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El empobrecimiento de la mujer. Dime de qué te preocupas y te diré quién eres
La semana pasada me topé con una extraordinaria fotografía, de esas que te hacen un nudo en la garganta, de esas que en pocos centímetros cuadrados se encuentran enmarcadas realidades inmensas. La imagen, de Alejandro Rodríguez (Cuartoscuro), deja ver dos niñas concentradas en sus tareas escolares. Las pequeñas comparten una mesita, apenas hay espacio para los dos libros sobre los que se afanan. No hay sillas. Están de pie frente a la televisión, con cubrebocas, junto a su madre.
Más allá de únicamente mostrar un espacio en el que las carencias son palpables o de exponer un aspecto del regreso a clases, en esos pixeles cabe gran parte de México; el de hace décadas, el empobrecido, el de la falta de oportunidades y, especialmente, el de las desigualdades, el de la abismal brecha de género.
Fue la semana pasada cuando ONU Mujeres y el PNUD dejaron claro que la pandemia de coronavirus aumentará drásticamente la tasa de pobreza, además de ampliar la brecha entre hombres y mujeres. Son muchos años de retroceso.
El informe Del conocimiento a la acción: la igualdad de género tras la Covid-19 señala que en el 2021 la pandemia arrastrará a 96 millones de personas a la pobreza extrema. 47 millones serán mujeres y niñas.
Si bien el empobrecimiento de toda la población es negativo, el empobrecimiento de la mujer resulta particularmente destructivo porque amplía una ya de por sí histórica desigualdad respecto a ellas. De igual manera, resulta venenoso y expansivo por la especial cercanía y empuje que la mujer tiene con las nuevas generaciones.
Además, las mujeres han cargado con el mayor peso de la crisis actual porque se encuentran, o se encontraban, empleadas en algunos de los sectores más castigados, me refiero al alojamiento, restaurantes y el trabajo doméstico. Según la OIT, para junio de 2020 se estimaba que el 72% de las trabajadoras domésticas de todo el mundo perdieron el empleo como resultado de la Covid-19.
El empobrecimiento de la mujer tiene implicaciones negativas en la mayoría de los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por la ONU. Impacta directamente el (1) fin de la pobreza; (2) hambre cero; (3) salud y bienestar; (4) educación de calidad; (5) igualdad de género; (8) trabajo decente y crecimiento económico; (10) reducción de las desigualdades; (16) paz y justicia e instituciones sólidas, por mencionar solo las metas donde es más visible el golpe.
Me queda claro que la decisión ha sido concentrarse en temas más taquilleros. Los reflectores están puestos sobre la rifa de ¿un avión?, el etiquetado de bebidas y alimentos procesados, la negativa del INE al partido encabezado por Margarita Zavala, la consulta sobre el enjuiciamiento a expresidentes o si “quién pompó”. Cada quien sus prioridades. Nomás, en adelante, que no se alegue sorpresa.
@VicenteAmador
