Ruba apuesta por cerrar el año con 11,000 viviendas, y un incremento entre 12 y 15% en ingresos

Monterrey, NL. La desarrolladora de vivienda Ruba proyecta construir este año 11,000 viviendas, y un crecimiento aproximadamente de 12 a 15% en ingresos, respecto al año anterior, en 16 plazas (zonas metropolitanas) de 12 estados en los que tiene presencia, comentó a El Economista, Jesús Sandoval Armenta, su director General.

“Ruba viene creciendo a doble dígito en los últimos 25 años y en los últimos 14 años el crecimiento anual compuesto ha sido consecutivo, porque cada año hemos crecido en cifra récord en ingresos de la compañía y en utilidades. Nuestra perspectiva es que volvamos a crecer a doble dígito en utilidades y en ingresos en el cierre de 2024, a nivel nacional”, puntualizó.

“Tenemos invirtiendo en México los últimos 44 años y vamos a seguir invirtiendo los próximos 40 años. Reinvertimos el 90% de las utilidades, porque consideramos que las empresas son instrumentos de desarrollo económico y social”.

“Vemos una perspectiva favorable para el sector el cierre de 2024 y vemos con mayor perspectiva de crecimiento de 2025 al 2030”, indicó el director general de la inmobiliaria.

“Tenemos una proyección arriba de 16,000 millones de pesos en 11,000 unidades, con un crecimiento aproximadamente de 12 a 15% en ingresos”.

Ruba es una empresa pública y emite bonos de deuda. El 24 de febrero pasado, la calificadora Fitch Ratings ratificó las calificaciones nacionales de largo y corto plazos de la inmobiliaria Ruba en ‘AA-(mex)’ con Perspectiva Estable y ‘F1+(mex)’, respectivamente.

Al mismo tiempo, reafirmó en ‘F1+(mex)’ la porción de corto plazo por hasta 500 millones de pesos del programa dual de certificados bursátiles con carácter revolvente.

Crecimiento de vivienda en Chihuahua y Nuevo León

La sede de Ruba es en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde Sandoval Armenta estimó que este año tendrán “un cierre extraordinario” con 2,500 viviendas construidas en el estado. En Ciudad Juárez se edificaron 1,300 viviendas y en la Ciudad de Chihuahua otras 1,200 unidades.

Por el contrario, en la plaza de Monterrey, Nuevo León, tuvieron una baja de 500 unidades este año, “debido a que se nos retrasaron algunos proyectos por cuestiones de tramitología, creo que eso está sucediendo en todas partes. Vamos a terminar este año con 500 casas edificadas y para el siguiente año nuestra proyección es cerrar con 1,000 unidades”.

Antes, dijo, un proyecto se autorizaba en 18 meses y actualmente se lleva hasta 30 meses, desde la compra de tierra hasta que se desarrolla, “coyunturalmente vamos a tener una caída de 500 unidades respecto a 2023, pero en 2025 una vez que estén saliendo nuevos proyectos, tendríamos 1,000 unidades construidas en Monterrey”.

Algunos de los retos que afectan a la viviendera, por ejemplo, en Nuevo León, es la celeridad de los trámites, ya que cuando las presas estaban con niveles muy bajos, el gobierno estatal cuidaba la entrega de factibilidades para la construcción de vivienda.

Por ello, exhortó a que haya un cambio en los trámites administrativos, para que el trámite sea más rápido. Aún así, la perspectiva de Ruba para el año próximo es duplicar la producción de vivienda de interés social, tradicional y residencial en Nuevo León.

Sinergias para apoyar la construcción de vivienda de interés social

“Somos una empresa que nunca ha dejado de hacer vivienda de interés social en el país y que ahorita a nivel de las 11,000 viviendas que vamos a hacer este año 45% de ellas son de interés social. No hemos dejado de hacer vivienda de interés social porque es de interés mayoritario de los derechohabientes, pues un porcentaje de los trabajadores tienen ingresos menores a tres salarios mínimos”.

Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), de Inegi, cuatro de cada 10 personas que trabajan en México ganan entre uno y dos salarios mínimos al día. Hay cerca de 20 millones de personas que ganarán entre 7,500 y 15,000 pesos al mes en 2024.

El directivo estimó que debe haber una responsabilidad para hacer alianzas estratégicas con el sector público para atender a los trabajadores de bajos recursos, con una vivienda asequible a sus ingresos.

Concluyó que el sector enfrenta varios retos: la tramitología, el encarecimiento de las reservas territoriales y/o especulación y la falta de infraestructura (agua, electricidad y en algunos casos conectividad).

“Ahorita lo que ha pasado que es que con inflaciones del 12% en los materiales e incrementos en la mano de obra que qué bueno que está sucediendo Eso hace que cada vez sea más difícil adquirir una vivienda con un ingreso de tres o cuatro salarios mínimos”.

Sin embargo, destacó la labor del Infonavit que es única en el mundo, ya que financia el 98% de vivienda de interés social que produce Ruba.