario, México no tiene límites. Por ello, Medio Oriente y el Norte de África se han posicionado como un novedoso horizonte más de las expectativas comerciales y de inversión de las empresas mexicanas. La región se convierte paulatinamente en un mercado atractivo tanto para introducir productos como para atraer inversión extranjera directa y productiva a México. Egipto, país con una cultura de más de 7,000 años de historia, se perfila como uno de los destinos de la zona en los que habrá que poner atención.
Los nuevos mercados, como los que menciono, son una consecuencia lógica de la madurez y capacidad de las empresas mexicanas, ya sea multinacionales o pymes, porque buscan competir en cualquier economía y en cualquier sector. En este sentido, ha habido una intensificación en la identificación de oportunidades en varios países de esta región que hasta no hace muy poco tiempo nos resultaba prácticamente desconocida.
¿Por qué podemos destacar a Egipto como uno de los mercados a explorar en los próximos años? Principalmente porque compartimos variables clave en las decisiones eminentemente económicas: posición geográfica estratégica, tamaño de la economía y porque actualmente contamos con una masa crítica muy interesante de compañías invirtiendo a uno y otro lado de la ecuación bilateral. En estos días tuve la oportunidad de platicar con Ashraf Mohammed Naguib, fundador y CEO de Global Trade Matters, un influyente think tank egipcio dedicado al análisis profundo de la economía del país para promover cambios y reformas que impacten positivamente al ecosistema empresarial y al desarrollo de negocios sustentables para incentivar el crecimiento del país. Precisamente tocamos estos temas.
Egipto ha sido literalmente el puente comercial entre varios mundos: Europa, África y Medio Oriente, durante varias épocas.
Hoy comienza a redimensionar su papel de liderazgo en la región y por ello ha impulsado reformas para atraer mayores inversiones y consolidar zonas especiales para hacer aún más atractiva la ruta comercial. Considero que el flujo de inversiones será pieza clave para estrechar los lazos económicos. Como ejemplo pienso en PICO International concretando un farmout con Pemex. Pienso también en el grupo El Sewedy buscando ampliar sus inversiones en México. Pero también pienso en Cemex, FCC Aqualia, Kidzania, Corporación EG, Polímeros de México, entre otras, con presencia fundamental en Egipto. Incluso, Cemex es un símbolo en aquel país, no sólo de negocios, también por la responsabilidad social que ha impreso como sello alrededor del mundo.
Estoy seguro que veremos en el mediano y largo plazos una relación fortalecida, con mayores flujos de inversión y comercio, pero también con muchas enseñanzas sobre cómo las empresas pueden beneficiarse de otras regiones y cómo, además, pueden darle mucho más en términos sociales y culturales. No olvidemos que ambos países venimos de culturas extraordinarias y milenarias y que también eso debemos aportar al mundo entero.