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Monterrey, la ciudad más competitiva en tiempos de reactivación: Imco
En la edición 2022 del Índice de Competitividad Urban, Monterrey concretó la diversificación de su economía en medio de una pandemia, al contar con un elevado número de sectores y de una industria financiera que aportó créditos a las empresas, así como un mercado hipotecario con mayor penetración que el de la mayoría de las ciudades.

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En medio de un escenario donde ya se están presentando los resultados de las estrategias subnacionales de reactivación económica, Monterrey, Nuevo León, logró posicionarse como la ciudad más competitiva en la categoría de más de 1 millón de habitantes, de acuerdo con el Índice de Competitividad Urbana (ICU) 2022 del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Durante la presentación del estudio, la coordinadora de Evaluación y Análisis del Imco, Ivania Mazari, recordó que el ICU es una herramienta cuya finalidad es medir y entender cuáles son los factores específicos que hacen a una ciudad atractiva para el talento y la inversión.
Mide la capacidad de las ciudades mexicanas para generar, atraer y retener talento e inversión. Una ciudad competitiva es aquella que maximiza la productividad y el bienestar de sus habitantes. Esto significa que este índice evalúa las capacidades estructurales de las ciudades, y no solo las coyunturales”, dijo.
De acuerdo con la especialista, el índice evalúa 42 zonas metropolitanas del país y 24 zonas urbanas relevantes por el tamaño de su población o economía, de forma que la muestra se compone de un total de 66 ciudades. Estas urbes se integran por 362 municipios que concentran 62% de la población nacional y 83% del Producto Interno Bruto del país, así como 88% de la inversión fija bruta nacional.
El estudio se integra por 69 indicadores organizados en 10 subíndices que reflejan la complejidad de la competitividad y muestran que la capacidad de atraer talento, estos son Innovación, Derecho, Medio ambiente, Sociedad, Sistema Político, Gobiernos, Mercado de Factores, Economía, Precursores, Relaciones Internacionales.
En total, hay seis diferentes categorías de competitividad para las ciudades y la clasificación se realiza a partir de cada subíndice. La primera categoría es Competitividad muy alta, segundo, Competitividad alta, tercero, Competitividad media-alta, cuarto, Competitividad media-baja, quinto, Competitividad baja, y sexto, Competitividad muy baja.
También, hay cuatro categorías de ciudades a partir del tamaño de población, la primera es más de 1 millón de habitantes (integrada por 17 ciudades), la segunda va entre los 50,000 y 1 millón de habitantes (entre 23 ciudades); tercero, entre 250,000 y 500,000 habitantes (20 urbes), y cuarto, menos de 250,000 habitantes (hay 6 ciudades).
De acuerdo con los resultados del estudio, Monterrey fue la única urbe de las cuatro categorías de ciudades que se posicionó en la categoría de Competitividad muy alta.
La urbe regia está en el primer lugar de las grandes ciudades porque concretó la diversificación de su economía en medio de una pandemia, al contar con un elevado número de sectores y de una industria financiera que aportó altas tasas de crédito a las empresas, así como un mercado hipotecario con mayor penetración que el de la mayoría de las ciudades.
Además, la capital de Nuevo León desplazó al Valle de México (zona integrada principalmente por la Ciudad de México) y que en la edición 2021 se posicionó en primer lugar.
Después de Monterrey, en la categoría de Competitividad alta se colocó Saltillo, Guadalajara, Querétaro, Valle de México, Chihuahua y Aguascalientes.
En tanto, Tijuana, Puebla-Tlaxcala, Toluca y Cuernavaca fueron las ciudades con menores puntajes en la categoría de más 1 millón de habitantes, se ubicaron en la categoría de Competitividad media-baja.
De estas cuatro zonas, Cuernavaca es una urbe cuyo uso de energía eléctrica ya es ineficiente, concentra grandes retos medioambientales y presenta la menor cantidad de sectores económicos, lo que le coloca en un plano de presión ante la necesidad de diversificar su economía para enfrentar la Covid-19.
Clasificaciones
En la categoría de las ciudades entre 500,000 y 1 millón de habitantes, Mazatlán es la entidad mejor evaluada, con un nivel de Competitividad alta. La ciudad sobresale por un sector turístico atractivo y la estabilidad de su economía, además de ser la segunda ciudad con menos mortalidad infantil y con mayor tratamiento de agua en operación.
Por el lado contrario, Cuautla está en el nivel de Competitividad muy bajo. Es una de las dos ciudades con los peores resultados en las cuatro clasificaciones de ciudades por habitantes.
En ella la mayoría de los habitantes se sienten inseguros y tiene tasas por encima del promedio en delitos como el robo de vehículos y secuestro. Es la ciudad con mayor informalidad laboral y menor salario mensual para sus trabajadores de tiempo completo en comparación con las ciudades de su categoría.
En la clasificación de 250,000 y 500,000 habitantes Los Cabos es la ciudad mejor evaluada, pero está en el nivel de Competitividad media-alta.
Es una ciudad con una elevada percepción de seguridad y buenos salarios, que además aprovecha bien sus relaciones internacionales, en particular a través de su oferta hotelera.
Mientras que Cárdenas está en Competitividad baja, percibe poca Inversión Extranjera Directa y es la ciudad con menor diversificación económica. Además, muestra un rezago en conectividad, ya que la mayoría de los hogares no cuenta con computadora e internet.
En menos de 250,000 habitantes, Piedras Negras está en Competitividad alta; mientras que San Francisco del Rincón no solamente es el peor evaluado en esta categoría de urbes, también está al final de la lista de todo el índice, con un nivel de Competitividad muy bajo.
Recuperación
Los resultados de la edición 2022 del ICU señalaron que las ciudades con vocaciones turísticas ya lograron avanzar en materia de recuperación.
A manera general, en las urbes ya incrementó el uso de servicios financieros y también aumentó es mayor el número de sectores económicos activos en cada ciudad.
Por el contrario, entre los retrocesos se observó que se intensificó la incidencia delictiva, mientras que también creció el consumo del agua per cápita, un recurso determinante a utilizar de manera sostenible, pues la escasez ya empieza a hacerse evidente.
kg