El UKIP se desintegra

Londres. El líder del partido británico de derecha populista UKIP, Henry Bolton, perdió un voto de confianza de su comité ejecutivo, a raíz del escándalo provocado por los comentarios ofensivos enviados por su exnovia sobre la futura esposa del príncipe Enrique, Meghan Markle.

La decisión de la ejecutiva nacional del UKIP, la formación que impulsó el referéndum sobre el Brexit en el 2016, implica que Bolton deberá enfrentarse a otro voto de censura por parte de todos los miembros del partido.

El partido precisó que la votación tendrá lugar en un plazo de 28 días “a menos que Henry Bolton dimita mientras tanto”.

Bolton, un exoficial del ejército, insistió antes de la reunión en que no renunciaría al cargo y aseguró que obligarle a dejarlo significaría “que el partido está probablemente acabado”.

El antiguo oficial del ejército de 52 años, casado y con hijos de corta edad, se separó inesperadamente de su mujer para marcharse en diciembre con Jo Marney, una exmodelo de lencería de 25 años, afiliada el UKIP. El idilio, muy comentado, apenas duró cuatro semanas, el tiempo que tardaron los medios británicos en descubrir los comentarios racistas de Marney en las redes sociales. Según ella, una “negra americana” convertida en princesa “mancharía” a la familia real con su “semilla”. Las minorías étnicas, afirmaba, “van empujando poco a poco, abriéndose camino hacia arriba. Lo próximo será un primer ministro musulmán y un rey negro”. En otros mensajes califica a los musulmanes de “cáncer del que hay que librarse”.

Al estallar el escándalo, la novia del líder fue suspendida de militancia y éste obligado a elegir entre ella y el cargo. Bolton, tercer líder de la formación desde que Nigel Farage, dejó el cargo en noviembre del 2016, anunció la ruptura sentimental, pero los tabloides pillaron después a la pareja cenando juntos. Tras la moción de censura, serán los militantes quienes decidan en votación la suerte de un líder sin carisma alguno.