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La primera víctima de la Nación
En varias ocasiones, cientos de miles de mexicanos salimos a las calles y plazas de todo el país, para defender la independencia y autonomía del INE ante los agresivos intentos del presidente López Obrador por desprestigiarlo y someterlo. Tuvimos éxito al presionar a la oposición para que no se doblara frente a las ilícitas presiones del gobierno, que incluyen el uso de las instituciones de procuración de justicia para amedrentar a cualquiera que estorbe su intención de aferrarse al poder. Así, logramos impedir que se modificara la Constitución como López Obrador pretendía.
Desafortunadamente, ante la salida de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, y chicaneando el proceso de selección, el gobierno logró imponer a Guadalupe Taddei, una incondicional del obradorato, como presidenta del INE. A partir de ese momento, Taddei se ha dedicado a destruir la capacidad técnica y operativa del instituto, colocando funcionarios que responden a los intereses de López Obrador. De manera por demás preocupante, y casi al mismo tiempo, el gobierno logró romper a Reyes Rodríguez, el anterior presidente del Tribunal Electoral, y quien tenía el defecto (a los ojos del gobierno) de ser independiente. En su lugar, fomentó el golpe de tres magistrados (de siete: López Obrador ha dejado vacantes dos magistraturas) sometidos a López Obrador, y quienes tendrán la última palabra en las elecciones del 2 de junio. Al igual que Taddei, Mónica Soto, la nueva presidenta del tribunal, está deshaciéndose de los funcionarios de carrera para incorporar personajes afines al obradorato.
En estas condiciones, López Obrador, en su show matutino, pidió a los medios de comunicación “buscar el equilibrio en esta campaña electoral” y lloriqueó, una vez más, porque, según él, los noticieros, programas de análisis y columnistas de periódicos y revistas, están “todos contra nosotros.” Sí, López Obrador, el hombre más poderoso del país porque tiene el control de las fuerzas armadas, las policías y las fiscalías, se asume, otra vez, como la Primera Víctima de la Nación, y acusa a los dueños de los medios privados de comunicación de estar “en contra de la transformación”, cuando la prensa lo que hace es reflejar el fracaso de su gobierno, los costos de sus ocurrencias y la corrupción de su círculo más cercano. La prensa existe para cuestionar y desnudar al poder, y, evidentemente, esto no le gusta a un tipo tan acomplejado como López Obrador.
Pues bien, hablando de manipulación mediática, el Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones, que me honro en presidir, hizo público la semana pasada el monitoreo realizado por el INE y la Universidad Autónoma de Nuevo León, sobre la cobertura noticiosa radiodifundida por medios públicos y comerciales, correspondiente a la etapa de precampañas, que, curiosamente, a los muchachos de Taddei se les olvidó.
Y se les olvidó porque los números cuentan una historia muy diferente a la del mitómano en el poder: de la información publicada en el portal https://monitoreo2024.ine.mx/inicio, para el periodo que va del 20 de noviembre de 2023 al 14 de enero de 2024, se observa que la radio y televisión mexicanas le han destinado en total a Claudia Sheinbaum 147 horas con 28 minutos, mientras que a Xóchitl Gálvez, 134 horas con 48 minutos. A Jorge Álvarez Máynez únicamente se le han destinado 10 horas con 27 minutos por su tardía inscripción como precandidato.
El monitoreo demuestra que medios como Tv Azteca, Televisa (N+), Grupo Imagen, Grupo Fórmula y MVS tuvieron una cobertura muy equilibrada entre las dos precandidatas; sin embargo, los medios que controla el gobierno dedicaron el 71% de su tiempo para alabar a la corcholata Sheinbaum. Si esto no es una injerencia indebida del gobierno en la equidad en la contienda, entonces ya no entiendo nada de nada.
@gsoriag

